El crimen de la Desaparición Forzosa
cometido contra el doctor Narciso González Medina (Narcisazo), NO es una pérdia
que sólo afecta a su familia (esposa e hijos, madre y hermanos). Es una gran
pérdida, sobre todo, para el pueblo y, también, para la sociedad dominicana en
su conjunto.
Para la Sociedad Dominicana :
Lo es para la
sociedad en su conjunto, puesto que es un crimen que lesiona y cuestiona a la
sociedad toda, ya que, a todas luces, es un crimen de Estado. Lo que pase a
cualquiera de los miembros de la sociedad, es algo que lesiona a todos sus
miembros, ya que no sólo desdice de la protección y seguridad de los mismos,
sino que ese crimen y su impunidad, podría afectar a cualquiera de nosotros.
Una sociedad
fuerte, institucional y culturalmente, debe hacer las debidas diligencias, sin
contemplaciones para con nadie, a fin de castigar con toda justicia y con todo
el rigor de las leyes, cualquier crimen comentido contra cualquiera de sus
miembros... La impunidad debilita el vínculo civilizatorio (Estado efectivo y
eficiente de Derechos) y le da luz verde a la barbarie (donde prima la ley del
más fuerte, del más poderoso en lo económico, en lo político y en lo social)...
Y peor: cuando la sociedad acepta pasivamente esa situación; cuando NO se
rebela con todas sus energías para que se hagan las debidas diligencias para
lograr las sanciones debidas... agotar todos sus recursos para establecer la
verdad y hacer justicia, como elemento aleccionador y cohesionador de sus
miembros.
Otro aspecto,
aunque en segundo plano que lo anterior, es la pérdida que significa para la
sociedad que toda la inversión social en la capacitación de uno de sus miembros
y que por dicho crimen no se recogieron todos los frutos benéficos que podía
dar, desde el seno del hogar como ejemplo y guía, hasta su rol social como
ciudadano que, además, era un excelente profesor de la universidad del Estado.
Para el Pueblo Dominicano:
Y es una
pérdida para el Pueblo Dominicano en particular, porque Narcisazo encarnaba,
como ningún otro ciudadano dominicano conocido, ideas y prácticas en procura
del verdadero progreso del pueblo. Todas sus capacidades y prácticas tenían,
para Narcisazo, un sólo y único norte: el progreso del pueblo en lo material,
en lo político y en lo espiritual; en tríada armónica.
Esto así,
porque sintetizó la experiencia propia y la experiencia histórica en la
elaboración de una teoría o concepción del cambio revolucionario, progresivo,
de la sociedad dominicana, para favorecer el verdadero progreoso del pueblo.
La esencia de
sus planteamientos resultan novedosos y rigurosos aportes a la sociología de la
transformación de la sociedad. De manera esquemática podríamos plantearlos así:
• La revolución social sólo se justifica
siempre que con ella se apunte hacia el verdadero progreso del pueblo y, en consecuencia, de la sociedad en su
conjunto. De lo contrario, no tiene razón de ser.
• El papel de los revolucionarios no es
el de hacer la revolución; sino, de que el pueblo haga la revolución; vale
decir: que sea el propio pueblo quien asuma las tareas del aprogreso.
• En tal sentido: Sólo el Pueblo salva
al Pueblo” era, para Narcisazo, el grito de combate reiterado en cada
oportunidad.
• Para que los revolucionarios
desempeñemos ese papel, tenemos que convertirnos en animadores culturales
populares.
• Es papel tiene, como eje principal, la
cuestión ideológica-cultural. Vale decir: Propiciar, en todos los espacios de
práctica del pueblo (sus propias organizaciones, incluyendo la familia), las
maneras de pensar, de sentir y de actuar
que favorezcan el verdadero progreso del pueblo.
• Por más que las condiciones objetivas
(económicas y políticas) sean favorables a un cambio revolucionario, sin una
crisis ideológica NO será posible dicho cambio. Lo que generalmente se logra,
sin la crisis ideológica es, según Narcisazo, que algo cambie para que todo
siga igual.
• Todo lo anterior se podría resumir en
que lo ideológico es esencial. Si como pueblo no somos capaces de ver la
realidad con “ojos” distintos y opuestos a los de la clase dominante, los
“problemas” y las “soluciones” que le demos a esa realidad, no serán verdaderas
soluciones. “El tiburón ve las cosas muy diferentes a como las ven las
sardinas” decía Narcisazo.
• Es en la cotidianidad que se ha ido
construyendo las ideología dominante; es en esa misma cotidianidad que debemos
ir construyendo la ideología opuesta, hasta irla haciendo parte de la cultura
de las organizaciones del pueblo, sabiendo bien que “No toda la cultura del
pueblo es cultura popular”, tal como Narcisazo lo planteó en uno de sus
artículos.
• La cultura es lo cotidiano en la vida
del pueblo. La lucha política y la lucha económica son coyunturales. Es la
lucha cultural, por tanto, la clave para ir transformándonos ideológicamente.
• Dentro de la lucha cultural, la
comunicación es el elemento o herramienta más importante. “Un animador es, ante
todo, un comunicador”, reiteraba con insistencia. Agregando: “No puede existir
un animador que no tenga algo que decir, algo importante que comunicar al
pueblo con el que trabaja directamente o al pueblo en general”.
• Pero todo lo anterior es ilusión o se
queda entrampado en el academicismo, si no va referido a la cuestión del poder.
Pero la lucha por el poder es muy diferente a la “toma del poder”. Se trata de
algo más complejo: De construir un poder distinto y opuesto al dominante. Véase
al curso elaborado por él “Cultura y Poder en República Dominicana”.
• En tal sentido, es imprescindible que
nuestros esfuerzos como revolucionarios vayan dirigidos a fortalecer cinco
condiciones subjetivas imprescindibles para la construcción del Poder Popular;
vale decir, para que el poder que tiene el pueblo se ponga en acción en función
de su propio progreso y del progreso de la sociedad en su conjunto. Estas
condiciones son: La conciencia, la organización, la unidad, la combatividad y
la disciplina. Sin esas cinco (5) condiciones, en permanente crecimiento y
fortalecimiento, será muy poco probable un cambio revolucionario. A lo sumo lo
que se logra es un “quítate tú pa’ ponerme yo”.
• El papel de los revoluciones y el
papel del pueblo, demandan dos tipos de organizaciones diferentes. En las
organizaciones del pueblo caben todas las clases y capas de la población que,
por sus condiciones materiales de existencia estén objetivamente interesadas en
el progreso de la sociedad. En las organizaciones de revolucionarios, los
participantes deben entender, aceptar y estar en capacidad de propiciar el
desarrollo de las condiciones subjetivas para que el pueblo haga su revolución.
En tal sentido, sólo existen dos tipos de organizaciones de revolucionarios:
aquellas de los que creen que son los revolucionarios los que hacen la
revolución; y aquellas de los creemos que sólo los pueblos reúnen las infinitas
capacidades para hacer que la tortilla se vuelva.
• No se trata, sin embargo, de construir
partidos, pues, por definición, los partidos “parten” a los pueblos y de lo que
se trata es de unirnos como pueblo en función del interés del progreso de la
sociedad. La división del pueblo en partidos, sólo favorece a las clases
dominantes (divide y vencerás)... dividiéndonos en base a una simple diferencia
de rostros y colores que, cada día que pasa, evidencias que no se diferencian
en nada.
Todos esos
criterios teóricos tienen en sí suficiente mérito para que la pérdida de
Narcisazo sea inconmensurable para nuestro pueblo. Pero Narcisazo era una
persona que unía en lo cotidiano su pensar con sus acciones y sus sentimientos.
Sus aportes teóricos los llevaba a la práctica como Animador Cultural Popular,
en todos los espacios en los que se movía:
– En su labor como profesor de teatro.
– en su corto ejercicio como abogado que
sólo defendía las causas justas... y que se negó a vivir del oficio por la
podredumbre existente en el aparato judicial de su época.
– En su labor como militante
revolucionario (ya organizado o ya independiente).
– En su condición de estudiante
universitario y uno de los dirigentes de la más grande e importante organización
estudiantil de su época: La
Federación de Estudiantes Universitarios.
– En su condición de comunicador:
• Durante la guerra de abril del
1965, en la emisora constitucionalista.
• Posterior a la guerra:
En diarios (El Sol, La Noticia ); en el semanario
“Tirabuzón”; en guiones para la televisión (En el Show del Mediodía).
En la revista que fundó “El Callejón
con Salida”.
En sus colaboraciones con otros
medios como en el órgano del Sindicato de Trabajadores de la Corporación Dominicana
de Electricidad, en su sección “La Fogata Cultural ” y en la revista “La Muralla ” en la cual
publicó su último artículo contra el presidente de turno “Diez pruebas que
demuestra que (el presidente) Balaguer es lo más perverso que ha surgido en
América”.
– En los miles de conferencias, cursos y
talleres que realizó, algunas publicadas (Acerca del legado del Padre de la Patria “Cinco principios
para un gran final”; “El verso octosílabo en la ruta de lo popular”
– En sus planteamientos y acciones
políticas: Dentro de la izquierda; en el movimiento clubísitico y sindical;
desde fuera de cualquiera organización de izquierda, para que ninguna lo
rechazara por ser de otra debido al sectarismo y el vanguardismo imperante...
Contra todos los gobiernos de Joaquín Balaguer, hasta el día anterior a su
secuestro en que llámo a la desobediencia civil como forma eficiente para
oponerse al fraude electoral.
La sociedad no
produce personas así con mucha frecuencia; con esas cualidades y esas
posibilidades geniales que tenía y que se potenciaban en cada situación
histórica.
Los aportes de
Narcisazo iban en aumento. Su capacidad de producción intelectual y su visión
política aumentaba con los años, en base al estudio crítico de la realidad.
Todo lo que la
sociedad y el pueblo dominicano hubiesen seguido recibiendo de Narcisazo, fue
abortado por una decisión criminal que le tronchó la vida.
Y esto afectó
a un “pueblo amenazado con su total destrucción” tal como él mismo dijera en
varias ocasiones y por lo cual reiteraba que “no debemos perder ni cinco
minutos, ni cinco centavos”.
¿Cómo resarcir
el daño que se ha cometido contra este pueblo; contra las posibilidades de
progreso del pueblo y de la sociedad en su conjunto? Realmente, no hay cómo,
pues no se puede producir otro Narcisazo ni la labor que hubiese hecho en los
más de 12 años de su fatal desaparición forzada. Lo que se haga por resarcir
siempre será corto. Pero el Estado debe pagar un precio alto que beneficie al
pueblo y a la sociedad en su conjunto por ese daño, y como prevención para
futuras ocurrencias.
Rafael
Domínguez Gautreaux
Secretario de la Comisión de La Verdad
28 de abril
del año 2007
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