lunes, 15 de junio de 2009
¿Todo es Historia Oral?
La Historia Oral en el aula.
Laura Benadiba y Gabriela Fernández
*
“La historia Oral es un instrumento útil a esos fines,
porque sus historias empujan siempre hacia atrás,
hacia comienzos profundos,
y no se detiene nunca en un final definitivo”
Alessandro Portelli
El objetivo de este trabajo es el de abrir un espacio de reflexión acerca de la
utilización de la Historia Oral en el aula. Desde hace muchos años los docentes recurren
en forma instintiva o espontánea a diferentes estrategias metodológicas que incluyen
entrevistas. Es así como abundan "tareas escolares" y "trabajos de investigación" donde
las entrevistas ocupan un rol central. Es muy común recurrir a los abuelos para que
relaten experiencias y anécdotas pintorescas que entretienen tanto a alumnos como a
docentes. Pero estas prácticas corren el riesgo de quedar como un recuerdo compartido
y nada más, desperdiciándose el potencial que la metodología de la Historia Oral puede
proporcionar.
¿Por qué se recurre cada vez más a la Historia Oral en las aulas?
Muchos docentes reconocen la potencialidad educativa que tiene como estrategia
didáctica y en muchos casos fundamentan su utilización en la relevancia científica que
ha adquirido la Historia Oral. Pero es justamente por eso, que se vuelve necesario
reflexionar sobre la necesidad de (re)conocer y profundizar esta temática para luego
ponerla en práctica.
Durante varios años se cuestionó desde el “academicismo” la validez científica
de la Historia Oral, por ejemplo en trabajos de investigación. Todavía hoy es muy
común escuchar la “recomendación académica” de no utilizar fuentes orales para
realizar una tesis o fundamentar un proyecto. Pero también, y en esto tenemos que
privilegiar el lado positivo, estar aquí en el VII Congreso de Historia Oral, auspiciado
entre otros por el Programa de Historia Oral de la Facultad de Filosofía y Letras, nos
habla sin lugar a dudas de una cierta apertura de los ámbitos de producción de
conocimiento, tendientes a revalorizar el rol social de la Universidad en nuestro país.
*
Profesoras de Historia. Investigadoras del Programa de Historia Oral de la Facultad de Filosofía y Letras
de la Universidad de Buenos Aires. E-mail: lbenadiba@yahoo.com.ar, gabyrf@sinectis.com.ar
Page 2
2
La cantidad de inscriptos en los talleres de introducción a la historia oral, la
consulta de fuentes orales para realizar trabajos de investigación, la creciente demanda
por parte de distintos sectores de la educación o simplemente la necesidad de construir
una identidad propia, hace que nos detengamos a reflexionar sobre la importancia de
buscar criterios en común para que la Historia Oral no vuelva ser considerada una
metodología “vacía de contenido”.
A partir del título de este ensayo "¿Todo es Historia Oral?" buscamos abrir un
espacio de debate analizando el uso de la Historia Oral en los ámbitos educativos de
nuestro país; un país que, por muchas razones y por poca memoria, necesita de ella más
que nunca.
La Historia Oral es una metodología específica de las Ciencias Sociales que ha
alcanzado un gran desarrollo en el ámbito de la investigación histórica contemporánea
en los últimos cincuenta años. Por diferentes motivos, en nuestro país recién comenzó a
difundirse a mediados de la década de 1980, y su introducción en la enseñanza se
produce a principios de la de 1990.
Si bien el uso de testimonios orales no es una novedad en el trabajo de los
historiadores, su utilización sistemática y reflexiva está asociada al desarrollo de la
historia social contemporánea, más preocupada en general, por los procesos sociales y la
vida de la gente "común" que por las descripciones de acontecimientos "importantes" y
la vida de personajes destacados.
Podemos definir a la Historia Oral como un procedimiento establecido para la
construcción de nuevas fuentes para la investigación histórica, con base en testimonios
orales recogidos sistemáticamente bajo métodos, problemas y puntos de partida teóricos
explícitos. Este procedimiento establece un punto de partida distinto del de otras formas
de investigación: “Una diferencia entre las fuentes escritas y las fuentes orales consiste
en que las primeras son por lo común documentos y las segundas son siempre actos; no
deben pensarse en términos sustantivos y de cosas, sino de verbos y de procesos, no la
memoria y el relato, sino recordar, contar. Las fuentes orales no son nunca anónimas e
impersonales, como es justo que sean las institucionales. Por cuanto la narración y la
memoria pueden contener materiales compartidos, con otros, los que recuerdan y
cuentan son siempre individuos singulares, que asumen de vez en vez la
responsabilidad y el compromiso de lo que recuerdan y dicen. Pero contar [...] depende
de la existencia de alguien que escuche. Una de las cosas que diferencia las fuentes
Page 3
3
orales es justamente el hecho de ser el final de un trabajo común entre los narradores y
el investigador, que los va a buscar, los escucha, les pregunta.”
1
El análisis de estas fuentes supone la existencia de un cuerpo teórico que se
organiza a partir de la instrumentación de una metodología y un conjunto de técnicas
específicas, entre las que ocupa un lugar fundamental la entrevista grabada. Como
campo de conocimiento, es un espacio de confluencia conceptual y metodológica de
diversas perspectivas del análisis social, así como un ámbito donde convergen prácticas
científicas de distintas disciplinas de las ciencias sociales.
Ahora bien: en este abordaje teórico sobre la Historia Oral podríamos
extendernos mucho más, ya que, afortunadamente, abunda el material escrito sobre el
tema. Pero, por más eruditos que seamos en la materia, sólo podemos apropiarnos de
esta valiosa metodología cuando “realmente” trabajamos con ella. Y es aquí donde,
como docentes inmersos en la vorágine del año escolar, a veces perdemos de vista los
fundamentos teóricos de la Historia Oral.
Muchos proyectos interesantes son llevados a cabo gracias al esfuerzo personal y
al compromiso de docentes y alumnos. Pero sus resultados no siempre van de la mano
de las buenas intenciones, ya que muchas veces se prioriza lo anecdótico de las
entrevistas y se deja de lado la riqueza que brinda la Historia Oral. Riqueza que, entre
otras cosas, permite a docentes y alumnos reconocer procesos sociales que forman parte
de sus propias vidas, estableciendo un diálogo significativo entre el pasado, el presente
y el futuro imaginado.
Nuestro trabajo dentro del Programa de Historia Oral de la Facultad de Filosofía
y Letras nos permitió prestar atención a estas cuestiones. Desde el Programa se vienen
realizando a partir del año 2003 diferentes actividades destinadas a acercar la
metodología de la Historia Oral a diferentes sectores sociales relacionados con la
educación. Es a partir de los talleres dictados por integrantes del programa que se ha
puesto en evidencia la necesidad de articular actividades que permitan brindar a
instituciones educativas herramientas pedagógicas y metodológicas que colaboren en la
búsqueda de explicaciones a diferentes problemáticas concretas. Dichos talleres fueron
pensados en un principio para los integrantes del Programa y alumnos de la Facultad.
Pero la demanda superó nuestras expectativas. Docentes de todos los niveles
(secundario, terciario, universitario), alumnos de institutos terciarios y universitarios, y
especialistas de otras disciplinas científicas (sociología, antropología, ciencias de la
educación, etc.), asistieron a estos encuentros. Lo que se había pensado como
Page 4
4
encuentros esporádicos, terminó formando parte de la planificación anual de las
actividades del Programa.
Es en esos espacios de encuentro con docentes que responden a diferentes
realidades culturales, donde pudimos tomar contacto con las inquietudes que aparecen
cada vez que recurrimos a la Historia Oral. ¿Se puede utilizar la Historia Oral en el
aula? ¿Es una herramienta metodológica o una estrategia de investigación? ¿Cómo
trabajar la "objetividad" de las fuentes orales? ¿Cómo trabajar el criterio de "verdad"?.
Preguntas que, en definitiva, nos hacemos todos lo que alguna vez decidimos utilizar la
Historia Oral.
Por eso proponemos este espacio de reflexión, ya que muchas veces, ante la
urgencia de los compromisos cotidianos, no reflexionamos adecuadamente sobre
nuestras propias prácticas. Esto sucede, entre otras cosas, porque no hay un
convencimiento real sobre la utilidad de la Historia Oral. ¿Creemos realmente en la
utilidad de lo que hacemos? Consideramos que es útil revisar algunas cuestiones sobre
la utilización de Historia Oral en las aulas, especialmente el "para qué" y el "cómo" esta
valiosa herramienta puede ser incorporada a nuestra actividad docente.
¿Para qué?
Muchos de los que asistimos a este Congreso hemos trabajado en el aula a partir
de la creación y el análisis de las fuentes orales comprobando que la utilización de este
tipo de fuentes, facilita el camino para generar interés en los alumnos, logrando que
valoricen el reconocimiento de los problemas y la búsqueda de respuestas propias. Además
ayuda a construir una historia con vidas que vaya más allá de las de los personajes
reconocidos o famosos.
Si consideramos que el aprendizaje de las ciencias sociales es un proceso activo
y en constante desarrollo y construcción, con el acento puesto en la comprensión y
explicación de las acciones de los hombres en el contexto de la sociedad en que vive, se
nos plantea a los docentes una serie de desafíos:
• Lograr una propuesta de trabajo escolar que recoja la complejidad y
riqueza de la realidad social –en el espacio y en el tiempo– y a la vez la presente de
manera atractiva para los alumnos.
• Conciliar las propuestas curriculares que ponen el acento en el ámbito
local con la necesidad de alcanzar la comprensión de los procesos sociales más
generales, a escala nacional y mundial.
Page 5
5
• Elaborar estrategias que permitan superar las dificultades que los
alumnos tienen para la comprensión de los conceptos históricos y sociales, teniendo
en cuenta que gran parte de esas dificultades surgen de las características propias de
esos conceptos: son, entre otras cosas, abstractos, complejos y no familiares para los
niños.
• Enseñar una historia con protagonistas, eludiendo al mismo tiempo:
a)
la visión tradicional, que reduce el tema al estudio de la actuación
de los grandes personajes políticos o militares.
b)
una visión despersonalizada de la historia, en la que los actores
sociales son meras abstracciones alejadas de la vida –y, por lo tanto, de las
posibilidades de comprensión– de los alumnos.
• Permitir que los estudiantes superen su dificultad en el manejo de la
temporalidad, causada por su distancia con el pasado histórico, sea este más o menos
lejano.
• Iniciar a los alumnos en el método de análisis social, creando conciencia
de que para llegar al conocimiento de una época es necesario interrogar los
testimonios que de ella poseamos.
• Acercar a los jóvenes a la reflexión sobre las principales características
del conocimiento social e histórico.
• Despertar su curiosidad y lograr que valoricen el reconocimiento de
problemas y la búsqueda de respuestas propias.
En este sentido, si reconocemos que la historia oral tiene una enorme
potencialidad educativa debemos admitir que los docentes tienen necesidad de conocer
y profundizar esta temática en tanto da respuesta a alguno de estos problemas que
plantea hoy la enseñanza de las ciencias sociales en la escuela. Es por ello que
proponemos como eje de análisis la utilización de las fuentes orales en el ámbito escolar.
En este sentido, el trabajo con fuentes orales, tanto en su etapa de creación como
en la de su utilización, ayuda a los alumnos a comprender las características del
conocimiento histórico y del trabajo del historiador.
El proceso de preparación de las entrevistas, que requiere capacitar a los
alumnos en las técnicas de la entrevista de historia oral, aporta al aprendizaje de la
utilización de otras fuentes. Esto es así porque la entrevista –por su propia esencia
interactiva– permite desnudar que todo conocimiento es respuesta a una pregunta, lo
Page 6
6
que promueve un papel activo del alumno-investigador frente a todo documento y le
ayuda a comprender que para conocer el pasado es necesario interrogarlo. En este
sentido Moss afirma: “La historia oral considera que la experiencia vital de un solo ser
humano, o aún un solo fragmento de la totalidad de una vida es significativo por sí
mismo, o suficientemente representativo de un fenómeno más amplio como para
garantizar su inclusión en los datos básicos de la investigación histórica”.
2
La Historia Oral se concentra en las experiencias directas de la vida de las
personas. La preparación de la entrevista de Historia Oral, como procedimiento
específico por el cual se recuperan esas experiencias almacenadas en la memoria de la
gente que las vivió, tiene que significar tanto para docentes como alumnos el eje de todo
proceso de trabajo que utilice fuentes orales. Si logramos, aunque sea, discutir el rol que
le asignamos a las fuentes orales, estaremos encaminados en la búsqueda de las
respuestas que nos planteamos al principio de este trabajo.
La utilización de las fuentes orales, confrontando diferentes testimonios entre sí
y con la información que surge de otro tipo de fuentes, ayuda a transparentar alguna de
las características de los conceptos sociales e históricos: ser relativos, cambiantes en el
tiempo, sufrir la influencia cultural e ideológica del medio y, finalmente, ser subjetivos
en tanto producto humano.
Si consideramos las dificultades habituales en la comprensión de los contenidos
escolares y su relación con el nivel de los aprendizajes de los alumnos, la realización de
las entrevistas:
• Facilita la aprehensión de la experiencia histórica concreta pues abren
puertas, levantan las tapas de las cajas de fotos o recuerdos, desempolvan
viejos cuadernos y permiten rememorar experiencias inimaginadas, por lo
que aparece como una herramienta válida para aproximar a los alumnos a una
historia con palabras, proyectos, ilusiones, frustraciones y éxitos.
• Pone en contacto a los niños con personas mayores, confrontando
temporalidades muy diferentes, lo que facilita la comprensión de la
multiplicidad del tiempo histórico y combate la idea de un tiempo uniforme y
lineal. tiempo histórico
• Ayuda a adquirir una concepción más amplia del pasado inmediato y de su
elaboración socio-cultural como historia, y así su práctica revierte sobre la
comprensión de la historia en general.
Page 7
7
En cuanto a las características propias de las Ciencias Sociales, la Historia Oral
como metodología, facilita la aprehensión de la experiencia histórica concreta,
permitiendo a los alumnos reconocer procesos sociales que forman parte de su propia
vida. Además si sumamos a esto la posibilidad de que los alumnos se contacten con
personas mayores, confrontando temporalidades diferentes, facilitamos la comprensión
de la multiplicidad del tiempo histórico.
Son muchas otras las ventajas que proporciona la Historia Oral, tanto a docentes
como alumnos, a la hora de hacer un balance del trabajo realizado.
¿Cómo?
En primer lugar creemos, a partir de nuestra experiencia, que el uso de la
Historia Oral no debe ser pensada como una práctica aislada, sino que debe ser una
fuente más para confrontar con otras y así construir una historia más parecida a la
verdadera. Es el mismo criterio con el que deberíamos analizar cualquier tipo de fuente
histórica, reconociendo en cada caso las limitaciones que presentan. Ahora bien en muy
pocas ocasiones se planteó este tema como disparador del debate.
Muchas veces, las críticas al uso de la Historia Oral se originan en el error de
creer que las fuentes orales son las únicas utilizadas en la investigación. Esta
apreciación nace, en parte, de la utilización inadecuada que se hace de esta metodología.
La riqueza de la Historia Oral no pasa por la exclusividad en el uso de las fuentes orales,
sino en la posibilidad de analizarlas y confrontarlas con otras fuentes y fundamentos
teóricos.
Por otro lado la mala difusión de la forma de hacer Historia Oral hace que ésta
pase a ser el resultado de cualquier tipo de entrevista, dejando de lado toda la
fundamentación teórica que se ha escrito en los últimos años ¿no se corre el riesgo de
que esta práctica verdaderamente llegue a estar vacía de contenido? No debemos
perder de vista que “por metodología, objetivos y dinámica, la entrevista de historia
oral se diferencia de una conversación espontánea, de otros modos de interrogar: el
reportaje, la entrevista periodística, la encuesta, la entrevista psicoanalítica, etc., de la
memoria o reflexión autobiográfica..”
3
Al momento de trabajar con las entrevistas es necesario plantearse las siguientes
preguntas para marcar en la práctica las diferencias señaladas anteriormente:
•
¿Por qué seleccionamos al entrevistado?
•
¿Qué buscamos en la entrevista?
•
¿Qué y cómo preguntamos?
Page 8
8
•
¿Qué y cómo escuchamos?
•
¿Qué interpretamos de lo que nos han dicho?
Estas preguntas, creemos, nos ayudarán a que, en la práctica, la Historia Oral no
se reduzca sólo a la realización y transcripción de entrevistas, en las cuales quede
desdibujado el lugar del entrevistador en el proceso de creación de la fuente oral. La
entrevista dejará de ser un instrumento para "conocer acontecimientos del pasado",
"como se vivía en esa época", etc. y se transformará en una herramienta para interpretar
"ese pasado" del cual tanto docentes y alumnos formamos parte.
Los alumnos muchas veces realizan entrevistas sin una preparación adecuada de
la misma. Se dedica poco tiempo y espacio para la búsqueda de información del período
y del entrevistado que les permita comprender el contexto en el que se desarrollan los
acontecimientos que les van a relatar.
En cuanto a la utilización de fuentes orales en distintos ámbitos educativos, la
“aparente complejidad” que significa preparar las entrevistas, hace que se elija trabajar
solamente con las fuentes tradicionales, evadiendo la posibilidad de que el alumno se
apropie del conocimiento que está construyendo.
Consideramos importante reflexionar sobre estos temas ya que, a pesar de la
convicción que tengamos sobre la potencialidad de la Historia Oral, muchas veces, al
momento de ponerla en práctica, esta metodología es considerada una herramienta
menor dentro de la enseñanza de historia. De esta forma, corre el riesgo de convertirse
en una moda pasajera.
Creemos que aunar criterios no significa trabajar todos de la misma manera, pero
si asumir ciertos compromisos comunes que nos permitan aprovechar la riqueza de esta
metodología. Iniciar el camino es una aventura compleja, pero a medida que se avanza y
se ven los resultados la tarea se vuelve cada vez más sencilla. ¿Por qué no preguntarnos
si enfrentar ese desafío no hará más fácil y placentera nuestra labor cotidiana?
En este trabajo, partimos de la certeza de que la Historia Oral constituye hoy, en
todo el mundo, un área muy dinámica de producción de conocimiento en el campo de
las ciencias sociales. Su utilización en el campo educativo ha dado resultados
satisfactorios en muchos países, pero en el nuestro su crecimiento es reciente y, en gran
parte, las experiencias desarrolladas carecen de sistematización. ¿Por qué no utilizar
este espacio para asumir ese compromiso?
Page 9
9
1
Alessandro Portelli, La orden ya fue ejecutada. Roma, las Fosas Ardeatinas, la memoria. Buenos Aires,
Fondo de Cultura Económica, 2003. Pág. 24 y 25.
2
William Moss, “La Historia Oral: ¿Qué es y de dónde proviene?” en Dora Schwarzstein (comp.). La
historia oral. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1991. Pág.30.
3
Laura Benadiba, Daniel Plotinsky, Historia Oral. Construcción del archivo histórico escolar. Una
herramienta para la enseñanza de las Ciencias Sociales. Buenos Aires, Ediciones Novedades Educativas,
2001. Pág. 22
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo.
Voltaire
No hay comentarios:
Publicar un comentario