lunes, 27 de febrero de 2012

Actividad Mes de la Patria Liceo Nocturno Domingo Moreno Jiménes

Himno Nacional Dominicano con imágenes

San Lorenzo de Los Mina, origen e identidad de Santo Domingo Este

Por Manuel Soto Lara/ Regidor ASDE-BIS

Corría el año 1676. España y Francia, hacia 12 años, que  se repartían la Isla Española. En la posesión francesa, hoy Haití, esclavos procedentes del África, eran sometidos a una cruel explotación. En Santo Domingo, al otro extremo, posesión española, la explotación, por el tipo de actividad laboral, también era cruel, pero menos despiadada.
A esa fecha, unos treinta esclavos con el color de la noche en su piel, dieron muerte a su amo y, siguiendo la ruta del sol, escaparon hacia la libertad.

Padrejon, o Padre Jon, líder del grupo, les había prometido llevarlos a  la posesión española, en la parte este de la isla, donde las condiciones de trabajo les garantizarían, inclusive, una vida más prolongada.

Fueron contratados unos 20 bucaneros para atraparlos. Estos mataron 7; pero los demás lograron llegar.
En la tierra de promisión, según fuentes históricas, estos habrían sido  recibidos y puestos en posesión por Francisco de Segura  Sandoval y Castilla, quien pocos años más tarde sería designado como Maestre de Campo y Gobernador.

Originarios  de Senegal y el Congo Belga, a través del Puerto de Minus, habían zarpado como esclavos de guerra y llevados a Haití.
Por herencia de sus ancestros, eran devocionarios de San Lorenzo Mártir.
¡Tanto sufrían los esclavos que adoptaron como su patrón a ese “santo”! El santoral registra pocos tan despiadadamente torturados como este.

A finales del siglo XVI lo que es hoy República Dominicana, era una rural provincia ultramarina de la entonces decadente potencia española.

Se  hablaba de los españoles de América y de los españoles de Europa. En América, éramos apenas un manojo de pueblos sin identidad.

Ya en el año 1502, el entonces gobernador español, Fray Nicolás de Ovando, destruida la ciudad de Santo Domingo por un ciclón y zarandeada su población por una peste de hormigas, la había traslado a su actual posición en la margen occidental del Río Ozama.

Casi dos siglos después, en la margen oriental del río, el paisaje aún lucía íngrimo y solo. Eran territorios de fugitivos e insurrectos. En lo que es hoy la cabeza oriental del Puente de la 17, donde se encuentra el destartalado “Destacamento de Los Mina Viejo”, habitaba un hombre enamorado.

Se llamaba Luis Estévez Melo. Vivía en concubinato, lo que era severamente castigado en la época. Entre las penas que les fueron impuestas incluyeron la de expropiación de sus predios. Ahí asentó Segura y Sandoval a los 23 hombres que sobrevivieron a la persecución de los bucaneros, más otras 50 personas.

Entre estos habían 34 minas, 3 congos, 4 borucos, 3 angoles, un aranda, un zape, otro procedente de Cabo Verde, y el resto sin etnia conocida. Construyeron sus casuchas y dejaron, al centro, una extensa área para parque. Ahí mismo, en el extremo norte del parque, hizo construir don Ignacio Martínez Heredia en 1974 un destacamento de policía; hacia al sur, está la iglesia, segunda construida luego de la catedral, y que, para protegerse de los ciclones, le sirviera de refugio seguro.

En la ocasión, a ese asentamiento se le llamó San Lorenzo de los Negros Mina. Así surge lo que hoy resumimos como “Los Mina”.
Desde África, el grupo mayoritario, había partido del puerto de Minus. De ahí el nombre.

Posteriormente, otros 19 negros esclavos que escaparon hacia la libertad procedentes de Cuba, Panamá, Nicaragua, Portobelo y Maracaibo, fueron llevados al asentamiento.  De estos, 7 fueron devueltos a sus amos.

Dos años más tarde, ya se luchaba por educarlos en la fe cristiana. El 14 de agosto de 1678, el padre Fray Domingo Fernández de Navarrete escribía al Rey: “De los negros que se han pasado del enemigo se ha formado un pueblecito a dos leguas de esta ciudad y porque cada día se ha aumentado, necesita educación y enseñanza”, según cita el historiador Fray Cipriano de Utrera.

La mayoría no había tenido la oportunidad de educarse, y vivían desorganizados y sin autoridad. Las contradicciones y enfrentamientos entre ellos los llevó a la división. De ahí que un grupo, perteneciente a la tribu Mandinga, se fue a Mendoza. Eran agricultores y procesaban el cazabe. Otra tribu se fue a Villa Mella. Estos eran criadores de cerdos.

Ellos nos legaron le herencia culinaria del chicharrón. De gran fama aún en la zona.

“Dieron carpeta los muchachos”. No querían someterse a la fe cristiana y eran muy violentos. El gobernador español Pérez Caro los definió como bárbaros y pidió autorización para desalojarlos. Otras autoridades también quisieron destruir la aldea. De hecho, el 27 de agosto de 1792, casi un siglo y cuarto después del asentamiento, el arzobispo Carvajal y Rivera solicita al Rey “la demolición del pueblo”.

En el año 1950, en el lugar se funda Villa Teshalia. Es la primera casa formal construida en clavot. Su propietario, don Ignacio Martínez Heredia, compró 70 hectáreas por 70 pesos. Teshalia era el nombre de su bien amada esposa. Al año 1900 esos terrenos ya estaban titulados. El Dictador Rafael Leónidas Trujillo se interesó en ellos, y él mismo le puso el precio.

A mediados del 1950, Trujillo, que había adquirido en la zona grandes porciones de terrenos, incluido todo lo que es hoy Los Tres Brazos, promovió el desalojo de San Lorenzo de Los Mina “para limpiar la fisonomía de la capital”.

Más de 300 años después, por disposición legislativa, San Lorenzo de Los Mina abandona el Ayuntamiento del Distrito Nacional para integrar el municipio Santo Domingo Este.

El Ayuntamiento de la Capital poco lo recordó, y, “pocas veces le tendió una mano”. A partir del año 2001 la margen oriental adquiere su propia identidad y un año más tarde estrena autoridades edilicias. Va a cumplir diez años, y,  San Lorenzo... aún espera.

El maltrecho parque de paradisíaca topografía y vista encantada; la centenaria iglesia en ruinas y su mullido destacamento, consumidos por el polvo y el olvido, son mudos testimonios de nuestros orígenes y aún del abandono. 

sábado, 25 de febrero de 2012

Historia Oral: General José de Jesús Morillo López entrevistado por Pedro De León C.

Biografia Ramón Matías Mella

A pesar de una cultura de desinformación se debe conocer que su nombre real es .

A Matías Ramón Mella se le reconoce como uno de los tres grandes próceres de la República Dominicana por sus aportes al proceso independentista.
Matías Ramón (que, por error, anteriormente se le llama Ramón Matías) nació el 25 de febrero de 1816 en la ciudad de Santo Domingo, hijo de Antonio Mella y Álvarez y Francisca Castillo Álvarez, creció y vivió, adquiriendo para su adolescencia y primera juventud fama de hombre de valor. Se le reputaba como muy diestro en el uso de la espada y el sable
El Patricio Matías Ramón Mella se desarrolla política y profesionalmente de 1822 a 1843 durante los años que el presidente haitiano Jean Pierre Boyer dominaba el territorio de la parte española de la isla.
Hizo el servicio militar con el que adquirió notoriedad entre sus compañeros y superiores por su seriedad, carácter responsable y por su valor personal.
Mella no fue uno de los fundadores de la Sociedad Secreta La Trinitaria pero entre los años 1838 y 1843 se convirtió en uno de los adeptos más eficaces de esta célula política que buscaba la separación de las comunidades dominicana y haitiana para luego crear un Estado independiente de toda influencia extranjera bajo el nombre de República Dominicana. Esto le mereció la plena confianza de Juan Pablo Duarte.
En enero de 1843 fue comisionado por Duarte para trasladarse a la villa haitiana de Los Cayos de San Luis, al sur de Haití, para hacer contactos con los Charles Herard y los revolucionarios reformistas adversarios del presidente Boyer.
La táctica de Duarte de aliarse con los enemigos de Boyer, encontró en Mella una persona capaz de sumar a los militares y civiles que encabezados por Charles Herard, querían el derrocamiento del presidente de la República que tenía más de veinte años gobernando.
Cuando regresó de Los Cayos y luego del derrocamiento de Boyer, Mella se trasladó al Cibao Central como agente propagador del ideal republicano. Luego de su triunfo Charles Herard, ordenó la prisión de Mella, Rafael Servando Rodríguez y el sacerdote Juan Puigbert, acusándolos de querer destruir el ejército y los remitió a Puerto Príncipe donde permanecieron dos meses detenidos, regresando en septiembre a la parte oriental.
En enero de 1844 Mella ayudó a Sánchez, jefe del Movimiento independentista por la ausencia de Duarte, a redactar el Acta de Independencia y, a sugerencia suya, se le llevó a Tomás Bobadilla para su revisión.
La noche del 27 de febrero de 1844 es de los primeros en llegar a la Puerta de la Misericordia, exhortando en el lugar a unos pocos temerosos a no abandonar el lugar y, audaz e impulsivo, Mella disparó su famoso trabucazo en la Puerta de la Misericordia, partiendo desde allí hacia la Puerta del Conde, donde es proclamada la República e izada la Bandera Dominicana.
Luego de proclamada la República, Mella forma parte de su primera Junta Central Gubernativa.
Para los primeros días de Marzo de 1844 parte hacia el Cibao como Gobernador del Distrito de Santiago y Delegado de la Junta Central Gubernativa, pero en realidad era el jefe político y militar de la región más importante del país. Ostenta el rango de Coronel del naciente Ejército Nacional.
Mella no estaba en Santiago cuando se iniciaron los combates del 30 de Marzo pues la batalla lo sorprendió cuando recorría la región del Cibao reclutando hombres y tomando posiciones que revelan su gran capacidad militar organizativa.  Mella había dado las primeras instrucciones y escogió a José María Imbert como lugarteniente en Santiago.  En estas iniciativas están sus méritos en esta batalla.
Los acontecimientos tomaron un giro diferente después de la victoria de Azua el 19 de marzo. Duarte se presentó en el Cibao y Mella, entusiasmado e impulsivo, lo proclamó Presidente de la República.

Cuando Faustin Soulouque invadió el país, Mella se incorporó al Ejército, destacándose en la famosa Batalla de Las Carreras y termina siendo secretario de Pedro Santana. En septiembre de 1849, es nombrado Secretario de Estado de Hacienda y Comercio. Hasta la anexión a España se sintió más cerca de Santana que de Báez.
Entre 1849 y 1861 ocupó importantes cargos civiles y militares entre los que se encuentran comandante de Armas, Ministro de la Guerra, Gobernador, Ministro Plenipotenciario y Enviado Extraordinario en Misión Especial frente al Gobierno español, para gestionar el reconocimiento de la República o del Protectorado.
En julio de 1856 se le encomendó preparar un proyecto de ley para organizar el Ejército. Ya se le tenía y respetaba como un entendido en asuntos militares.
Demostró que realmente era conocer de los asuntos militares cuando se inicia la Guerra Restauradora. A este movimiento se incorporó, en agosto de 1863, confiándosele importantes misiones.
Viajó al sur atravesando la Cordillera Central por Constanza, con el encargo de organizar las tropas restauradoras dirigidas por Pedro Florentino.
Es designado Ministro de la Guerra y elabora el Manual de Guerra de Guerrillas que dirige por medio de una circular de fecha 26 de enero de 1864 y que recoge toda la experiencia del pueblo dominicano en esta forma singular de lucha.
Mientras servía a la causa restauradora, el general Mella, enfermó de disentería y murió en la extrema pobreza el 4 de junio de 1864. Murió con la distinción de ser dos veces prócer de la República, pidiendo que lo enterraran envuelto en la Bandera Nacional y, así se hizo.
Además de los indiscutibles aportes que hizo el ilustre Matías Ramón Mella a la causa independentista nacional, realizó otro que lo llenó de gloria y lo enarboló con un hombre conocedor y manejador de los asuntos militares sin precedentes en la República Dominicana, este fue el Manual de Guerra de Guerrillas empleados por los héroes criollos en la Guerra Restauradora.

sábado, 18 de febrero de 2012

Francisco Alberto Caamaño Héroe Guerra de Abril 1965 y Caracoles 1973

Historia Oral: Doña Carmela Mateo hija de Liborio Mateo

Historia Oral: Don Valdemiro Féliz habla de modo de subsistencia

DEDICADO A TODAS LAS PROFESORAS Y PROFESORES DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA.

Lindon Johnson temía que dominicanos “cualquier día volaran el Capitolio”

Lindon Johnson temía que dominicanos “cualquier día volaran el Capitolio”

Hoover llamó a la operación “DOMSIT”, por “Situación Dominicana”. Empezó por reunir dos docenas de agentes que hablaban español, y los nombró a cada uno LEGAT, o agregado legal, forcejeó por pasaportes para ellos, y empezó a despacharlos hacia el Caribe esa misma noche




SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El presidente de los Estados Unidos Lindon Johnson autorizó en forma ilegal, en 1965, que se estableciera una estación del Buró Federal de Investigaciones (FBI) para estar más atento a las actividades “terroristas” de los rebeldes dominicanos, bajo el supuesto de que “cualquier día podrían volar el Capitolio”, según el criterio del congresista texano George Mahon.
La revelación aparece en el libro Enemigos, la historia del FBI, escrito por el periodista norteamericano Tim Weiner, ganador del premio Pulitzer y quien fuera reportero importante ante la Casa Blanca en los años sesenta.
El libro contiene algunos datos sobre las operaciones del FBI en la República Dominicana, y en ellas se hacen revelaciones importantes sobre Joaquín Balaguer, Juan Bosch y su relación con los organismos de seguridad y vigilancia de los Estados Unidos Unidos.
El siguiente relato forma parte del libro, en donde aparece mencionada con detalles la República Dominicana:
“El enemigo controla los caminos”
Lindon Johnson (LBJ) recibió una buena cantidad de información de inteligencia poco fidedigna sobre la República Dominicana, de la CIA y de Raborn. “En mi opinión, esta es una lucha real montada por Castro”, dijo el almirante al Presidente, con pocas pruebas.
LBJ deseaba creerle. El 30 de abril, el presidente le dijo a su abogado, Abe Fortas, que la CIA “tenía hombres en estas mismas operaciones -al igual que Hoover tuvo uno en el auto de Alabama- que saben lo que está pasando”.
“Y no hay ninguna duda de que Castro ahora tiene que ver con esto”, le comentó el Presidente a Fortas. “Ellos se están moviendo otros sitios en el hemisferio. Puede ser parte de una trama comunista vinculada con Vietnam… Nuestra opción es si vamos a tener a Castro o una intervención… Creo que el peor desastre político interno que pudiéramos sufrir sería que Castro tomara el control”.
Es mismo día, el Presidente decidió intervenir con fuerza plena del Ejército de los Estados Unidos. Envió a un general de tres estrellas, Bruce Palmer Jr., y al 18° Cuerpo Aerotransportado, incluyendo la 82va División Aerotransportada a la República Dominicana. Más de 20,000 soldados estadounidenses y fuerzas de operaciones especiales, y oficiales de guerra psicológica se unieron a los marines. La semana anterior, LBJ había enviado 49,000 soldados norteamericanos más a Vietnam.
Palmer recibió la orden de Wheeler: su misión es salvar las vidas de los norteamericanos
El relato del periodista Tim Weiner es el siguiente sobre la orden que recibió Palmer, quien fuera el comandante responsable de la intervención militar de los Estados Unidos en la República Dominicana en 1965:
El 1 de mayo, el general Earle Wheeler, presidente del Estado Mayor Conjunto le dio al general Palmer sus órdenes de marcha: “Su misión anunciada es salvar las vidas de los estadounidenses. Su misión no anunciada es impedir que la República Dominicana se vuelva comunista. El Presidente ha dicho que él no permitirá que haya otra Cuba. Usted deberá tomar todas las medidas necesarias para cumplir esta misión”.
Las fuerzas de Estados Unidos se interpusieron entre los soldados de la junta y los soldados leales al presidente Bosch (los “rebeldes”, para los estadounidenses). Se produjo un tenso estancamiento, marcado por escaramuzas, fuego de francotiradores, cañoneo y feroces asaltos nocturnos contra civiles.
El activo más preciado era la Inteligencia, que solo la tenía Wally Estill, del FBI, en virtud de su vigilancia electrónica de Bosch en San Juan y de sus aliados en la República Dominicana.
“Un batallón de artillería rebelde lanzó varias descargas contra las líneas de EE.UU. en Santo Domingo”, relataba Estill. “Mi teléfono sonó y nuestra recepcionista anunció que el Buró estaba en línea”. Era Al Belmont, el director asistente de Hoover. “Inmediatamente oí a Belmont exigiendo saber si esos disparos estaban hechos con la aprobación del liderazgo rebelde. Le respondí que tendría que subir corriendo las escaleras y preguntar a los técnicos que vieran que podía haberse interpretado, y que yo le devolvería la llamada. Me respondió con un “¡No!” enfático y dijo que tenía al Presidente en su otra línea listo para ordenar que nuestras tropas respondieran con una descarga devastadora que destruyera a los rebeldes, a menos que estos garantizaran que la andanada rebelde fue un hecho no autorizado.
“Yo corrí por las escaleras y a gritos interrogué a los que estaban de guardia. Ellos habían interceptado una llamada del puesto de mando rebelde a Bosch explicando que un joven oficial de artillería había ordenado disparar sin un motivo preciso. Eso había ocurrido sin la aprobación y contrario a las órdenes. El oficial había relevado del cargo y sería sometido a disciplina. Cuando le pasé la información a Belmont y él se la pasó a Johnson pude sentir, aún por el teléfono, como se relajaba la tensión. Nuestra descarga de represalia no se produjo”.
“Cualquier día podrían volar el Capitolio”
Había mucha preocupación sobre el poder de fuego de los rebeldes, y en ese contexto es que el congresista texano George Mahon dijo que “Cualquier día podrían volar el Capitolio”.
Veamos cómo lo cuenta Tim Weiner:
El 5 de mayo, LBJ habló con George Mahon, un demócrata de 30 años, congresista de Texas. “Con todas estas técnicas terroristas que se están desarrollando en el mundo, temo que esté llegando el momento, como esto que pasa en Santo Domingo, de que estén refinando los instrumentos de terror”, dijo el congresista. “Cualquier día podrían volar el Capitolio”.
“De eso no hay dudas”, respondió JLB. “Y tenemos que encararlo de frente”. El Presidente aceptó la amenaza al ordenarle a Hoover que estableciera una red de inteligencia del FBI en la embajada de EE.UU. en Santo Domingo. La orden podría decirse que era ilegal, porque el FBI no tenía jurisdicción en Santo Domingo. Hoover llamó a la operación “DOMSIT”, por “Situación Dominicana”. Empezó por reunir dos docenas de agentes que hablaban español, y los nombró a cada uno LEGAT, o agregado legal, forcejeó por pasaportes para ellos, y empezó a despacharlos hacia el Caribe esa misma noche.
Paul Brana, del FBI, estuvo en la primera oleada de diez agentes. “Nos hicieron volar en un C-130”, un transporte militar con dormitorios maestros en el primer departamento, dijo Brana. “Aterrizamos el C-130 en la República Dominicana y ellos tienen helicópteros para trasladarnos. Yo dije: “¿Y cómo es que nos van a trasladar en helicópteros? ¡Por qué no vamos en un auto!”.
Un oficial militar respondió: “Porque el enemigo controla los caminos”
“Yo comenté: ‘El enemigo controla los caminos’. Nadie nos dijo que había una operación de combate en marcha. Por eso estamos en este maldito helicóptero y estoy viendo este fuego de ametralladora. Y dije: ‘¡Dios mío! Nadie nos dijo que veníamos a combatir!’”.
Los jefes de Brana le habían dicho que el Presidente “estaba muy disgustado porque no sabía nada” sobre la situación política en la República Dominicana. LBJ le ordenó al FBI que realizara una investigación sobre los antecedentes de todos los que estuvieran pugnando por el poder.

jueves, 16 de febrero de 2012

Conmemoran muerte deCaamaño Deñó

Escrito por: TEOFILO BONILLA (t.bonilla@elnacional.com.do)

Con veinticinco misas y otros actos en República Dominicana y Estados Unidos, se recordará este jueves el 39 aniversario del asesinato del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, líder de la expedición guerrillera del 3 de febrero de 1973 que desembarcó por playa Caracoles para combatir el régimen del presidente Joaquín Balaguer.



Claudio Caamaño Grullón, combatiente de Abril y Caracoles, dijo que con en el 39 aniversario de su muerte, tanto en República Dominicana como otras partes del mundo, se recordará con actos religiosos, patrióticos, históricos, culturales y florales, a Caamaño, ejecutado en la Loma de Nizaito.



Las misas se inician a las 5:30 de la tarde en la iglesias Las Mercedes de la Capital, y siguen en la noche en la catedral de Baní; así como en Azua, Barahona, Pedernales, Montecristi y Puerto Plata.



Otras eucaristías serán oficiadas en San Francisco de Macorís, Cotuí, en la iglesia La Altagracia, en Santiago; Bonao y Piedra Blanca; Villa Altagracia, San Cristóbal, y en la basílica de Higüey.



Se oficiarán misas en las Iglesias Santa Elizabeth, de Nueva York, y en C- Watsford, en Manhattan a las 7:00 y 7:30 de esta noche. También en Hato Mayor, La Romana, Samaná, Nagua, San Juan de la Maguana, José de Ocoa, San José de las Matas y Cabrera.



Claudio Caamañó narró que el 16 de febrero del 1973, a las 11:05 de la mañana, también murieron en combate Eberto Lalane José y Alfredo Pérez Vargas, mientras que Caamaño Deñó fue capturado herido en las piernas y un brazo por el teniente Raúl Almonte Lluberes, y entregado una hora después al teniente coronel Carlos Castillo Pimentel, quien lo trasladó en un vehículo unos siete kilómetros, hasta el Valle de Nizaito, donde esperaba el mando supremo militar, al prisionero herido, que era custodiado por 12 militares.



Agrega que a las 12:01 de la tarde, Caamaño fue entrevistado por el vicealmirante Ramón Emilio Jiménez Reyes, secretario de las Fuerzas Armadas; el comodoro Francisco Amiama Castillo, compañeros de promoción militar de Caamaño, el mayor general Enrique Pérez Pérez, jefe de Ejército; y los generales Juan René Beauchamps Javier y Ramiro Matos González, jefe y sub-jefe de Operaciones del Ejército.



Dijo que los jefe militares retornaron a Nizaito, y a las 5:47 de la tarde del 16 de febrero, el teniente coronel Héctor García Tejada dirigió la ejecución.

jueves, 9 de febrero de 2012

50 aniversario de la masacre del Parque Independencia

Por VIRGILIO GAUTREAUX
Economista e historiador. Reside en Santo Domingo
Los oportunistas conservadores de siempre, han logrado mediante un eficiente control mediático, que esos acontecimientos dramáticos y tan importantes para la democracia dominicana, queden en el olvido.
Reviste suma importancia conmemorar una gesta cuando ésta cumple 50 años. Es motivo de reflexión, discusión y jornadas intelectuales, en las cuales pueden participar algunos de los actores de dicho acontecimiento desde una perspectiva académica, despojada ya de las pasiones del momento.
Desafortunadamente por motivos conocidos, son muchos los que desean que los hechos ocurridos en Enero de 1962, permanezcan fuera de la memoria de las grandes mayorías del pueblo dominicano. Por eso, este cincuentenario y las acciones que le precedieron y le prosiguieron se mantienen sepultados por una pesada losa de hormigón.
Los oportunistas conservadores de siempre, han logrado mediante un eficiente control mediático, que esos acontecimientos dramáticos y tan importantes para la democracia dominicana, queden en el olvido. Para ello han contado con la complicidad de algunos intelectuales que se han lucrado presentando a Trujillo y sus secuaces como personajes conchoprimescos o folklóricos, despojados de toda sospecha. Se nos presentan esas hienas, como poseedores de gran habilidad y sagacidad, que logran sus objetivos.
Enero de 1962 debió ser objeto-en este cincuentenario-de seminarios y tertulias.
Ajusticiado el tirano, el pueblo dominicano reprimido por tres décadas rompió sus cadenas. Ya a los 45 días de “la muerte del chivo”, las multitudes llenaban las calles del país reclamando su libertad. El sólido régimen, a pesar de los grandes esfuerzos de los trujillistas (muchos de ellos actualmente funcionarios), no pudo con la avalancha popular. Los mítines y discursos de adhesión trujillista, servían para instigar que las fuerzas armadas, la policía nacional y los paleros de Balá, fueran más crueles contra la población indefensa. Es increíble que remanentes de esa gente tan perversa, se presentan todavía en los medios de comunicación.
El ajusticiamiento de Trujillo “en tiempos de guerra fría” provocó una grosera intromisión norteamericana en los asuntos internos nacionales, que a la postre distorsionaron la “hoja de ruta de la democracia dominicana”. Las sucesivas apreciaciones interesadas yanquis sobre lo que mejor convenía al pueblo dominicano, así como los temores de una “nueva Cuba en el Caribe”, provocaron sangrientas represiones, Golpes de Estado, guerrillas, una Guerra Patria y la intervención de 42 mil soldados estadounidenses en 1965. Fueron muchas las víctimas dominicanas (jóvenes, intelectuales y el pueblo en general) que ocasionó la errónea política de John Kennedy y Lyndon Johnson. Las soluciones “Made in USA” que aplicaron, se tradujeron en sangre, sudor y lágrimas para la patria de Duarte, Sánchez y Mella.
El periódico New York Times que se mostraba “preocupado” por la situación dominicana, en la práctica sólo reflejaba los intereses estratégicos del gobierno norteamericano y las tácticas político-militares del Departamento de Estado y el Pentágono. La fiebre anti-Castro que padecía EUA, se convirtió en el trapiche de la democracia a que aspiraba nuestro pueblo luego de 30 años de tiranía.
Los ocho meses que abarcan el período Junio 1961-Enero de 1962, fueron de gran impacto político. Todo el país estaba movilizado pidiendo libertad. El gobierno se apoyó en los hombres de uniforme, sus aviones, tanques y barcos de guerra. Los trujillistas-encabezados por Ranfis y Balaguer intentaban manipular la situación en su provecho y se presentaban como preparados para dirigir la transición. Promulgaron una “Ley anticomunista” para alagar a Estados Unidos y para acusar de marxista a todo el que se les opusiera. Mientras tanto, el país se llenaba de cadáveres.
El servil Congreso Nacional era un apéndice del Partido Dominicano y un sello gomígrafo del binomio Ranfis-Balaguer. Por instrucciones de ambos los legisladores aprobaron la Ley 5545 del 2 de Junio de 1961 que creaba el ESTADO MAYOR GENERAL CONJUNTO, cargo que concentraba todo el poder de las tres ramas militares del país, en una sola persona. Ese mismo día, Balaguer emitió el Decreto 6729 designando a Ranfis en dicha posición.
Los congresistas lambones y desvergonzados despojan de condecoraciones a los militares que participaron en el ajusticiamiento del Sátrapa. En una acción igualmente deleznable, el Senado de la República y la Cámara de Diputados aprobaron la Ley 5558 del 23 de Junio de 1961 mediante la cual se canceló la pensión de RD$ 60.00 que cobraba la Sra Mercedes Fernández viuda Román, madre del General Román Fernández. Sin duda alguna que cuando el Congreso Nacional se convierte en un sello gomígrafo del Poder Ejecutivo, el excremento llega hasta la azotea !!!!!!
También mediante decreto, el Presidente Balaguer expulsó algunos profesores universitarios que tenían vínculos familiares con los complotados.
Mientras el dúo Balaguer-Ranfis decían que conducían la “transición democrática”, arreciaron la violencia contra el pueblo en todo el territorio nacional. A mayor represión, mayores compensaciones, medallas y ascensos a los militares más abusadores y comprometidos con el trujillismo y el pos-trujillismo. De manera especial durante los meses de septiembre y octubre, la oficialidad de la aviación era las más compensada por su destacado papel represivo. El mismo Ranfis es condecorado por Balaguer mediante Decreto No 7057 del 01 Septiembre del 1961, con la Orden al Mérito “14 de Junio” en la clase militar primera categoría.
En un aprieta-afloja, los desafueros cívico-militares eran mezclados con leyes y decretos de destrujillización, en un afán de confundir al pueblo, que sólo quería ver saltar del poder la pareja que representaba el despotismo de los últimos 30 años. Los universitarios encabezaron todo el estudiantado nacional en la cruzada libertaria, razón por la cual fueron objeto de persecuciones, golpizas y asesinatos. Balaguer dispone en Octubre de 1961 el cese de actividades de la universidad, razón por la cual los estudiantes ocupan las azoteas de las viviendas de varias casas de Ciudad Nueva, especialmente en las calles Noel y Espaillat. La cruel represión contra ellos, conmueve la nación, cuya rabia aumentó cuando Balaguer felicita a quienes se ensañaron contra los estudiantes. Este asalto gubernamental, desnudó la mascarada. A finales de ese mes hubieron masivas promociones militares.
El país levantado logra en Noviembre de 1961 la salida de la familia Trujillo, pagando una elevada cuota de sangre. Al momento de la huida de Ranfis asesina cobardemente los ajusticiadores del tirano que estaban encarcelados. A pesar de que se produjeron algunos cambios políticos, Balaguer se apoya en otro hombre de uniforme-el General Rodríguez Echavarría-en un esfuerzo más por permanecer en el poder, hasta el 16 de agosto de 1962.
En los primeros días de Diciembre de 1961 se produce una huelga general que concluye con la formación de un Consejo de Estado integrado por siete Miembros. Este organismo está encabezado por Balaguer y el Dr Rafael F. Bonnelly como Vice-Presidente.
Sin embargo, el pueblo en general, las organizaciones políticas, los sindicatos y dentro del mismo Consejo de Estado, se quiere la salida de Balaguer y aumentan las presiones para que éste renuncie. Dentro del gobierno recién creado hay fuertes contradicciones. Los representantes de la Unión Cívica encabezados por Rafael F. Bonnelly impulsan la salida de Balaguer, quien fija diferentes fechas para su renuncia, apelando a diversos pretextos. Juan Isidro Jiménez Grullón en un artículo de primera página publicado el 2 de Enero de 1962 por el diario La Información de Santiago, señala “Desgraciadamente, el trujillato no ha sido totalmente erradicado. Y como consecuencia de ello vemos al gobierno del Dr Balaguer dictando medidas que obedecen a la técnica caudillista del servicialismo. Lo que están haciendo (repartiendo) los bienes de la familia Trujillo, es clara expresión de ello”.
La gente en las calles de todo el país, se pronuncia contra la presencia de Balaguer como Presidente de la República. El levantamiento de las sanciones económicas impuestas por la OEA el 4 de enero de 1962, aumenta el clima de agitación nacional que reclama la salida definitiva de todo vestigio de trujillismo dentro de las estructuras de poder. La prensa internacional publica que el Capitán Enrique Prestol Castillo y los Tenientes Octavio Rafael Alba Minaya y Eddy Francisco Tineo entregaron una carta al Dr Bonnelly pidiendo la destitución del General Rodríguez Echavarría como Secretario de las Fuerzas Armadas o que acepte sus renuncias si no es relevado de dicho cargo. Ya anteriormente el 2 de Diciembre de 1961, trece oficiales habían formulado una petición similar.
Mientras aumentaba el vacío en torno a la pareja Balaguer-Rodríguez Echavarría, ambos pretendían aparentar lo contrario. Un Comunicado de fecha 14 de Enero firmado por la Agrupación de Abogados de Santiago, exige la inmediata renuncia del Dr Balaguer y la destitución de Rodríguez Echavarría como Jefe de las Fuerzas Armadas. Ya los abogados de San Francisco de Macorís, días antes habían formulado este mismo reclamo.
Es en medio de esta situación que se produce LA MASACRE DEL PARQUE INDEPENDENCIA. .
A partir del mediodía del 16 de Enero de 1962, comienzan a concentrarse en el parque Independencia grupos reclamando la renuncia de Balaguer y la salida de su jefe militar. Bocinas colocadas en el local de la Unión Cívica difundían arengas, música y discursos del presidente de esa organización, el Dr Viriato Fiallo. Más contingentes humanos se suman a la protesta popular, en la medida que se conoce lo que está pasando.

Los gorilas de la base aérea de San Isidro y los funcionarios trujillistas que aún estaban en el Palacio Nacional, ordenan reprimir la manifestación. Por el tipo de contingente que se envía, cinco tanques de guerra AMX y cinco carros de asalto con potentes ametralladoras, desde un principio quienes impartieron la orden sabían cuál sería el desenlace. Efectivos militares con ametralladoras, completaban la formación militar. El entusiasmo de la multitud es ahogado por el ruido de las diez pesadas unidades blindadas, las cuales se despliegan casi en medio de los manifestantes. El Teniente Coronel Cuervo Gómez, comandaba la tropa.
Superada la sorpresa inicial la gente se reagrupa y vocifera contra la presencia militar. Varios corre-corre, amenazas, rastrilleo de armas y uno que otro culatazo, caldea más los ánimos. Cuervo Gómez ordena que silencien las bocinas y tanto los manifestantes, como los que manejaban los micrófonos se oponen. El oficial instruye a varios militares que suban al segundo piso donde estaba la UCN, los cuales luego de intentar infructuosamente de ingresar por una puerta que estaba bloqueada, intentaban subir mediante una escalera.
En medio de este forcejeo, arriba al lugar de los hechos el Dr Rafael F. Bonnelly-Vicepresidente del Consejo de Estado-quien llama a la cordura de los presentes, a la vez que le dice al oficial que detenga la operación contra la UCN. Recibe una negativa como respuesta. En esos momentos uno de los militares que estaba en la escalera cae al suelo, momento en que se inicia una balacera contra la multitud congregada. Los valientes hombres de uniforme disparaban a sus anchas contra gente inocente y desarmada.
El saldo trágico son 5 muertos y numerosos heridos. Concluída la masacre, el contingente sale hacia su base en San Isidro. Ya la misión había sido cumplida. El “combate” resultó con una resonante victoria y ningún efectivo militar resultó herido.
Quedaron para siempre tendidos en el suelo el barahonero y dirigente político, Pío Varona y otros 4 ciudadanos, Los heridos fueron trasladados a hospitales y clínicas. El dolor era inmenso.
Al conocerse en la ciudad capital el saldo trágico, la multitud indignada incendió el cine Olimpia, propiedad de uno de los adulones de Trujillo, algunos vehículos militares, así como la vivienda de la familia del Teniente Coronel Cuervo Gómez, ubicada en la calle 19 de Marzo. La gente colocó barricadas y escombros en varias calles, por si retornaban los tanques.
El país estaba al borde de la guerra civil, aumentan las presiones contra el “dúo malvado” y dentro del Consejo de Estado se solicita de manera firme a Balaguer que renuncie inmediatamente.
En respuesta a las manifestaciones populares y a los aprestos del grupo que lo repudia dentro del Consejo de Estado, Balaguer organiza una asonada golpista y tras bastidores forma una Junta cívico-militar, encabezada por Huberto Bogaert, e integrada por Armando Oscar Pacheco, Antonio Imbert Barreras, Luis Amiama Tió, el Contralmirante Enrique Valdez Vidaurre, el Coronel EN, Neit Nivar Seijas y el Mayor Piloto, Wilfredo Medina Natalio.
La Junta establece el Estado de Sitio, la censura a la prensa, el toque de queda y la conculcación de las libertades alcanzadas. Algunos miembros del Consejo de Estado derrocado son mantenidos bajo arresto.
La prensa nacional el 17 de Enero contenía diversos comunicados amenazantes firmados por los títeres de opereta que integraban la “Junta Cívico-Militar”. Rodríguez Echavarría también colocó un Comunicado donde justificaba todo lo ocurrido, afirmando que ello se evitó una trama de agitadores perversos y capitalistas con sus conciencias envilecidas por las pasiones, los cuales habían ofrecido fuertes sumas de dinero por cada arma que se le despojara a los militares.
La reacción del pueblo fue inmediata. Una poderosa huelga general paralizó el país. Varios Ministros renunciaron y gran parte de los empleados públicos del país, no acudían a sus labores. En medio de la situación, el General Rodríguez Echavarría-el poder detrás del trono-dictaba medidas atentatorias contra la democracia. La represión era el soporte de la frágil dictadura de último recurso, creada por el Dr Balaguer. Había una gran tensión nacional.
Aislada y repudiada por todo el país, vista de mala manera por los países democráticos del continente y hostilizada por la prensa internacional, se desplomó en 48 horas, la última maniobra del trujillismo activo en la República Dominicana. Rodríguez Echavarría fue apresado y el Dr Balaguer saltó la verja de la Nunciatura papal, situada al lado de su casa en la Avenida Máximo Gómez. Una transmisión por radio y televisión, le anunció al pueblo dominicano la noche del 18 de Enero de 1962, que la pesadilla, había concluido. La nación se lanzó a las calles desbordada de entusiasmo. Se formaron caravanas por todas partes. La gente se subió a los tanques de guerra y los camiones de los militares que habían depuesto la pandilla usurpadora.
En Barahona esa misma noche se formó una caravana de vehículos que recorría la ciudad tocando sus bocinas anunciando el derrocamiento de la junta. El jefe de la base aérea local-apellidado Beauchamps Javier-envió una patrulla a emboscar los alegres manifestantes, los cuales recibieron ráfagas de ametralladoras, resultando muerto el Fiscal Rafael-fello-Méndez y otros resultaron heridos.
Resulta paradójico que un barahonero es ametrallado al comienzo de la Junta Cívico-militar en el parque Independencia y otro compueblano es ametrallado en Barahona, al final de la intentona.
Un nuevo capítulo se abrió para el país a partir de ese Enero de 1962. Un nuevo Consejo de Estado-encabezado por el Dr Rafael F. Bonnelly- asume al poder. Su mandato concluye once meses después, al entregar a Juan Bosch la presidencia el 27 de Febrero de 1963.
Es bueno precisar que este Consejo encabezado por Bonnelly tuvo ribetes de autoritarismo. Persiguió y deportó muchos dominicanos. A algunos exiliados por Trujillo, se les mantuvo el impedimento de entrada al país. Ese gobierno se manejó promoviendo un sentimiento ultra-antitrujillista y hostigamiento al movimiento izquierdista, a intelectuales y a todos aquellos luchadores por una auténtica democracia. Todos estos últimos el Consejo los calificaba de comunistas. También resulta curiosos que este equipo gobernante que nació en medio de una verdadera masacre, concluyó sus días haciendo su propia masacre en Palma Sola.


Foto del periódico El Caribe con pueblo y guardias celebrando

viernes, 3 de febrero de 2012

No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo.

Voltaire

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