El coordinador del Centro de Narración Oral y contador de historias, el bonaerense José Campanari, ha sostenido hoy en Ávila que la narración oral pervivirá mientras exista el "hábito del cotilleo diario" y ha afirmado que "lo mejor para seguir viviendo es no olvidar".
Antes de impartir un laboratorio para un grupo reducido de personas en Ávila, enmarcado en el I Ciclo de Narración Oral que se está desarrollando en la capital abulense, organizado por el Consistorio, Campanari ha referido, en declaraciones a Efe, que contar historias ante un público desconocido es "un arte escénico" y "un oficio".
Tras más de 20 años contando historias por todo el mundo, investigando y formándose en narración oral, Campanari aterrizó en este mundo narrativo, precisamente, mientras investigaba sobre el lenguaje no verbal, aunque en su camino "se cruzaron" las historias contadas de viva voz, por lo que decidió profundizar en esta opción.
En su opinión, para contar historias sólo hace falta tener "cierta habilidad de comunicación", "saber entablar una buena conversación" y "tener algo que decir, más allá de lo que la historia en sí misma cuenta".
Al respecto, ha afirmado que "se puede contar estupendamente una historia que no es tan buena y muy mal una historia maravillosa", porque la historia es "sólo" uno de los elementos del oficio de contador.
"Un buen comunicador nos envuelve en su mundo cuente lo que cuente", ha asegurado, llamando también la atención sobre el papel que juega el público, que es "el cincuenta por ciento" del oficio, ya que no se puede contar "si no hay alguien que escuche".
José Campanari ha recalcado que "no hay una edad a la que le gusten más las historias que a otras", porque "cada persona, tenga la edad que tenga, las recibe de una manera diferente".
Así, este contador de historias prefiere trabajar con propuestas propias, como 'La creación', una versión "algo absurda" de los siete días en los que Dios creó el mundo, u otra "para dormir" con la que "más de una vez" ha "logrado" dejar dormida a alguna persona del público", lo que es "un éxito rotundo".
No obstante, ha confesado que "más de una vez" ha leído o escuchado historias que le hubiera gustado "inventar" y "contar".
Campanari prepara, para su estreno en abril, una "larga conversación" con el público sobre la identidad y los inmigrantes, tomando como punto de partida la historia de su abuelo, italiano emigrado a Argentina, además de la suya propia de "actual extranjero".
Como argumento de estas narraciones orales puede servir desde referir lo que ha pasado en el día a la a la evocación más íntima en charlas con amigos y familiares con quienes se han vivido momentos significativos, dentro de su creencia de que las personas son "contadoras de historias" por naturaleza.
Ahora, incluso, "en algunas zonas", se busca "recuperar las tradiciones populares", que han quedado "aparcadas" en la memoria de algunos.
En cada país por el que ha pasado contando historias, Campanari tiene una relación diferente con la memoria colectiva y con la tradición de contar historias, aunque "todas tienen un común el cotilleo cotidiano", ya sea "en el barrio, en el pueblo o bien en la televisión".
Aún así, una buena historia, de las que contaría un narrador oral, empezaría, según ha explicado, recordando que "lo mejor para seguir viviendo es no olvidar" y que "se aprende de lo vivido para poder emprender con ingenuidad absoluta el camino que nos queda por recorrer". Y finalizaría con un "que tengan un buen día".
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