jueves, 24 de febrero de 2011

Testimonio de Derquis Martínez


Lugar de entrevista AGN
Fecha de la entrevista 2007-01-26
Investigador: Ponssy Alexis
Proyecto Voces de la Revolución de Abril


*      Momentos desagradables de la Guerra/ Su casa fue destruida en los bombardeos del 15 y 16 de Junio

D M. Un primer episodio muy desagradable para mí se produjo cuando de las Matas de Farfán vino mi hermano huyéndole a las huestes, allá, junto con Ramón Fidel y al cruzar el corredor de la Padre Billini los combatientes del Comandante Iberio Hernández lo apresaron, al apresarlo me llamaron al comando de San Miguel y yo hablé con el Sargento que dirigía en esos momentos allí y le dije que ese hermano mío era del 14 de Junio y que venía huyendo de las Matas de Farfán, que lo pusiera en libertad, y él me respondió que había que esperar a Evelio Hernández, yo le dije que no, entonces yo vi a Trabú frente al Parquecito y lo llamé, digo; Trabú, acompáñeme allí, cogí mi Thomson, fui a la casa de los cuadritos, cuando entré le dije; Sargento, favor entregarme el hermano mío y al acompañante que yo soy responsable de ellos, hay que esperar al comandante Evelio, inmediatamente con el cañón de mi ametralladora desarrajé la puerta y ahí detrás ya había un señor, Guanito Solano, resultó ser primo de la esposa mía, me tenía apuntado a la cabeza e inmediatamente entramos con ellos el ingeniero Michel Nicolás, fallecido, Alnardo Vitello, vive, y el buen amigo Mella, y esos evitó una balacera, pero yo llevé mi hermano para el comando y al acompañante. Ese fue mi primer episodio muy lamentable, yo recuerdo que este sargento que hice referencia, en el 1959 tuvimos juntos en la jefatura de Estado Mayor.

Otro episodio desagradable fue el 25 ó 26 de Abril en la parte alta en busca de armas, junto al compadre Antonio Grullón, subimos a la Fortaleza de la Intendencia del Ejército, y cuando llegamos allí el Capitán Cilfa, que ya yo conocía era el oficial del día  y le dije; Capitán, cómo estamos, nosotros necesitamos armas, él estaba con el pueblo, y nos dijo las armas se las daré después, esta fue la última Fortaleza en entregarse, no quisieron y le pido que les daré armas después hasta que levantemos el cadáver del Coronel Rafael Nivar Ledesma y el Teniente José Altagracia Santana, ambos eran íntimos amigos al igual que yo de ellos yo.

Otro episodio peligroso para mí fue, en ocasión de haber dispuesto que toda persona que pasara por los corredores desde la Caracas hasta la Avenida Mella hacia Ciudad Nueva tenía que presentar su cédula de Identidad, y en un receso que yo estaba frente al caso, en el callejón de la Noria, junto con Antonio Morel el músico con Chiro que era del Comando de nosotros y otros compañeros más, llegó Hermes que fuimos amigos y él era sub-comandante también del comando nuestro, entonces también vino a colación la conversación sobre cédulas y eso y comentábamos, yo decía; bueno, la cédula se le pide al desconocido, pero tú no me puedes pedir una cédula a mí o no debes pedirla, pues mira, tendrías que darla, y yo le dije; bueno, lo que te pasaría es el cañón de mi revolver, se espantó, se levantó, se fue al medio de la calle, eran como las 7 de la noche, y yo brinqué a casa y saqué mi ametralladora y pegado a la pared de la casa salí, pero cuando salí no lo vi, no tiró un tiro, se fue de prisa, yo tampoco tiré, y trajo de allí, de el comando de Barahona con 2 ó 3 compañeros y él, no sé si él, no recuerdo, vinieron frente a casa a tratar de sacarme, porque él le dijo como que yo era un fugitivo, y cuando los tipos vinieron pues yo me le enfrenté y cuando ellos vieron que yo era del Comando San Miguel abandonaron, se fueron y no volvieron, al siguiente día ya los compañeros del Comando trataron de dar un Golpe de Estado para que yo fuera el sub-comandante lo cual yo no acepté.

Debo decirles que de ese episodio tengo recuerdos porque quise reportar esto al Comando Central, pero no lo hice ya que las pocas veces que yo iba al Comando Central no veía al Coronel Caamaño, pero sí a Monte Arache, al Coronel Lora Fernández, y otros, por cierto, recuerdo en ese momento que nos ofrecieron ciertos dineritos para que, tras una nómina y lo entregáramos a los muchachos del Comando y así lo hizo el Comandante D´Chán, me entregaba dineritos de 5, de 7 pesos para cada uno de nosotros.

Otro episodio muy triste para mi fue cuando dejé de ver y juntarme con mi primo Sergio Soler, que ambos fuimos fundador aquí del Partido Revolucionario Dominicano, el número de carnet eso era cuando estaba frente al Parque Colón, cuando arribó el Partido el 5 de Julio de 1961, él y yo fuimos fundadores del Partido y mi carnet era el 3739, él se desapareció, y yo preguntaba y cuestionaba, ¿Y dónde está Sergio?, subí a la parte alta ya con mucho cuidado y me enteré que él fue vilmente asesinado, él, Sergio Soler y otros compañeros a hacerle frente a un tanque de Guerra del CEFA y lo acribillaron, bueno, posteriormente los comentarios, él, como dije antes, fue muy amigo del Doctor Peña Gómez, lo quería mucho, recuerdo que en ocasión del Doctor Peña Gómez hacer una locución en Radio Televisión Dominicana, que él me encomendó junto a otro compañero si era posible traer medicina del Seguro Social, y yo le dije que sí, inmediatamente nos fuimos y de la Farmacia y del Almacén sacamos la medicina que obtuvimos, la bajamos en un jeep de allá mismo y todo quedó ahí en el Comando.

Casi inolvidable, para mí también, una noche de Mayo o Junio nos bombardearon nuestra casa en la Juan Isidro Pérez y con esas bombas plantadas con mortero 81, desde la escuela de Chile, otro lugar, esos bombardeos acabaron no solo con parte de la casa, que era techada de zinc, sino que dañaron los muebles, nevera y el aposento, una casa humilde y también nos hizo ese bombardeo salir del Comando frente al parquecito, del que ocupábamos, nos fuimos entonces a la esquina opuesta del Parquecito, en una casa pequeña de Ponsio Pow, creo que había una editora ahí, yo ya estaba ascendido a Primer Teniente y me asignaron encargado del G-2, ahí realicé algunos servicios, y recuerdo que al día siguiente de esos bombardeos fueron autoridades a casa en la mañana, y junto al señor Mayobre, de la ONU, y vinieron, pasaron un inventario, que nos iban a repartir, nunca llegó, él sacó del colchón nuestro la espoleta, que son artefacto y posteriormente a estos acontecimientos el Coronel Lora Fernández consiguieron para nosotros, no, primero, nos mudamos en una casa, a dos casas de la nuestra, casi cercana a la iglesia, y recuerdo que allí, una nochecita venía un hombre corriendo vestido de mujer, herido, y entró lentamente y se fue al cuarto baño, allí lo remataron, después me comentaron que venía huyendo desde el Comando de Barahona y así pasó.

Pues reitero que el Coronel Lora Fernández posteriormente nos asignaron una casa muy bonita frente al Parque Eugenio María de Hostos, esta casa nosotros la cuidamos y recibimos bajo inventario que los pocos ajuares que quedaban me parece que había pasado por ahí algunos maleantes, y ahí vivía un digno Capitán de Navío,




Coronel Oscar, no recuerdo el apellido, no recuerdo haberlo visto después, pero sí recuerdo que en le proceso iba una abuelita o tía de él a coger algunas cosas, y un día estando en esa casa, se acercó a ella con 2 ó 3 compañeros más un barbudo a la razón yo no lo conocía pero después resultó ser Víctor Ramírez, que me refería que por qué yo había ocupado esa casa y yo le señalé, debido a esa Thomson que está ahí y esa cartita, pero más esa Thomson y por eso estoy aquí, se fueron sin más comentario y le agradecí que se fueran porque podía haber sucedido algo desagradable.


*      Muerte de Oscar Santana (Sto. Dgo. 08-08-1965)

D M. Concluyo mi testimonio que he podido testificar sobre la triste noche en Agosto 8, si mal no recuerdo, la muerte del Revolucionario Oscar Santana, yo me salvé milagrosamente, puesto que habíamos decidido los compañeros del Comando celebrar el cumpleaños del Comandante De Champs, era una persona muy buena, y él acostumbraba prestarnos a distintos compañeros del comando su pistola 45, con el propósito de figurar, y aquella triste noche nosotros estando en la José Reyes con Juan Isidro Pérez, digo nosotros Ángel Bretón, y otros compañeros más, se nos sorprendió que había herido o había muerto Oscar Santana, inmediatamente bajamos a la Juan Isidro Pérez y en la Santomé doblamos a la derecha y a pesar de que algunos decían ¡no, que fueron los paraguayos!, doblamos a la Mella y cuando llegamos al Comando del Lido, pero antes, para celebrar el cumpleaños nosotros dimos unos dineritos a Trabú, Maruito y otro que manejaba la guaguita del Comando para que fueran a comprar dos pollos al mercado de la Mella y precisamente, reitero, nosotros nos informamos o nos informaron este triste acontecimiento y cuando llegamos a la Mella con Santomé, doblamos a la derecha y fuimos al edificio donde estuvo el Teatro Lido que lo ejercía un Comando del 14 de Junio, muchachos muy jóvenes, y precisamente cuando ellos venían bajando del mercado cruzaron por el Comando y ellos le mandaron alto, sin embargo, este alto (interrupción), bien, como le decía, al llegar nosotros al Comando prácticamente desconocíamos lo que estaba sucediendo, salvo de que había informado que estaba herido o muerto Oscar Santana, uno dice, Comando San Miguel y me quitaron la ametralladora y el revolver y me llevaron a un calabozo abajo, ahí me di cuenta de más o menos, estando ahí nos tenían un servicio fuerte y como a las 10 de la noche llegó el compañero Palito, no recuerdo el apellido, Palito Martínez, llegó el comandante Norge Botello y otro compañero más y en un jeep me sacaron y me llevaron a la casa de los cuadritos, pienso que eran 10, 11 de la noche tal vez, y cuando yo entré bajo arcos de palo, como si fuera palo de escao, tenían a Trabú semi hincado, bueno, ellos, Botello y otros, y le preguntaron: Trabú, ¿Derquis Martínez Qué sabe de los pollos?, dijo; Derquis Martínez no sabe nada de los pollos, respondió él, y ustedes me van a fusilar abusivamente porque yo no fui quien mató a Oscar Santana, me despacharon y me comentaron esa acción y yo fui y vi la guaguita cercano a la del Monte y Tejada y cercano naturalmente al Comando, a ese Comando del 14 de Junio y estaba perforada por detrás y se comentó que Oscar Santana en ese instante hablaba con Trabú, él afuera y Trabú dentro de la guaguita, y ahí vinieron las ráfagas que se presume en el lado izquierdo de la espalda la recibió Oscar Santana, yo hice mi análisis ponderativo y consideré que esa era una lesión muy socorrida, me acerqué al día siguiente, o sea, en la mañana de ese día, el día 9 creo de agosto, donde Sosa Leida, que era abogado a la razón y coronel y ya nos conocíamos desde la jefatura de



Estado Mayor, le expliqué mi argumentación, él entendió que pudo haber sido así, esa misma noche sin más preámbulo fusilaron a Trabú sin pena y sin ronca.


*      Motivos por los que participó en la Revolución. (Sto. Dgo. 1961)

D M. Ya uno tiene conciencia, ya yo viviendo en la Juan Isidro Pérez es que se da la Revolución y no olvido también que Horacio Ortiz Álvarez, a la razón, antes de la Revolución, o sea, después que salí del ejército me nombró para que yo fuera supervisor inspector de todos los puestos donde se recibía el tique de los vehículos de guaguas y carros y todo, que tenían que irlo a comprar allá a la antena, al Mercado Nuevo en la Duarte para hacer pueblo, y él era creo que el vicepresidente del Ayuntamiento junto a Tomás, el agente de los ajusticiadores de Trujillo, porque se robaban los dineros, los policías eran que cuidaban eso, y él me dijo; tú vas a ganar ciento veinte pesos, digo; con eso yo no puedo vivir, y me dijo; pero te vamos a mandar con una persona que te lleve y te traiga y si tú me subes la recaudación semanalmente yo le aumento veinte pesos, debo decirle que hice un trabajo magistral y todas las semanas le subía el ingreso por mi trabajo para Sánchez, para el este, para la Barquita, para el Cibao, porque yo más o menos tenía que meterme cerca del monte a tomar las placas de los vehículos que pasaban y después hacía el servicio ahí mismo, y debo decirle que en menos de 5 meses ya estaba en trescientos veinte pesos mensual, tuve que aguantarme pero todos esos problemas que había con esos policías, el Capitán Arriaga era el que le ascendía a los policías y él a mí, el Capitán Arriaga quiso sacarme una vez porque hubo un policía que me llamó de mala Manera y que me iba a esperar aquí en la Sánchez, y cuántos yo agarré, y cuantos votaron, porque lo último que pasó fue que ponían militares vestidos de civil en carros o en guaguas que tenían que pagar tres cincuenta y los carros cincuenta centavos, y las guaguas  tres cincuenta, y lo parábamos, o sea, yo era el inspector, yo era el jefe de todos, y pasó esa situación, y precisamente ese tipo de cosas y ciertas vivencias me llevaron a la Revolución de Abril el primer día, y ya naturalmente uno estaba semi coleado en los partidos, con Peña Gómez, y amigo de Peña Taveras, y amigo de Sergio, primo, y esto, y ese tipo de cosas me llevaron a ir a la Revolución de Abril.


*      Valoración de la Guerra de Abril.

A P. Después de haber pasado todos estos eventos que usted nos cuenta, su vida como militar, su vida como militar, desembocar en lo que fue la Guerra Revolucionaria de Abril y todo esto, estas persecuciones, su vida, toda la sangre que se derramó en la Guerra y todas las cosas y ver la situación actual del país, cabe la pregunta ¿Si el pueblo tuviera que levantarse nuevamente en alto usted volvería a estar ahí presente?

D M. Bueno, debo decirte que, antes de contestarla, en una ocasión yo llegaba a casa en la Espaillat y en la Puerta de la Misericordia llega Don Consuelo en un Borbani y al pasar en la esquina una persona que estaba arriba dijo; ¡mira, cuidado si me le da a mi carro!, resultó ser el famoso Macorís, que a la razón tenía su novia con quien es su esposa hoy, y yo le dije; ¡como te le voy a dar a tu carro carajo!, digo, baja de ahí, y bajó y yo le seguí atrás, él en su carro y yo en el mío y cuando llegamos a la Fabio Fiallo con el Malecón yo le atravesé el carro porque no se paraba y lo iba a sacar del carro así, pero se me fue, él era subjefe de la banda, o jefe de la bandas porque días antes, un muchacho que era muy carpetoso, que le decían Caamañito, que vivía ahí al lado de mi casa y había otro y yo subimos un día a las 10 de la noche a tomarnos una cerveza, y en la esquina frente al Parque, que era Julia antes, ahí tenían dos bandidos de estos a Caamañito y fuimos a quitárselo, cuando vamos ahí vimos una patrulla policial, y yo le dije, mire, yo soy un sargento del ejército, estos bandidos, y le dieron maquinazo a uno, a otro…, y le quitamos a Caamañito, entonces el jefe de la patrulla dijo; vamos al cuartel, digo; no, no, vamos a dejar eso tranquilo, porque yo sé lo que había, pero cuando fuimos ahí un teniente Delgado, le quitó la correa a todos, y dijo; no, pero usted es un ex sargento, usted dijo que era Sargento, digo, no es verdad, yo le dije un ex sargento, pero verdad, yo dije un sargento, yo dije; yo soy Sargento del ejército, pero el ex, bien, ahí estuvimos tres días presos, primera vez, hubo que mover distintos escenarios para nosotros poder salir de ahí, y lo último fue que tuvimos que ir a la Justicia y pagar nosotros una multa de 375 por haber maltratado a ese jefe. Bueno, en conclusión, es natural que todo este tipo de cosa y respondiera tu pregunta, sí claro, eso lo digo todavía, aquí vendrá una Revolución, porque es natural las cosas por la cual luchamos, no han logrado el verdadero objetivo que debían lograr, natural ha habido ciertos cambios pero ¿en cuál aspecto?, si el hambre, si el desempleo, si la miseria, si la delincuencia, los atracos, uno está cansado de ver tantas cosas y uno no sabe como es que el pueblo se va a enderezar porque yo estando en plena Revolución me imaginaba ya en el Seguro Social con mi Thomson ahí, vestido de olivo, y todo se frustró, y no solo se frustró eso, sino que también se ha frustrado los ideales que uno tiene en favor del pueblo Dominicano, yo soy de los que digo que solicitando al presidente de la República que haga tal cosa para combatir el desempleo, el hambre, la delincuencia y no se logra porque hay libertad de prensa pero no libertad de expresión, expresión del pensamiento, por eso digo esto que es importante que haga pero aquí no, todo aquí, la minoría es la que vive pero la mayoría pasa trabajo, el desempleo, un desastre la situación que vive este pueblo y todavía lo sufrimos y por esa razón yo me iría y ahora con más razón porque ahora tengo menos que perder, ya yo tengo 70 años, pero donde pego el ojo pego el plomo.

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Voltaire

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