sábado, 10 de septiembre de 2011

Casi 50 dominicanos murieron el 9 / 11, serán recordados por siempre

POR MIGUEL CRUZ TEJADA
mcruztejada@gmail.com
ULTIMA NOTA

casi-50-dominicanos-murieron-el-9-11-seran-recordados-por-siempre 
Parte de los casi 50 dominicanos y dominicanas que murieron en el ataque terrorista a las torres gemelas el 11 de septiembre del 2001, muchos de los cuales, perecieron salvando vidas de otros.
NUEVA YORK, septiembre 8 (UN) — Los nombres de casi 50 dominicanos que perecieron en el ataque terrorista de Al Qaeda a las torres gemelas el 11 de septiembre del 2001, estarán en el Museo Nacional y Memorial que será inaugurado el lunes 12, junto a las otras miles de víctimas que cayeron ese día. El número de víctimas de criollos es de 47, acorde con cifras oficiales. 
Entre los criollos abatidos por la asonada de los terroristas islámicos, figuraban varias mujeres y profesionales de distintas áreas entre estas, informática, comunicación, finanzas, gerentes, empleados de restaurantes, mensajeros, educadores y turistas.
Uno de los nombres más difundidos es el de Pedro Checo, quien tenía 35 años de edad y quien murió tratando de salvar otras vidas. Checo, era vicepresidente de operaciones de la financiera Fiduciary Trust y un fanático de los carros veloces.
Estaba casado con Milly Cabrera con la que procreó tres hijos: Jasen, Julián y Franklin y lka familia residía en Queens. No le gustaba su nombre por lo que su esposa lo apodó “Frank” y en el trabajo lo llamaban “Pete”.
Aunque oficialmente, las autoridades consulares de ningún gobierno luego del ataque a las torres, han elaborado un registro oficial de los muertos dominicanos ni se les ha levantado ningún monumento particular, una investigación de este reportero, localizó la mayoría de sus nombres hurgando en cientos de páginas cibernéticas y en memoriales virtuales.

FAUSTINO APOSTOL 
Con 55 años de edad y ayudante principal en el Batallón 2 del Departamento de Bomberos, también murió salvando otras vidas. Llevaba 28 años en el cuerpo uniformado.
Tenía 33 años de casado con dos hijos. Cuando se produjo el ataque, su familia sabía que él estaría en la escena rescatando víctimas.

VICTORIA ALVAREZ BRITO
Había ido desde Queens en vacaciones a Cancún (México) junto a su esposo Mario, lo que hacían una vez al año, recorriendo distintas partes del mundo. De allí partieron a Disney World en La Florida, desde donde regresaron a Nueva York.
Entre sus futuros planes para el 2002, estaba el de visitar los Países Bajos en Europa, ya que tenían familiares en Holanda. En Cancún tomaron fotos y videos del paseo. La pareja tenía dos hijos: Jamie y Raúl.
El lunes 10 de septiembre del 2001 el esposo tomó las fotos y el martes 11, la señora Brito salió temprano desde su casa en Elmhurst (Queens) para trabajar como cada día en el Departamento de Finanzas de la empresa Marsh & McLennan.
Le había prometido a su hija que llevaría bacalao a la residencia para cocinar su comida favorita con patatas en salsa criolla. “No llegé a ver las imágenes de la destrucción de las torres y ahora no podemos soportar ver ese video”, dijo su esposo.

JANET ALONSO
Llamó a su casa temprano en la mañana del 11 de septiembre. Tenía un segundo hijo, Robbie, nacido con Síndrome de Down, por el que se preocupaba todos los días y quien a esa fecha, contaba con 18 meses de edad.
Trabajaba como analista de la financiera Marsh & MacLennan.
Era una ama de casa muy activa, le gustaba la pintura y los muebles finos. Dos días antes del ataque, se la pasó limpiando el porche en Stony Point (Long Island).
Su última llamada se la hizo a su marido desde las torres para decirle que la oficina se estaba llenando de humo y ella no podía respirar.


DAVID AGNES
Vivía en Flushing (Queens) y con 46 años de edad, era asistente del vicepresidente de Cantor Fitzgerald.
Su viuda Inés, ahora con 71 años lo describe como un hombre devoto por su trabajo y entregado a su familia, al punto de que mantenía íntima amistad con su hermana Leslie.
Poco antes de perecer en las torres, pasó varios días al lado de la cama de su padre convaleciente en un hospital y de 81 años de edad. Había guardado un mechón de cabello de su hija Adriana en la caja fuerte de su residencia.

FRANK THOMAS AQUILINO
Con 26 años de edad, era uno de los empleados más sobresalientes de Cantor Fizgerald y tan laborioso que decía que el día debía haber tenido 27 y no 24 horas. Se convirtió en uno de los socios de la compañía y llegó a ser vicepresidente.
Fue uno de los pioneros en la creación de páginas Internet para juegos de azar, donde los jugadores podían apostar cualquier cosa: desde deportes hasta el tiempo. Residía en Staten Island.
Cuando niño, distribuía periódicos en los vecindarios del condado para lo que usaba una silla de ruedas en la que transportaba las copias..

LILIAN CACERES
Su familia la califica como un “ángel”, era amable y solidaria y dada a sentarse en la cama al lado de 
cualquier enfermo que conociera.
Durante 22 años militó en una secta cristiana y era una predicadora muy activa de la Santa Biblia. Tenía 48 años el día del ataque a las torres.
Un día antes, el 10 de septiembre, había ido a su iglesia en Staten Island para enseñar en la escuela dominical y cantar en el coro.
Su hermana, Aurea de la Cruz, la recuerda como la mujer que llevaba una vida profunda y dijo que la muerte de Lilian debe servir para que los demás se preparen en Cristo.
Cáceres era una administradora de tecnología y las 8:00 de la mañana estaba en su escritorio en la empresa Marsh & McLennan. Su trágico destino, hizo que cambiara el turno que tenía en la tarde para trabajar esa mañana, porque quería recoger a su hija a las 4:00 PM en la escuela.

EDDIE CALDERON
Residía en Jersey City (New Jersey) y contaba con 43 años de edad. Durante 22 años trabajó en el Centro Mundial de Comercio como guardia de seguridad de la Autoridad de Puertos de Nueva York y New Jersey. 
Fue visto por última vez corriendo hacia la torre Norte para tratar de salvar su vida, después de ayudar a docenas de otros como guía de guardias de seguridad.
Quería llegar a la estructura antes de que esta se derrumbara. No tuvo esa oportunidad. 

ALEJANDRO CASTAÑO
Era encargado de suministros de oficinas en las torres. Creció en Englewood (New Jersey) y su hermana Claudia Sánchez recuerda las pesadas bromas que le hacía entre las que estaba la de llamarla “adoptada”.
También la molestaba diciéndole que su moto era mejor que la de ella. Siendo el segundo hijo del matrimonio, su madre recuerda que todos los días le gustaba comer su plato favorito de arroz, chuletas de cerdo, habichuelas y plátanos. 
Lo describió como “un niño en el paraíso”.

JAIME CONCEPCION
Residía en el Alto Manhattan y era empleado de recepción del lujoso Windows in the World (Ventanas al Mundo) situadas en el piso 107 de la torre Norte. Tenía 46 años de edad.
Tenía una hija, Kirsy a quien trajo desde la República Dominicana, promesas que siempre le hacía por teléfono y que un día cumplió.
Ella llegó en julio del 2001.
Su vida de inmigrante no fue fácil en Nueva York. Trabajó en cocinas de restaurantes para ahorrar dinero, se 
separó de su primera esposa y se casó de nuevo. Su hija, llevaba sólo dos meses viviendo con su padre, antes del ataque terrorista.
Virginia, su hermana dijo que el padre, les prometió luchar para traerlas a Nueva York hasta el último día de su vida.
Ellas nunca olvidarán un solo momento del poco tiempo que estuvieron juntas con el progenitor. Llamadas telefónicas y fotografías de su papá, es todo lo que tiene, porque su visa fue aprobada en noviembre del 2001.

NESTOR CHEVALIER
Era inseparable de su hermano menor Mauricio.
Crecieron en el Alto Manhattan, trabajaron juntos en un gimnasio y bailaban salsa en discotecas y otros centros de diversión. 
“Fuimos los mejores amigos, todo lo hacíamos juntos”, recuerda Mauricio de su hermano que trabajaba como verificador de operaciones en Cantor Fizgerald y tenía planes de casarse con su novia Lilian Fermín cuya relación llevaba nueve años. La boda fue planeada para octubre, un mes después del ataque a las torres.
El dominicano tenía 30 años de edad y le encantaba contar historias sobre su vida en las que muchas veces exageraba detalles para hacer reír a la gente.
“Lo extrañamos muchísimo”, dice Mauricio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo.

Voltaire

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Esto puede ser de su interés

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...