Carta Pública a Pedro Domínguez Brito

Por

FRANCISCO ALVAREZ VALDEZ

Abogado

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Sobre Mi

Socio fundador de Headrick Rizik Alvarez & Fernández. Actualmente es miembro del Consejo Nacional de  la organización cívica Participación Ciudadana y pasado Coordinador Nacional de la misma.

Estimado Pedro:

No había podido leer tus primeros artículos sobre Sonia Pierre y cuando leí el último, busqué afanosamente los anteriores y los leí, para poder comentarte con propiedad lo decepcionado que me siento por provenir de ti.

Se puede estar en desacuerdo con la forma en que Sonia Pierre libra su lucha, pero no por ello se tiene que desconocer que es tan dominicana como tú o como yo, excepto que quieras desconocer la dominicanidad de todos aquellos muy ilustres dominicanos nacidos en suelo dominicano de padres extranjeros, comenzando por Gregorio Luperón, Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez.

También condicionas la nacionalidad o la buena dominicanidad a ocultar a extranjeros lo que pasa en suelo patrio. En tu primer artículo señalas lo siguiente: "Si usted venerara a nuestros héroes, amara nuestros símbolos patrios, sintiera el merengue y disfrutara un sancocho, no andaría por el mundo intentando desacreditarnos como nación. Eso es traición". Qué pena mi querido Pedro. Estás diciendo que cualquier persona que denuncie internacionalmente violaciones de cualquier tipo en la República Dominicana es un traidor.

Siguiendo tu criterio, nuestra historia está llena de traidores. Los líderes históricos del PLD, antes de llegar al poder, denunciaban continuamente, incluyendo fuera del país, las más disimiles violaciones contra los derechos humanos y políticos ocurridos durante los gobiernos de Balaguer.  La obra literaria de Juan Bosch, que ha recorrido todo el mundo, denuncia situaciones dominicanas dignas de la mayor vergüenza. No los considero traidores por esa razón. Ayudaron a mejorar las condiciones sociales y políticas en nuestro país utilizando una forma de lucha tan extendida como antigua.

Cada vez que se ha denunciado un fraude electoral ante organismos internacionales, se estaría frente a un acto de traición, en tu opinión. Lo han hecho prácticamente todos los partidos. Cada vez que un partido está en oposición, recurre a la denuncia internacional para presionar los cambios que tal vez no podría lograr de otra manera. Denuncias internacionales han sido hechas por sacerdotes, por empresarios, por trabajadores,  por profesionales de distintas ramas. Y es que el tema de la globalización no es solo una palabra de moda, es una realidad que no es compatible con tu criterio de que los buenos dominicanos debemos lavar la ropa sucia en casa. Y menos cuando de derechos humanos se trata.

La Coalición por una Educación Digna acaba de someter al gobierno dominicano ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, por violación al derecho fundamental a la educación al no asignar el 4% del PIB para estos fines. Pedro ¿te parece que son traidores a la patria, que son malos dominicanos?

Señalas que la señora Pierre actúa  motivada "por rencores, frustraciones o asuntos particulares", y para dar una opinión de esa naturaleza debes conocer muy bien a la persona que juzgas, tener una opinión profesional o sencillamente especular al respecto.

Acusas a esa mujer de "cobardía", y la verdad es que, estés de acuerdo con ella o no, no cabe duda alguna que para hacer lo que hace se debe ser muy valiente. Yo me siento un cobarde ante ella. ¿Crees que Martin Luther King era un cobarde o un valiente? Pues este héroe norteamericano, de estatura universal, se destacó por denunciar en el mundo entero las conductas racistas de su propio gobierno y de muchos de sus conciudadanos.  Murió asesinado porque muchos norteamericanos no entendieron su labor y generaron odio hacia su persona, como se genera hoy en día odio contra Sonia Pierre, y ojalá ella no tenga que pagar con su vida por lo que hace. ¿Crees que el asesino de Martin Luther King fue exclusivamente James Earl Ray porque haló el gatillo? Las opiniones que atrajeron el odio hacia su persona, también son responsable de ese asesinato, celebrado en su momento por muchos norteamericanos, pero hoy condenado por la humanidad.

Como dominicano que soy, de corazón, aunque no sepa bailar merengue, quiero un país libre de la vergüenza, nacional e internacional, que representan los intercambios de disparos, la corrupción, el analfabetismo, la pobreza, la explotación de seres humanos sin respetar sus derechos humanos, sin importar si son legales o ilegales, porque siguen siendo seres humanos.  Y si para lograrlo debo recurrir hoy, como se hizo ayer y durante siglos, a la denuncia internacional, no me considero traidor sino mejor dominicano que otros.

El tema migratorio es una verdadera vergüenza para nuestro país. Por años nuestras autoridades de todos los gobiernos han permitido el ingreso ilegal de los haitianos, para poder contar con mano de obra barata, para luego negarles los derechos que como seres humanos tienen, sencillamente porque son ilegales.  Tu criterio de que existe igualdad de derechos laborales entre haitianos ilegales y dominicanos no obedece a la realidad material, aunque se encuentre en la norma. Tampoco existe esa igualdad en Estados Unidos y son miles los dominicanos que no pueden reclamar sus derechos por temor a la deportación.

¿Has examinado como abogado la decisión de la Junta Central Electoral que autoriza a no expedir certificaciones de actas de nacimiento que estén siendo investigadas por irregularidades? Se basa en la sospecha de que esas actas fueron generadas por declaraciones de padres que no han probado que residían legalmente en el país al momento de la declaración. No te parece un disparate mayúsculo esa decisión cuando la Ley 659 sobre Actos del Estado Civil establece que "se tendrán como fehacientes mientras no sea declarada la falsedad de dichas actas".

Cómo es posible que se le niegue a una persona con cédula y pasaporte una copia certificada de su acta de nacimiento por su color o por tener apellidos de origen haitiano, sin que exista una sentencia que compruebe una irregularidad en el registro que anule el  mismo. Eso ha estado  ocurriendo en la República Dominicana y está documentado. Que si son 126 casos o más de quinientos es irrelevante, pues basta con que ocurra una vez para que todos debamos expresar nuestra indignación y repudio.

¿Por qué crees que por años no tuvimos una ley de migración adecuada? ¿Por qué crees que luego de aprobada dicha ley, tardamos años en aprobar su reglamento? Y cuándo ni la ley ni el reglamento se apliquen en el futuro, ¿por qué crees que ocurrirá? Pues te cuento que el gobierno dominicano se ha convertido en el principal empleador de la mano de obra ilegal para las obras públicas. La primera línea del metro no hubiese podido construirse en  tiempo record sin esa mano de obra. ¿Ya entiendes?

Dejemos a un lado la doble moral, de la que padecemos la mayoría, y reconozcamos  que en esta época no podemos seguir aprovechando mano de obra ilegal, negándole derechos fundamentales, y salir a rasgarnos las vestiduras cuando una persona decide dedicar su vida a denunciar este tipo de situaciones por todo el mundo.

Estoy seguro que arrancaste muchos aplausos con tus dos artículos. Lo dices en un tercer artículo. La mayoría proviene de las mismas personas que aplauden que la Policía se convierta en juez ejecutor de una pena de muerte que no existe en el  país pero que se aplica todos los días, y todo por una seguridad ciudadana que no depende de estos métodos, que por el contrario generarán más violencia y cada vez más víctimas. Seguirás recibiendo aplausos y probablemente yo reciba críticas oprobiosas e insultos, como los que haces a la señora Pierre, o los que recibe Juan Bolívar Díaz, pero existen principios que deben sostenerse a cualquier precio.

Con tu último artículo pretendes dar jaque mate a la señora Pierre, a quien no conozco y por lo tanto no sé cómo escribe. Pero mi olfato de abogado, menos desarrollado que el tuyo, me dice que algún fanático te envió esa carta haciéndose pasar por la señora Pierre, y tú, sin confirmar su origen, atendiendo a que su lectura ayudaría a apuntalar la opinión que expresaste en tus artículos anteriores, le diste credibilidad y la publicaste en tu columna de El Caribe.  Que si escribe como extranjera, que si tiene faltas ortográficas, en fin, no aportas nada útil al tema, aún en el evento de que la carta hubiese sido escrita por ella, pero sigues generando odio en tus lectores.

En nuestro país tenemos un gran problema de conducta, generado por el mal ejemplo que nos han dado la mayoría de nuestros líderes políticos de todos los partidos, quienes con el afán de llegar y permanecer en el poder son capaces de todo. Y si su paso por el poder nos dejara por lo menos un pueblo más educado, menos pobre, con menos violencia, más saludable, habría valido la pena. Tal vez sería suficiente que por lo  menos nos hubiesen dejado un buen ejemplo, pero tampoco. Sin embargo, tú tienes el ejemplo que necesitas, y que muchos no tienen, en el seno de tu propia familia. Has tenido el ejemplo de tus padres, que educaron a sus hijos de manera esmerada, en el amor al prójimo, en la tolerancia. Debiste percatarte de que no es a Sonia Pierre a la que atacas, sino a todos los que deciden luchar en el ámbito internacional por los derechos de otros.