Por acento.com.do
La ironía de un hombre que mataba de gratis para la Policía y ahora lo persiguen por "sicario"
SANTO DOMINGO, República Dominicano.- En la Policía, La Soga se rompe por el lado sanguinario. Por un revés de la vida, el segundo teniente La Soga, que mataba amparado en la autoridad del uniforme de la Policía Nacional, es ahora buscado por la uniformada bajo la acusación de ejercer de sicario o matón por paga.
Con una carrera en ascenso en más de veinte años de servicio eliminando supuestos delincuentes, la Policía Nacional “descubrió” en estos días que su agente, el segundo teniente, Fernando de los Santos, La Soga, es un asesino.
“La Soga lo va a pagar con el precio de la libertad o con otra cosa. Pero por lo menos vamos a empezar con la libertad, arrestándolo o preso. Si me llama yo le voy a decir ¿qué hora es? Cinco horas para que usted se entregue”, dijo el jefe de la Policía, el mayor general José Armando Polanco Gómez, a manera de sentencia el pasado 29 de septiembre.
Al teniente La Soga, cuya vida se rumora inspiró una película que lleva su apodo, lo acusan de haber sido contratado por los empresarios Juan Silverio Ureña, de San Francisco de Macorís y Bonel de Jesús Lanfranco Castro para matar a dos jóvenes del ensanche Libertad, en Santiago. La Policía asegura que recibió 250 mil pesos por asesinar a los muchachos, cuyos cadáveres aparecieron atados de pies y manos en la presa de Bao, en Sabana Iglesia.
En la Policía se están comiendo a los caníbales
¿Pero quién este hombre que pasó de perseguidor a perseguido?
En 1999, el entonces sargento La Soga, que ya hacía pininos en la falta de misericordia, salió herido de gravedad en un supuesto intercambio de disparos en el que la Policía mató a tres presuntos delincuentes en el sector Los Ciruelitos, en Santiago. El agente, de contextura fornida y tez oscura, estuvo recluido en el hospital José María Cabral y Báez por los impactos de bala, pero sobrevivió.
"El mismo Soga fue donde mi hermana y le dijo: Tu hijo está advertido, si no quieres llorar por él, contrólalo”
Su submundo de terror apenas empezaba. Con el tiempo, La Soga se convirtió en uno de los integrantes del “Escuadrón de la Muerte”, una banda que dentro de la Policía se dedicaba y se dedica a “limpiar” las calles de los que ellos consideraban bandidos o vendedores de droga.Balazos en las rodillas, tiros en la frente formaban parte de su área de experticio.
La carrera de La Soga ascendía en la medida en que sus métodos de muerte cobraban fama en el Cibao. De boca en boca iban las anécdotas y cuentos sobre muchachos asesinados frente a sus madres y esposas. En Santiago dicen que bastaba que lo asignaran a un barrio “caliente”, para que el sector “se tranquilizara”.
En 2003, según consignan algunos blogs, un muchacho que huía de La Soga se acercó aun grupo de señoras creyendo que él no se atrevería a disparar. Pero se equivocaba. Aseguran que el policía no tuvo reparos y disparó contra su perseguido y mató no solo al supuesto delincuente, sino también a una de las mujeres.
En 2004, por el tiroteo contra el periodista Euri Cabral y Cabral y la ingeniera Mildrian Salas Reyes (caso que nunca fue aclarado por las autoridades), el entonces teniente La Soga fue suspendido junto a Antonio García (La Cobra), al primer teniente José Miguel López (Lopecito) y el sargento Ramón Darío Cabrera (Cabrerita).
Cabrerita, su compañero en el Escuadrón de la Muerte, fue acribillado poco después mediante una acción relámpago en que su vehículo recibió 29 impactos de bala en septiembre de ese año. Su familia dijo que fue emboscado por alguien de confianza que lo invitó a jugar softball y lo ejecutó cuando salía de su vehículo en la avenida Estrella Sadhalá esquina Las Colinas, en Santiago.
“Si no lo quieres llorar, contrólalo”
Pese a la suspensión y la muerte de su camarada, La Soga, que ya se conocía por la represión sanguinaria de sus ya ya famosas profilaxis, volvió al ruedo y con nuevos bríos en 2006. Para ese año la uniformada lo había premiado al nombrarlo al frente de la jefatura de la comandancia policial de Jacagua, en la provincia de Santiago.
En esas funciones se desempeñaba cuando en septiembre de ese año sus enemigos lo emboscaron y lo hirieron de perdigones en el cráneo, el tórax y el rostro. Hombres a bordo de una yipeta CRV negra bloquearon el paso a su vehículo en Los Platanitos en Gurabo. Las heridas que recibió provocaron su ingreso en la clínica Corominas, y de nuevo sobrevivió.
En junio de 2006, Remolacha.net hizo a sus lectores la siguiente pregunta: ¿Quién es La Soga? Y recibió 109 comentarios de gente que contaba, fuera verdad o mentira, las andanzas del teniente que infundía, más que respeto, temor.
“Yo tengo un sobrino que con apenas 20 años es dueño y señor de dos esquinas en Pueblo Nuevo. La Soga lo agarró un día y le dijo: La próxima vez que te vea afuera o en la esquina, te mueres. El mismo Soga fue donde mi hermana y le dijo: Tu hijo está advertido, si no quieres llorar por él, contrólalo”, escribió uno de los lectores.
En 2008, el nombre de La Soga volvió a salir publicado. Los familiares de Argelis Yoel Tavárez Cepeda, alias Mosquito, de 21 años, lo acusaban de haber matado a su pariente cuando se encontraba escuchando música en un carro junto a un hermano menor de edad.
En el sector Los Jazmines del barrio Pekín decían que La Soga había matado al muchacho dentro del carro y luego lo había rematado en el baúl del vehículo frente a los vecinos, entre ellos niños y niñas que jugaban en la calle.
El informe de la Policía sobre el caso registraba que Tavárez se había resistido al arresto y que la emprendió a tiros contra una patrulla.
Hoy es La Soga quien está viviendo al borde. Sus antiguos compañeros de armas tienen órdenes de buscarlo y capturarlo.
Cuando lo hallen deberán elaborar un informe para la prensa que dirá una de estas dos cosas: “Se entregó hoy a las autoridades el ex segundo teniente Fernando de los Santos, alias La Soga” o “Murió en un intercambio de disparo, al resistirse al arresto, Fernando de los Santos, alias La Soga”.
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