Manuel Diez Cabral, el presidente del CONEP, se quedó paralizado en la tribuna, en silencio, sonriente, mirando cómo reaccionaban los candidatos presidenciales allí reunidos, junto a lo más granado del sector empresarial dominicano
SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Eran las 4:00 de la tarde cuando Manuel Diez Cabral, presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), casi al terminar su discurso de clausura de la Convención Empresarial 2011, proclamó que la educación no puede ser considerada un gasto social, sino una inversión económica.
A seguidas dijo que el país no puede seguir incumpliendo la ley ni aceptando pasivamente que la educación no cuente con el 4% del Producto Interno Bruto, como manda la ley, lo que de inmediato generó un sostenido aplauso de aprobación de la sala. Fue un aplauso consistente, acompasado, que fue creciendo con firmeza y que se mantuvo insistente, ganando a cada segundo mayor aprobación de la audiencia.
Manuel Diez Cabral, el presidente del CONEP, se quedó paralizado en la tribuna, en silencio, sonriente, mirando cómo reaccionaban los candidatos presidenciales allí reunidos, junto a lo más granado del sector empresarial dominicano.
El aplauso se mantuvo reclamando más contundencia, y la gente comenzó a ponerse de pie, todos los presentes entendieron el gesto. Allí estaban ministros, la primera dama y candidata vicepresidencial del PLD, Margarita Cedeño de Fernández, y los candidatos presidenciales Hipólito Mejía, del opositor PRD; Danilo Medina, del PLD; Eduardo Estrella, de DxC, junto a directivos del CONEP.
Todavía resonaban las palabras de Diez Cabral sobre el cobro del ITBIS a las materias primas en Aduana, “que no aguanta más”, sobre el cobro del 1% a los activos financieros, “que no aguanta más”, pero la gente prefería continuar aplaudiendo por la educación, como si un contagioso virus se hubiera apoderado de los presentes
El aplauso seguía buscando enviar un mensaje. Allí estaba Francisco Javier García, el ministro de Turismo y jefe de campaña de Danilo Medina. También se hallaban en la sala los miembros del equipo económico de Hipólito Mejía, además de su señora esposa, doña Rosa Gómez de Mejía. Mientras se aplaudía en reclamo del 4%, en un salón del hotel Meliá abarrotado de empresarios de todas las edades, sindicalistas, jóvenes emprendedores, periodistas y miembros de organizaciones de la sociedad civil.
Todavía resonaban las palabras de Diez Cabral sobre el cobro del ITBIS a las materias primas en Aduana, “que no aguanta más”, sobre el cobro del 1% a los activos financieros, “que no aguanta más”, pero la gente prefería continuar aplaudiendo por la educación, como si un contagioso virus se hubiera apoderado de los presentes.
Y desde las 4:00 de la tarde hasta las 4:05 minutos se mantuvo un aplauso aprobatorio de lo dicho por Manuel Diez Cabral, se reclamó el 4% para la educación como ningún otro reclamo. Ante el persistente aplauso, los candidatos presidenciales también se pusieron de pie, todos, incluso Danilo Medina. No quedó nadie sentado, como para que no hubiera dudas de que la educación es lo primero.
De pronto parecía que otros temas muy importantes, que las denuncias sobre inseguridad (“¡no es posible que 15 hoteles hayan sido saqueados o asaltados por bandas que utilizan los embargos en forma terrorista, sin importar que afecten el turismo!”).
La educación se impuso también sobre el reiterado reclamo contra el monopolio del transporte de cargas, que nuevamente fue denunciado y los empresarios exigieron respeto a las leyes y a la institucionalidad.
No podían faltar el tema del momento: la crisis del servicio de electricidad y la amenaza latente de un nuevo aumento de la tarifa. Pero pesó más la educación.
Y los candidatos presidenciales se juntaron para portar carteles con la consigna del CONEP, de parar la inercia y producir un cambio, como si de pronto se hubieran puesto de acuerdo con el presidente de la entidad, que había expresado que el país tiene que emprender un camino de cambios y de atención a los temas fundamentales del desarrollo.
Pero, definitivamente, lo más destacado de la conclusión de la Convención Empresarial del 2011 no fue un tema propiamente empresarial, económico, impositivo, financiero, industrial o energético, sino el reclamo de recursos para la educación, el cumplimiento del 4% del Producto Interno Bruto para el sector educativo. Esta sociedad se ha decidido a dar la batalla por hacer cumplir la Ley de Educación. Quedó suficientemente demostrado en la tarde de este miércoles 16 de noviembre del 2011 en los salones del Hotel Meliá.
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