jueves, 2 de junio de 2011

Un superhéroe latino se ríe de los estadounidenses

Última actualización: Viernes, 3 de junio de 2011
Escena de "No problemo amigo"
Oficinista de día y superhéroe de noche.
Oficinista de día y superhéroe de noche pero, además, latino emigrado a Estados Unidos. Esta es la historia de Jorge Rave, que es también la de Jaime Espinal.
Rave es el luchador del bien, Espinal su creador en papel y en escena. El escritor colombiano estrenó “No problemo amigo” en Nueva York, una obra basada en las corridas y desventuras de un hispano dispuesto a integrarse en la sociedad estadounidense.
El texto fue el ganador del Concurso Hispanoamericano de Dramaturgia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el que compitieron 170 propuestas de 17 países bajo la premisa “Hispanos en USA, but sin Estereotipos”.
De eso se trata precisamente la obra de Espinal: un ejercicio basado en sus propias experiencias como inmigrante y su paso por distintos estados del país, en el que trata de ilustrar quiénes son los latinos que no siempre salen en las noticias del día.
“La idea era evitar los estereotipos que siempre son violencia, marginalidad, ilegalidad, tráfico de drogas y otras cosas así. Me alejé de todo eso partiendo de mi historia real y la de otros latinos que viven en Estados Unidos haciendo sus vidas, nada que ver con la marginalidad”, dice el autor, Jaime Espinal, a BBC Mundo, tras el estreno neoyorquino, en mayo.

Días de oficina

Así nació Jorge Rave, un treintañero hispano contratado para hacer labores administrativas en una oficina gris que, cuando surge la ocasión, despunta el vicio del superhéroe, con malla roja y antifaz incluidos.
Según su autor, fue concebido como una cruza del Chapulín Colorado, gladiador pobre de la TV mexicana convertido en ícono de toda América Latina, con los más glamorosos luchadores catapultados a la fama desde los cómics y el cine estadounidense, desde los Hombres de Negro y Misión Imposible a Superman o Acquaman.
“Es un híbrido entre esos superhéroes impuestos que conocemos y los nuestros. La historia es que el superhéroe es contratado para cumplir con su labor salvadora, ante la evidencia de que Batman es muy costoso porque es estrella de cine y Superman está muy ocupado porque lo convocan demasiado y no sabe decir que no. Rave, en cambio, está disponible y es barato”, relata Espinal, quien además encarna al personaje central de su obra.
El director de la puesta, Ángel Gil Orrios, elogió al colombiano por considerar que había logrado crear estereotipos “en reversa”: aquí, los que se salen del molde son los latinos y los que están representados a fuerza de clichés culturales son los mismos estadounidenses.
Para escribir el texto, Espinal recurrió a los recuerdos de sus primeros años en el país, cuando –tras un paso por Idaho como estudiante de intercambio- se instaló en Arizona y consiguió empleo de oficinista.
Allí, su jefa Georgina y sus compañeros Craig y Mackenzie le dieron letra suficiente para convertirlos en personajes de libro. Sobre ellos escribió su primera novela, “Open the window para que la mosca fly”, de la que “No problemo amigo” es de algún modo una continuación.
“Jorge Rave es un latino, que empieza desde abajo, cumpliendo con las reglas de la oficina. A lo largo de la obra se consolida como héroe pero no es más que un oficinista, ese latino común y corriente que trabaja aquí como tantos otros”, agrega el colombiano, quien además ha puesto a su grupo teatral "Los tres cerditos" a caro de la banda sonora de la comedia.
Algunos choques culturales (tales como la pronunciación de un nombre de origen hispano), las vicisitudes para conseguir una visa estadounidense, los preconceptos sobre la música latina y los vínculos con el narco que -según sus colegas de oficina- le caben por mero colombiano hacen parte del relato de un personaje atrapado entre dos mundos.

Dos idiomas

Y para muestra del carácter híbrido de la latinidad en tierra estadounidense, basta un parlamento de Rave:
Escena de la obra teatral.
Para escribir el texto, Espinal recurrió a los recuerdos de sus primeros años en el país y consiguió empleo de oficinista.
“A mí ya se me había olvidado el English. Cinco años de no hablarlo sino para decir en la tienda: deme un Chap-stick, o deme un Speed Stick, o deme un pegastick, o un… stick. O mira a Goofy, porque resulta que se llama es Goofy, cuando antes le decíamos Tribilín. Pero ahora estoy en plena entrevista telefónica para un trabajo al que apliqué por Internet…”, declama el personaje.
Así, la obra misma se convirtió en reflejo del bilingüismo diario de los hispanos asentados aquí: “un poco en español, inglés y Spanglish”, dice el autor.
Para una audiencia que, desde el día del estreno, ha convocado a latinos y angloparlantes en similares proporciones, hizo falta agregar subtítulos, que se proyectan sobre el escenario como globos de diálogo de un cómic.
Ahora, la idea es llevar “No problemo…” de gira a los estados fronterizos, donde muchos de los espectadores podrán –según el autor-identificarse con las anécdotas del texto.
Texas, California y Nuevo México son las metas para Espinal, aunque antes hará escala en el Festival Iberoamericano de Bogotá, para mostrar en casa las vivencias de un superhéroe emigrado.

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Voltaire

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