1647
Un devastador terremoto destruye casi totalmente la ciudad de Santiago, Chile
A las diez y media de la noche del 13 de mayo de 1647, cuando muchos pobladores ya dormían, un horroroso estrépito sobrecogió a los santiaguinos, y de inmediato comenzó un fortísimo movimiento de tierra. El derrumbe de la ciudad fue iniciado por las torres de las iglesias, a las que pronto siguieron los mismos templos y muchas de las 600 casas de Santiago. Del cerro Santa Lucía se desprendieron grandes peñascos, que causaban aún más pavor entre los sobrevivientes.
Muchos habitantes lograron ganar la calle o los inmensos patios interiores. Otros quedaron encerrados al encajarse las puertas y ventanas. En medio de la confusión, el obispo Villarroel, herido, organizó lo que, dentro de la mentalidad de la época era la primera necesidad: un grupo de clérigos y frailes para ayudar al sacramento de la confesión.
Mientras tanto, en la iglesia de San Agustín, a la imagen de Cristo "halláronle con la corona de espinas en la garganta, como dando a entender que le lastimaba una tan severa sentencia...; conmovido el pueblo con su antigua devoción y este reciente milagro, le trajimos en procesión a la plaza, viniendo descalzos el obispo y los religiosos, con grandes clamores, con muchas lágrimas y universales gemidos". El milagro estriba, no tanto en el hecho de haber caído la corona de espinas hasta el cuello, sino al hecho de que abría resultado imposible volver a subirla hasta la frente del cristo. A partir de este momento, se conocerá a la imagen como el "Cristo de Mayo" o "Señor de la Agonía".
Muchos habitantes lograron ganar la calle o los inmensos patios interiores. Otros quedaron encerrados al encajarse las puertas y ventanas. En medio de la confusión, el obispo Villarroel, herido, organizó lo que, dentro de la mentalidad de la época era la primera necesidad: un grupo de clérigos y frailes para ayudar al sacramento de la confesión.
Mientras tanto, en la iglesia de San Agustín, a la imagen de Cristo "halláronle con la corona de espinas en la garganta, como dando a entender que le lastimaba una tan severa sentencia...; conmovido el pueblo con su antigua devoción y este reciente milagro, le trajimos en procesión a la plaza, viniendo descalzos el obispo y los religiosos, con grandes clamores, con muchas lágrimas y universales gemidos". El milagro estriba, no tanto en el hecho de haber caído la corona de espinas hasta el cuello, sino al hecho de que abría resultado imposible volver a subirla hasta la frente del cristo. A partir de este momento, se conocerá a la imagen como el "Cristo de Mayo" o "Señor de la Agonía".
1981
Disparan contra el Papa Juan Pablo II
El Papa Juan Pablo II recibe un disparo en Roma. Antes de esta tentativa de asesinato, el papa Juan Pablo II era conocido como un ávido viajero que no temía salir en público. Mientras realizaba su audiencia semanal en la plaza San Pedro, el papa recibió dos disparos de Mehmet Ali Agca, miembro de la rama derecha militante de un grupo turco. Algunos sospecharon de un complot soviético, ya que el papa era un ferviente anti-comunista que apoyaba al sindicato Solidaridad de su Polonia nativa. Agca contó a las autoridades que estaba actuando para el servicio de inteligencia búlgaro, el cual actuaba en nombre de la KGB, pero luego se desdijo de esa parte de su confesión. Varios búlgaros y otros tres turcos fueron arrestados, pero todos fueron liberados o absueltos por falta de evidencia. Después de su cirugía, el pontífice permaneció en el hospital por tres semanas, y Agca fue sentenciado a prisión perpetua. Juan Pablo visitó luego a su agresor en la prisión y le ofreció el perdón. Agca fue indultado por Italia en el año 2000 y extraditado a Turquía, donde inició una condena de 10 años de prisión por el asesinato del editor de un diario liberal en 1979.
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