lunes, 3 de enero de 2011

Testimonio de Mercedes Sabater de Macarrulla - historia oral-

Lugar de entrevista AGN

Fecha de la entrevista 21-08-2008

Investigadores: Aquiles Castro y Pastor de la Rosa

Transcripción: Esmirnalee Santana

Proyecto: Refugiados Españoles
Presentación
Aquiles Castro (AC). Hoy jueves 21 de agosto, 2008, siendo las 09:10 de la mañana nos encontramos en el área de grabación del Archivo General de la Nación, mi colega Pastor de la Rosa, Yoselyn Espinal, Aquiles Castro les habla, tendremos el privilegio de conversar un rato con la profesora ingeniera Mercedes Sabater de Macarrulla. La profesora ha estado aportando con nosotros, hace ya par de meses, su experiencia como Refugiada de los españoles que estuvieron llegando a nuestro país en el marco de lo que fue la Guerra Civil Española, esta sería la tercera sesión de entrevista que trabajamos con la profesora Macarrulla.
Y para comenzar un poco esto vamos a recapitular, a recordarle, profesora, los temas sobre los que tuvimos la oportunidad de conversar en aquella ocasión, nosotros estuvimos trabajando con usted el día 03 de agosto del 2006, entonces, estuvimos hablando sobre la situación en España al final de la guerra, cómo estaba ocurriendo aquello, estuvimos hablando también sobre la salida de la familia, la salida suya desde allá hacia el exilio, todo el tema de lo que pasó en los campos de concentración, la pasada por Cuba, el tránsito, luego, y cómo llega a República Dominicana, la acogida que le dieron la gente, otros grupos que llegaron, estuvimos conversando sobre esas cosas; y las actividades en las que usted comenzó a involucrarse al llegar aquí, al país: actividades culturales, sus estudios, su familia, luego la universidad, la relación con el partido socialista popular, un desfile que hubo en el Parque Colón, que hubo alguna dificultad con esto, la expulsión de la universidad. En España se había negado la amnistía al padre suyo, como para volver a España, no recuerdo bien, algo de eso estuvimos hablando. Usted tuvo la oportunidad de viajar y regresar otra vez, después de todo esto, allá, a España, Francia.
Entonces, lo que queremos es un poco, a partir de cuando usted llega aquí, al país, si en la información que estuvimos tratando en aquella oportunidad algunas cosas pudieron como quedarse, refrescarla, sobre todo lo relacionado con los otros grupos, las otras familias que llegaron, y un poco las actividades en las que usted estuvo participando aquí, en el país en términos culturales, bueno recrear esto para un poco ir viendo esos temas por algunos aspectos que pudieron haberse quedado aquella vez, como decíamos cuando estábamos terminando aquella parte.
Inicia hablando de la solidaridad y cotidianidad del pueblo dominicano
Mercedes Sabater de Macarrulla (MSM). Sí, perfecto, yo creo que dentro del programa que están ustedes haciendo, pues es importante, me parece a mí, saber un poco qué ha sido de la descendencia de esos Refugiados en los países donde nos ubicamos, porque eso puede demostrar que los que salimos de España tuvimos, con la ayuda de los países que nos acogieron, teníamos la capacidad de poder levantarnos, de poder volver a mejorar, no era como decían cuando salíamos, que los rojos éramos unos bandidos, unos “salta pa´tra”, digamos, sino, en la mayoría de los casos tuvimos la capacidad de realmente hacernos una nueva vida en esos países.
Cuando nosotros llegamos a este país, indiscutiblemente tuvimos ayuda de gente buena, la primera fue una señora que se llamaba doña Rosa, que fue quien le prestó a mis papás una casita de madera que tenía dos piezas, una sola puerta, se compartía con otros vecinos también, tenía un patio, tenía una pluma en el patio, había una letrina, que nosotros no la habíamos visto nunca, y como siempre teníamos humor, como la boca era pequeña le llamábamos “Boca Chica”, la compartíamos. Entonces, nos bañábamos en bateas, cargábamos el agua desde la pluma, y teníamos una bateíta de zinc para lavar los platos, otra para bañarnos, otra para lavar la ropa.
Y nosotros llegamos a ese sitio, pues como llegábamos de España, y la familia de papá tenía posición, llegamos vestidos con guantes, con sombrero, y llegamos al Callejón María de la Hoz, que tal vez ustedes lo conocen, Callejón María de la Hoz es subiendo por la cuesta del Vidrio, que le llamaban por la Duarte, atrás del Colegio Serafín de Asis, hay una entradita, que es un callejoncito, ese se llama el Callejón María de la Hoz, que viene saliendo después a San Miguel, y eso estaba lleno de gentes esperándonos. Nosotros vimos la gente morena por primera vez, a los niños desnuditos por primera vez, y claro, estaba todo el mundo. Mamá estaba enferma, papá nos llevó pero no lo conocimos a papá de lo delgado que estaba y de todo canoso, y cuando llegamos papá de una vez nos dijo: “bueno mis hijos, los Refugiados quítense los guantes, quítense el sombrero, vamos a meterlo todo en el baúl, porque los Refugiados no viven así”. El caso es que hicimos de una vez amistad con todo el vecindario porque nos acogieron amistosos.
Ya les digo, nos habíamos visto nunca muchachitos desnuditos, ni nada, pero fue una acogida tan afectuosa, y papá era tan izquierdista que para él no había diferencia de clases, por lo tanto, fue una amistad inmediata. Ahí vivimos dos años, esa casa al principio fue prestada, la señora esa no nos cobró, después ya nos mudamos a San Miguel, porque nació mi hermanito, el que nació en Santo Domingo, Leonardo, el que trabaja en la Cervecería, Leonardo Sabater, y yo me enfermé, yo empecé a rebajar muchísimo. Nos ayudaron mucho los Cuáqueros, que nunca olvidaremos a Postigo, Postigo nos daba ropa que traían de fuera, entonces esa ropa mamá nos la arreglaba, y los domingos nos poníamos a coser para acomodarlas para nosotros, y esos eran los vestidos que nosotros teníamos, que nos daba Postigo, eran los Cuáqueros. Y la ropa interior nuestra eran sacos de harina, porque venían sacos de harina, entonces mi mamá nos la hacía hervir para quitarle las letras, entonces de eso era nuestra ropa interior: nos hacíamos los pantys, los brasieres, y mamá nos lo hacía bordar, y me acuerdo que le decíamos: “pero mamá, ¿para qué nos haces bordar esta ropa tan mala, esta tela tan mala?”, nos decía: “hija, para que no se vea tan mala, así se ve mejor”.
Sobre el día de su boda. De su situación económica en nuestro país
MSM. Y realmente, la primera ropa que nosotros compramos, interior, fue para casarnos, yo todavía guardo un camisón y ropa de ese tiempo.

AC. ¿Qué día?

MSM. El día que nos casamos mi hermana y yo.

AC. ¿Qué año? ¿Recuerda?
MSM. Bueno, eso fue en el 53, 52, por ahí. Y fue la primera vez que fuimos a una peluquería, fue la primera vez, como la escasez era tan grande, yo cuando les cuento a la gente se ríen, pero nosotros no usábamos papel sanitario, nosotros cogíamos el papel de periódico y lo cortábamos en trocitos, lo clavábamos en clavitos, y eso era con lo que nos limpiábamos. Y en fin, esa fue nuestra vida, cada uno tenía su trabajo, porque en casa se distribuyó el trabajo, por ejemplo, como teníamos que ir todos a la escuela, y nació mi hermanito, mamá y papá trabajaban como fieras, caminaban la ciudad entera para no gastar, bueno, solo te digo que ya entonces vivíamos en San Miguel, en una casita que le decíamos “El Cucurucho”, que arriba vivían estudiantes, y ahí estuvo la República, que les enseñábamos izquierdismo, entonces eran estudiantes, entonces había un doble techo, y los libros los metíamos arriba del plafón.
Entonces, pues teníamos la distribución del trabajo: yo cocinaba y lavaba la ropa, mi hermana limpiaba y planchaba, mi hermano trapeaba e iba al mercado, papá, pobrecito, también ayudaba a lavar, que no lo había hecho jamás en la vida, y la pobre mamá, y los domingos teníamos que ponernos a coser. Cuando ya estábamos en la universidad teníamos que ir a pie, porque nos ponía papá cinco centavos, cinco centavos, cinco centavos, y había veces que no había los cinco centavos. A principios la universidad estaba allá, pero cuando la pusieron aquí pues teníamos que venir a pie y volver a pie. Ahora la gente no quiere caminar, pero nosotros teníamos venir a pie y volver a pie, y mi mamá y mi papá también, papá sufría de úlcera estomacal, y el pobre tenía siempre, el pobre papá, con una botellita de leche, 12-05 ________ su botellita ______ para ir a dar clase y tomar su leche en el camino, cuando se ponía malo tenía que internarse en el Padre Billini, en sala común, o sea, fue una vida muy, muy dura.
Y empezamos también, además de hacer eso, trabajábamos: mi hermano, que era el tercero, hacía de ebanista, yo trabajé como telefonista, dábamos clases particulares donde quiera, y enseñé latín, enseñé religión en clases particulares, mi hermana enseñaba español a un chino, sin saber inglés. O sea, nosotros trabajamos todo, todo, todo; ahora, el dinero entero se le entregaba a mamá, en casa no existía eso de esta parte yo la gané, en casa todo lo que se ganaba se le entregaba a mamá y mamá era la que sabía cómo eso se distribuía, y a lo mejor la que había ganado ese mes no recibía nada, porque lo que se necesitaba era el pantalón para el hermano, y ella era que todo lo administraba, con eso pudimos salir adelante, porque siempre hubo para comprar libros, eso no faltó nunca, y comida; ahora, después, pintalabios, nunca supimos lo que era un pintalabios, nunca supimos lo que era un colorete, nunca supimos ir a una peluquería, y es más, papá cuando nos arreglábamos decía: “tienen tres minutos, porque eso es perder tiempo, si no se cambian rápido les voy a pasar un periódico y van a ir a la universidad embarradas” (risas), teníamos una disciplina muy fuerte, pero después eran sumamente cariñosos.
Y tuvimos la gran ventaja de que, bueno, mamá era la práctica, mamá era la que tenía los pies en la tierra, y realmente mamá dio a luz a mi hermanito, caminando rompió fuente, yendo al trabajo, al mismo hospital, y ahí mismo dijo: “aquí me quedo”, o sea, había que trabajar a toda hora. Y papá era mucho más soñador, si llegábamos y decíamos: “ay hoy en la escuela van a ir a una fiesta, qué sé yo cuánto”, decía: “ay mis hijas, yo las voy a llevar a una fiesta tan bonita”, entonces nos buscaba libros y nos enseñaba, por ejemplo, la Ópera de París, una fotografía, y entonces decía: “mira, hoy van a dar tal concierto”, y él sabía música, tarareaba, nos hacía soñar que estábamos subiendo las escaleras de la Ópera, al extremo, y tenía libros de pintura de los grandes maestros, entonces nos pasábamos el tiempo, o sea, él nos permitía ir.
Y yo les digo que cuando yo volví a Europa, a España, y a Europa, sobre todo, yo decía: “yo quiero ir a tal sitio, porque ahí hay un castillo que es así, así”, y me decían: “no, mi hija, por aquí no es, da la vuelta”, porque como yo lo veía era desde otro lado, porque me los conocía todo, todo, todo, la imaginación de papá era tremenda, y esa imaginación de papá nos sacaba un poco de esa vida estrecha. Bueno, todos nosotros conocemos de pintura y de música, y sabemos de las óperas, y cantábamos ópera todos juntos, y nosotros tuvimos una vida bonita, porque los hermanos, mientras trabajábamos, como nos gustaba mucho la música, mientras uno estaba barriendo, el otro trapeando, y yo cocinando, cantábamos Zarzuela, y nos parábamos, cogíamos la escoba, y esa vida. Yo ahora escribí una cosa, y lo decía: gracias a ese amor que nos tuvimos los tres hermanos pasamos un tiempo feliz que valoramos mucho, y cuando nos juntamos añoramos mucho, mucho, mucho, mucho ese tiempo.
Bueno, entonces ya, cuando nos casamos, nos casamos las dos hermanas el mismo día, en la misma ceremonia, porque era una manera de economizar, y como las amistades eran más o menos las mismas pues podíamos economizar, y nos casamos en la Catedral. Una tía de mi esposo que cosía muy bien nos regaló el vestido, fue una boda preciosa, todo eso nos lo pagamos mi hermana y yo, porque ya en ese tiempo ya yo me había graduado, mi hermana también, entonces mamá ya nos dejaba, ya estaban mejor, nos dejaban una parte para que nosotras fuéramos guardándola para la boda, entonces mamá daba clase al Embajador Francés, y el Embajador Francés nos regaló champagne, y mucha gente que habíamos tenido tanta relación, o sea, papá y mamá eran demasiado buenos. Entonces hicimos una boda muy bonita en la azotea de la tía que nos regaló el vestido, allí hicimos nosotros con papel, campanas de papel, hicimos una boda linda, y en la Catedral fue precioso, y se puso así de gentes, porque iban a ver a dos hermanas, a las dos españolitas casarse juntas.
Y además pasamos la luna de miel juntas, nos fuimos a Boca Chica juntas, porque habíamos pasado los amores juntos, y los amores nuestros eran en la casa, y como mamá decía que las mujeres no debían estar mano con mano, y había que trabajar, pues los amores eran que los amores eran que mi novio estaba aquí, aquí estaba la tabla de planchar y yo iba planchando en lo que noviábamos, y mi hermana estaba tejiendo en lo que el novio estaba ahí, porque teníamos que estar trabajando aunque estuviéramos comiendo gallina, eso era un ligado. Con papá se llevaban muy bien los novios nuestros, mucho, mucho.
Y bueno, nos casamos por lo civil primero, porque para que me pudieran nombrar como profesora de La Normal, de Salomé Ureña, tenía que ser dominicana, entonces nos casamos por el civil como tres meses antes, y mi cuñado ya estaba en Puerto Rico, y para poderle arreglar los papeles a mi hermana también tuvo que casarse por lo civil primero, ahora, como éramos de aquel tiempo, pues ahí era que nos velábamos nosotros, el esposo aquí y nosotros allá, aquellos eran otros tiempos. Y entonces ya, pues nos casamos, nosotros teníamos un apartamentito, habíamos alquilado 21-03 _____, y las aventuras, mi hermana se fueron para un hotel, y como no tenían los papeles se creían que era una vagabundería y tuvieron que llegar de noche a llamar a la casa, que los dejáramos dormir ahí.
Total, se fueron mis hermanos, y estuvimos diez años sin podernos hablar ni por teléfono ni nada, porque como era antitrujillista no podíamos ni por teléfono, ni nada, había veces que nos podíamos comunicar algo, cuando alguien de aquí salí, sobre todo la gente del Santa Teresita, le podía llevar algo para saber, una vez pudo salir mi mamá y mi papá.
Estudios realizados. Profesiones de sus hermanos
MSM. Mi hermano, el que nos seguía, se sintió tan solo con las dos hembras que se habían ido, que se fue para Venezuela, en Venezuela terminó la carrera de Ingeniería Civil. Mi hermana se fue de aquí ya graduada de médico, el esposo era médico también, mi esposo era Ingeniero Civil, yo hice Ingeniería Civil. Como yo me gradué antes que mi marido, porque yo iba más adelantada, aunque soy más joven, en ese año me permitieron hacer todas las materias de arquitectura libre, porque yo había sacado muy buenas notas, todos los profesores de arquitectura decidieron que yo, en ese año, con tutoría y cosa, me hiciera también arquitecto. Entonces, hasta que no nos graduamos papá y mamá no nos dejaron casarnos, o sea, para casarnos tuvimos que estar graduados
Mi hermano se fue a Venezuela, primero trabajó, se hizo aparejador, y luego se hizo Ingeniero Civil, y le fue muy bien, gracias a Dios. Los tres, en los tres países, como profesionales hemos, no es que hayamos sido grandes cosas, pero hemos tenido éxito, hemos dejado el nombre de papá y mamá en alto, sobre todo en honestidad. Mi hermano José fue el Director en Venezuela, como ingeniero del 23-50 MOP, el MOP era Obras Públicas. Él después dejó para ser solo diseñador, él diseñó la 24-06 ______, diseñó esos cosas raras que hay en Venezuela, la Araña, y todo eso, y realmente han vivido muy bien, con mucho éxito como profesionales, con mucha honradez, no es rico, pero tiene su casa muy buena, pudo hacerse una casita en la playa, y tuvo dos hijos, dos hijos varones, los dos son ingenieros, los dos han triunfado, han hechos especialidades, hablan dos o tres idiomas, están casados con venezolanas, han criado ya una familia, y ellos siguen la ruta de los padres, trabajando mucho, mucho, mucho, pero viviendo muy bien, y también teniendo un nombre que es respetado en Venezuela, cuando se dice los Sabater, ese nombre se respeta, eso es mi hermano José, en Venezuela. O sea, que lo que hay de nuestros padres en Venezuela no avergüenza a ningún Refugiado, al revés.
Mi hermana se hizo pediatra, y mi cuñado fue cirujano de cáncer en Puerto Rico, mi hermana no quiso hacer nunca medicina privada, sino medicina de hospital con niños, ha trabajado casi 50 años como pediatra en el hospital de Río Piedras. Ella, yo creo que ha formado a todos los pediatras que hay en Puerto Rico, ha sido la profesora de todos los pediatras, ella se jubiló y la mandaron a buscar, que volviera, volvió medio tiempo, le han hecho homenajes: que salió en la prensa, la primera página, la consideran la mejor pediatra de Puerto Rico, todos los ex alumnos, los pediatras, bueno, ya está jubilada, y todavía todos los años, el día del pediatra se lo dedican a ella. Ella dedicó su vida a los niños, o sea, a trabajar con los niños, francamente es una magnífica pediatra, una magnífica, además eso es para ella, la pediatría es su vida. Y mi cuñado hizo cáncer, mi cuñado operó cáncer hasta los 80 años, y mi hermana, bueno, se jubiló ahora que tiene 79, ya por definitivamente. Ellos no tuvieron hijos, adoptaron una niña 27-36 y un niño, en España, han tenido un poco de tristeza porque la niña ha tenido cánceres, a los treinta años tuvo cáncer, y todavía está, la pobre, luchando con eso, tienen ya 5 nietos, los hijos están también graduados, casados con muy buena familia.
Y ya les digo, mi hermana tiene una casa muy bonita, se la hicimos nosotros, ellos querían los materiales de aquí, había que mandarle los materiales de aquí, porque mi cuñado es dominicano, y para él venir a Santo Domingo es, y una familia de allá, vecinos, se casó la hija de ellos con mi sobrino, y ellos vienen a las bodas, eso es nuestra familia, y me acuerdo que siempre que viene nos decía: “lléveme a Boca Chica, que hasta que yo no vaya y coma el pescado de Mamita yo no he llegado a Santo Domingo”, él era a comer el pescado así, con la mano, en Boca Chica. Aman a Santo Domingo, y lo grande es que, tan mi hermano como mi hermana han vivido mucho más allá que aquí, pero mi hijo, lo que quieren es Santo Domingo, para ellos Santo Domingo y bailar merengue.
Y ya les digo, en Puerto Rico también la familia de los Refugiados también hemos dejado un nombre, ya te digo que en la prensa por varias veces ha salido, y los homenajes a mi hermana han sido tremendos.
De su labor: expresa que fue profesora en el colegio Santa Teresita. Anécdotas
MSM. Y yo, que fui la que me quedé aquí, fui la única que se dedicó a la política, y gracias a Dios pues no me ha ido mal, porque yo empecé dando clases en Santa Teresita, bueno, a parte de las clases particulares, clase en Santa Teresita desde sexto curso, ya ahí tuve un premio por una clase que di de matemáticas, 30-13 no tradicional, porque al mes fue una ciudad en el colegio para hacer, me gustaba mucho la enseñanza.
De ahí entré a la Escuela de Señorita Salomé Ureña, di todas las matemáticas y físicas, siempre tuve pleitos con alguien, con directores, yo me acuerdo de uno, porque una señora, una profesora, me voy a reservar el nombre, pero llega un día y me dijo, yo tenía una alumna en el cuarto que a mí me maravillaban, eran dos hermanitas, morenitas, y llevaban las medias recosiditas, así; y yo un día les dije: “yo 31-12 ____ a todos que me traigan la tabla de ______”, imagínate, bueno; y el lunes yo veo que esas niñas están con una libretas, y voy a ver, habían copiado la tabla de 31-46 _______, iban cosiditas y limpias, bueno. Llega una profesora y me dice, en aquel tiempo, en ese mismo curso estaba 31-59 Arma Vicini, las niñas eran pobrecitas, pobrecitas.
Entonces me vienen y me dicen: “profesora, búsqueme la mejor alumna, para que se la banderada en un desfile de Trujillo”, yo cojo y llamo esas dos niñas, y la profesora me dice: “ay, pero estos uniformes están muy malos, y estas niñas son muy morenas”. Le digo: “mire, usted me ha pedido las mejores alumnas, y yo se las he sacado, si usted me hubiera pedido la mejor vestida, probablemente le hubiera sacado las peores; entonces, si usted me dice las mejores, son estas; ahora, si usted quiere las peores, elíjalas usted”. Y para poner las notas eso era: “porque es fulanita es hija de fulanito”, y yo decía: “fulanito es fulanito, pero esa desde que sale de aquí se quita las medias”, siempre tuve muchos choques.
Entonces ya, después de eso, entré a La Normal, gracias a la universidad, gracias al profesor Masalles, que se le cogió a Trujillo, a él lo trajeron, catalán lo trajeron ahí, a San Cristóbal, y a Trujillo se le metió que él montaba la carrera de química, él sabía Física Nuclear y qué sé yo qué; pues yo había hecho mi tesis en Física Nuclear, porque era cuando la bomba atómica, y todo, yo hice una tesis que era 34-13 Cálculo de estaciones trascendentales para la masa crítica de 34-23 ____ nuclear, yo creo que los que me examinaron no sabían lo que era eso lo que era eso. Entonces, Masalles quería que si montaba la escuela, que yo fuera la profesora de matemáticas y de física, pero claro, como yo era antitrujillista pues no me nombraban.
Yo he sido muy atrevida 34-58 RUIDO EXTERNO ____ y un día yo le digo al ascensorista: “ven acá, ¿el vicerrector baja y sube por este ascensor?, dice: “sí”, dije: “ha, ta´ bien”, me pasé toda la mañana subiendo y bajando en el ascensor, subiendo y bajando en el ascensor (risas). Cuando entró el vicerrector le dije: “oh señor vicerrector, yo soy la señorita que hace días que está pidiéndole una cita, como usted no me recibía pues yo lo estoy esperando aquí”, entonces entré.
Sobre su actitud antitrujillista en la universidad
MSM. Ya ahí yo había sido expulsada de la universidad, porque yo trabajé con la gente del PSP, esos tan buena gente, todos esos, después fui del grupo del 47, de la Juventud Democrática. Yo tuve un enemigo muy grande conmigo, que era Robles Toledano, al cual yo, en mi opinión, causante de muchas desapariciones de estudiantes, porque él se hacía pasar por un hombre liberal, y los estudiantes caían en gancho. Pero en esa época Trujillo puso el Día de la Juventud, porque era cuando Trimbelí quería privar y puso 36-46 guía al estudiante, y entonces quería ser demócrata, y dijo que las facultades se la hicieran sus representantes, y dio la casualidad que en Derecho eligieron a la poetiza, hermana del director del Caribe, a la hermana de Ornes, en Medicina cogieron a Josefinita Padilla, y en Ingeniería me pusieron a mí, que éramos tres antitrujillistas. Cuando nos vieron a nosotros representantes de los estudiantes…, entonces nos dijeron que teníamos que hacer un discurso, preparamos un discurso, y Robles Toledano dijo que se lo teníamos que dar a leer, y dijimos que no, que era democracia y que nosotros no teníamos que pasar censura, que no dábamos a leer eso.
AC. ¿Qué 37-57 posición tenía él ahí?
MSM. Vicerrector. Entonces, que eligieron a otros 38-04 heredados que eran trujillistas, en contra de nosotros, pero nosotros hicimos nuestro desfile por el Conde, no nombramos, no hicimos nada, lo único que no nombramos al Padre de la Patria, lo único que hicimos; nos retrataron, yo 38-23 yo _______ esas fotos, y al otro día nos habían botado a todos en la universidad, 38-28 todos nos llegamos a ir, estábamos retratados ahí, nos botaron a todos. Y bueno, después teníamos que escribir una carta diciendo que nosotros éramos trujillistas, que no éramos comunistas, entonces hubimos un grupo que no nos dio la gana de escribirla, y yo escribí una carta y dije que yo no tenía que decir cuál era mi pensamiento político, porque estaba en una democracia, y yo tenía dieciocho años y mi hermana tenía diecisiete; botaron a 39-06 ______, Josefinita Padilla, un grupete.
Entonces nos quedamos el grupo que no quisimos escribir la carta, entonces nos reunieron en una mesa y empezó Robles Toledano y Vega, Vega se llamaba el rector, empezaron a juzgarnos: “a usted la acusan de qué sé yo qué, a usted la acusan de qué sé yo cuánto”, cuando llegaron donde mí, me dijeron: “a usted la acusan de que usted es comunista A-1”, digo yo: “bueno, me gustaría conocer al que me hace esa acusación, para darle las gracias, porque A y 1, a mi edad hay que ser muy inteligente, yo quisiera agradecérselo”. Pasa la rueda, vuelven donde mí, dicen: “la otra acusación que pesa sobre usted es, que usted enamora a los estudiantes para llevarlos donde sus papá, que su papá los adiestre en el comunismo.” “¿Qué usted tiene que alegar a esto?”. Digo yo: “insisto, que me digan quién es el que me acusa, para agradecerle, porque mire; antes era inteligente, ahora soy buena moza, porque la muchacha que se dedica a eso es buena moza”, nos soltaron.
No nos dieron la inscripción, pues nosotros, a través de Venezuela, conseguimos la inscripción en Venezuela con unos Refugiados, pues fuimos a buscar la nota, mi hermana y yo, entonces nos dijeron: “¿y pa´ dónde se van?”, “bueno, a Venezuela”. “Ah, ¿pero ustedes no saben que en Venezuela hay un gobierno enemigo?”. “Por eso nos vamos pa´ allá, porque aquí no nos dejan estudiar, y allá nos van a recibir así”, no nos dieron la nota. Al otro día llegó el carro del rector, temprano, a casa, a buscarnos: “ay, pero qué errores ha habido, unas niñas tan buenas como ustedes”, y nos dieron la inscripción. Pero eso sí, yo me sentaba aquí y el otro ahí, era un vacío así, nadie se sentaba alrededor, esa fue aventura.
Después ya vino la autonomía, yo estuve en el ametrallamiento, entonces conocí a Juan Bosch, porque papá y mamá eran profesores de Santa Teresita, y cuando los sobrinos de Juan Bosch, Juan Bosch hacía una travesura fea, los sacaban del colegio, los tenían que sacar, pues pa´ que no perdieran clases iban a casa de papá y mamá, y papá y mamá le seguían dando la clase hasta que se calmara. Entonces, cuando Juan Bosch vino pues quiso conocer de una vez a papá y a mamá, y ya yo conocía muchísimo a las hermanas, y a Milagritos, Milagros, todas esas gentes, entonces, cuando vino Don Juan lo conocimos de una vez.
Yo no me hacía boschista, a la verdad, porque yo era más catorcista, y de Unión Cívica, porque a mí me gustaba eso de que me dijeran “borrón y cuenta nueva”, porque a mi cuñado lo estuvieron torturando mucho en la 40, a nosotros fue terrible también, a mi marido se lo llevaban a cada rato. En casa teníamos un tarrito fijo parado en la puerta, y sufrimos mucho, mucho, mucho, mucho, yo llegué a estar enferma, enferma, enferma de la mente, del terror. Inclusive, llevaba, y le di a mi marido, para que si nos cogían nos matáramos, para no descubrir.
Recuerdo una noche, que estábamos ya acostándonos, y suena el timbre, nos levantamos los dos, en el pasillo nos abrazamos, decimos: “bueno, mira, los míos están aquí”, 44-19 _____ dice: “si es a mí, que me van a llevar, tú no protestes, coge los niños mañana, llévaselos a papá y a mamá”, y ya, nos abrazamos, y en eso 44-35 _____dice: “pero ven acá, el timbre de acá está dañado” (risas), pero que era un miedo, era en la casa del lado, que había un médico, oye lo que era el terror, era horrible. Por eso es que cuando yo oigo decir: “aquí lo que hace falta es un Trujillo”, digo: “44-54 ____ qué bueno que les hubiera tocado a ustedes, qué bueno”. Y así yo pasé muchas, muchas, o sea, porque fui muy participante en todo: la lucha por la autonomía, la lucha por el 45-15 medio millón, y después yo creé la Carrera de Física, fundé las Carreras de las docencias, fui Directora de Cátedra, después fui Directora Física.
Una vez que nos allanaron, la policía; entraron y yo me quedé ahí, sentada en mi escritorio, y entró la policía, 45-51 _____ y dice: “señor, aquí la que comanda esto es una mujer, ¿qué hago? 46-01 _____”, dice: “pero es que ella tiene ahí un aparato muy peligroso” (risas), un aparato pa´ medir la gravedad. Y dice: “46-11 _____, que lo desmonte ella”, 46-15 ______ “¿usted cree que esto es la bomba atómica?, no se apure, yo le voy a decir”. Eso era famoso, y salir con las manos aquí, y sacar los estudiantes metidos en el baúl: “métase ahí 46-32 ______”, a cuántos, mucho, mucho.
Una vez estaban tiroteando dos grupos estudiantiles, digo: “ay, se van a matar”, 46-48 ___ cuando es joven, es guapo, yo salí, y digo: “esto no lo puedo aguantar yo”, salí y me puse en el medio, empezaron a vocear los estudiantes: “profesora, quítese de ahí, quítese de ahí, que le puede dar un tiro”, yo le dije: “miren mis hijos, yo no me voy a quitar de aquí –voceao´, si ustedes tiran y me matan, yo prefiero que me maten a mí, a que se maten ustedes, así es que paren el tiroteo”, y lo pararon, ahora yo no hago eso ni que me amarren, ni que me amarren, que en aquel tiempo uno lo hacía, y cosas así.
La Revolución de Abril de 1965. Habla de Juan Bosch: se cataloga como boschista. Anécdota de Juan Bosch
MSM. Cuando la Revolución nosotros teníamos una finquita, vivíamos en el 7 ½ de la carretera Mella, teníamos una finquita, y nosotros entrábamos todos los días a Ciudad Nueva, y la finquita la agotamos, porque matábamos las gallinas, los huevos, y lo entrábamos al Padre Billini. Y después, cuando a Bosch lo tuvieron en La Gallera, como yo le decía ahí, con los Hombres Rana, los pobrecitos, que no tenían pa´ comer, pues llevábamos la comida pa´ que comieran, porque si no, no tenían comida.
Y la amistad con Juan Bosch fue tan y tan grande, tan grande, que Don Juan, bueno, cuando él era presidente yo iba a desayunar a su casa, y yo le decía: “Don Juan, pero yo no debo venir a molestarlo”, y decía: “no hombre 48-36 Meche, ¿por qué tú me dices lo que el pueblo dice?, y aquí viene la gente y me dicen lo que ellos creen que yo quiero oír”, oye cómo era Don Juan, era una cosa tremenda.
Entonces acá, él no me dejó nunca ser del PRD, y cuando creó el PLD le dije: “¿entro ahora, Don Juan?”, que fue a casa a decirme que lo había creado; 49-09 lo vi llorar, y entonces él me dijo: “yo les aviso, a _____ y a ti”. Entonces, llegó un momento que en unas elecciones dijo: “yo quiero que tú me presentes a los profesionales”, yo los presenté, y ese día me dijo: “ya, métanse al PLD”, me metí, fui de una vez. Él creía que yo no debía hacer, porque eran organismos especiales, o sea, que era a estudiar 49-43 _____, yo dirigí dos organismos especiales, y yo dije: “ay no, no, no, no se puede hacer 49-48 ______, caminar”; y cuando le dijeron a él que yo andaba entre las gomas, caminando: “pero Meche, ¿cómo tú te pones a esto, mi hija?, una vicerrectora”.
Y yo hice todo lo se hacía en el PLD y mi marido también: cuidábamos la Casa Nacional de noche, teníamos que lavar los inodoros, todo. Entonces, fui pasando los distintos organismos hasta que llegué al Comité Central, y siempre he estado ahí. Y yo me hice boschista, justamente, porque yo decía que a los calieses había que darles golpes, pero un día íbamos pasando por el Parque Colón, y vemos un gentío, nos apeamos, mi marido y yo, e iban llevando un caliés a cadenazo, dije: “¿dónde se metió?”, en el PRD, que quedaba delante de la Catedral, y ahí estaba Don Juan, entonces la gente quería sacar al hombre de ahí y matarlo, y Don Juan se paró en el barcón y dijo: “de aquí no lo sacan”, empezó a predicar: “la justicia no se hace 51-23 por sí mismo, yo lo entrego a la justicia”. Entonces la gente: “no, entréguemelo, traidor”, y entonces dijo: “miren pa´ sacarlo de aquí es sobre mi cabal”, y ese día me hice yo boschista, dije: “bueno, si un hombre es capaz, después de sufrir tanto por estos calieses, de hablar así de justicia” 51-49 ______ fui boschista, pero es así.

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Voltaire

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