Lugar de entrevista AGN
Fecha de la entrevista 04-05-2007
Investigador: Pedro De León C.
Proyecto: Voces de la Revolución de Abril
Preparado por Esmirnalee Santana
Anécdota
Francis Caamaño (FCA): Si él (Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó) llegaba a la casa y tocaba ese piano nos dábamos cuenta qué había pasado en el día.
Pedro De León (PDL): Eso es bueno enfatizarlo, pero, vamos a poner un ejemplo, un día que llega a x hora, a una determinada hora, tocaba el piano, ¿cómo usted percibía eso? El tono, la melodía que tocaba.
FCA: Por el tono y la melodía que tocaba, ahí él… por ejemplo, si habían caído varios de sus compañeros él tocaba una melodía que uno se daba cuenta que era de tristeza, que era lo que él sentía, dolor, entonces, incluso nosotros siendo niños y hasta mi mamá cuando él llegaba así lo que hacíamos era que lo dejábamos tranquilo porque sabíamos que se sentía mal, entonces, era preferible no molestarlo hasta que ya se le pasara porque ahí se desahogaba, entonces, lo dejábamos tranquilo.
Anécdota
FCA: Yo recuerdo en una ocasión, por ejemplo, yo cogí una granada de mano, si me preguntas cómo le quité el pasador de seguridad… no sé.
PDL: Pero lo hizo.
FCA: Pero lo hice, tenía seis años y algo, recuerdo que se me acercó mi papá, bueno, eso fue en la casa, y yo lo que decía era que le iba a tirar una granada a los tanques americanos, eso es por lo que yo estaba viendo, yo decía: no, ¡se la voy a tirar a los gringos!, ¡se la voy a tirar a los gringos!, mi papá trató de convencerme, todos los que estaban ahí trataron de convencerme hasta que lograron quitarme la granada a la mala, cuando me quitaron la granada se dieron cuenta que no tenía el pasador, si yo la hubiese soltado… posiblemente todos nos hubiéramos muerto.
PDL: ¿Y qué le decía su padre en esos momentos, los que estaban ahí?, que usted recuerde.
FCA: Con mucha calma recuerdo que ellos me hablaron, ven danos eso, eso no es para que tú juegues con él, déjanos esta parte a nosotros, incluso, me llevaron un robot de juguete, de dónde lo sacaron, no sé, pero me llevaron un robot de juguete, te lo vamos a cambiar, toma, danos eso, todo eso me lo dijeron, bueno, por fin, ellos recuperaron la granada, yo no sé de dónde salieron más revólver, pero después mi hermano y yo teníamos revólver cada uno, de esos de juguete, muchachos al fin, comenzamos a inventar y nos metíamos en la habitación, registrábamos todas las habitaciones de la casa buscando los proyectiles, las balas para ponérsela a los revólver, ¡vamos a ira a matar gringos!, con el revólver de juguete, y cosas así hacíamos, entonces, mi papá lo que hacía a veces se reía y decía: estos muchachos me van a volver loco, me van a volver loco, porque es que no es posible que uno le hable y ellos sigan diciendo que van a matar gringo, que salgan corriendo y jugando con lo que no pueden jugar.
Anécdota
Una vez nos metimos en el patio, al lado de la casa, en un callejón, tumbamos unos tanques de metal, yo creo que eran de 55 galones, que estaban vacíos, en esos momentos había unos tiroteos por la zona, todo el mundo pensó que algo nos había pasado también, porque se cayeron todos aquellos tanques y la bulla que hicieron, ¿no?, fue increíble.
Anécdota
Tú le ponías cualquier plato alante, y si él tenía hambre se lo comía (se refiere a su padre; Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó), y si no tenía hambre también comía, incluso, ya en familia, estando todos sentados en una mesa, él antes de sentarse, él tenía que ir a los platos de cada uno de nosotros con un tenedor en la mano y decir, déjenme probarla, y él cogía y la aprobaba, y si tú te descuidabas te quitaba una parte y se la comía y después venía y te decía: ¿Quieres un poquito?, pero entonces, eso te lo hacía era como para… qué se yo, porque él lo que hacía era probar la comida de cada uno, entonces, si le gustaba él decía: esa carne es más grande que la mía, esa no se la va a comer, y él sabía que uno de nosotros no se iba a comer ese pedazo de carne, y él se lo cambiaba por el otro y se comía el grandote él, entonces, nos decía, quieren más, y cogía y cortaba la de él, y si tú le decías que sí, entonces, te daba, pero cosas así, de todo, él comía de todo.
Anécdota
FCA: Y te voy a contar algo que le pasó a mi mamá; mi mamá abajo del colchón…
PDL: como siempre.
FCA: Como siempre, había guardado dinero, porque un ejemplo, yo tengo que dejar algo para mis hijos, porque todo lo está cogiendo para esto, y ahorita yo tengo que buscarle algo a mis hijos y no tengo nada, y mi papá fue y le preguntó a ella que si no tenía dinero, “no, yo no tengo nada”, y él fue y empezó a registrar la casa y levantó el colchón, ¿ah, tú no tienes nada?, todo esto que está aquí se va para los combatientes que no hay de nada, y le sacó todo ese dinero y se lo entregó a los combatientes y le dijo: busquen la comida, búsquense todo lo que necesiten, es decir, que eso lo vivimos nosotros, es decir, que te estoy diciendo, te estoy poniendo otro ejemplo más para que tú veas que él todo lo invirtió ahí.
agradable escuchar estas anecdotas!!
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