Testimonio de Rivas España, Santiago
Lugar de entrevista Santo Domingo
Fecha de la entrevista 13-04-2005
Investigador: Ángel Encarnación
Proyecto: Voces de la Revolución de Abril
- Incorporación al Movimiento Constitucionalista
Ángel Encarnación (AE). ¿De qué forma, de qué manera usted se involucra en el movimiento de la Revolución?
Santiago Rivas España. (SRE). Bueno, a mediados del 62 yo era Sargento Mayor, un sábado cualquiera, salí a visitar dos hermanos que tenía en San Luis, y después que pasamos, más o menos las dos de la tarde, las dos y media, salimos a un crucecito, encontramos un mitin de la Unión Cívica, había tanta gente, que no pudimos pasar, y nos quedamos, oraron unos cuantos y luego subió Viriato Fiallo y me vio a distancia, hablaba, pero la vista siempre fija hacia mí, poco después llegó un señor, Sargento, “el Doctor Viriato Fiallo quiere hablar con usted.” Digo: “oh sí, cómo no”, me voy, cuando llego donde él, me dice: “acompáñeme”, me pongo detrás de Viriato, y nos fuimos a la Cantina, eso era un Bar que había, y yo me pongo y me dice: “no, siéntese aquí”, me pone a su lado. Me preguntó mi nombre, me preguntó por mis padres, qué yo hacía en la guardia, me hizo un interrogatorio, y dice: “Federico…, (que era el Doctor Federico Carlos Álvarez),…démele una tarjeta al Sargento, cuando yo tome el poder, ese va a ser mi ayudante personal.” Me voy, y diría que estaba esperando, sabiendo que era casi presidente ese hombre, de Sargento, quien sabe si a Capitán. Vienen las elecciones, me cae esa depresión en la Jefatura de Estado Mayor, pedí la baja, la pongo en el escritorio del Coronel Manuel Ramón Pagán Montás, que era el ayudante del Jefe de Estado Mayor, y en la tarde me llama: “España, ¿Qué te pasa?”. Digo: “me voy” “¿Tú ya pensaste lo que ibas a hacer?” “No te apure, sobre la marcha yo pienso”. “España, la vida está dura”. “Yo sé, pero yo no lo soporto esto”. “Mira España, yo te voy a mandar a hacer un curso en Panamá, cuando tú vengas, quién sabe, te hacemos Teniente”. Le dije: “bueno, si es así, está bien”. Me mandan a Panamá. En eso Juan Bosch tomó el poder, y yo estaba allá, la toma de posesión yo la oí desde Panamá, cuando regreso, me hacen Teniente y me mandaron a hacer un servicio a Constanza, con el Coronel Fernández Domínguez, a Dajabón, y así, hasta que el 25 de septiembre se da el Golpe De Estado, se me designa junto con un grupo de oficiales para relevar el cuerpo de ayudante de Juan Bosch, cuando llegamos al Palacio, me tocó la puerta del presidente, ya como serían las ocho de la noche, no recuerdo la hora bien, pero era de noche, entró un grupo de oficiales de alta graduación todos, Generales y Coroneles, se metieron al despacho del presidente, hablaron, oí cuando él dijo: “Den su Golpe de Estado, pero…”, salieron, y me dijo uno de los oficiales: “España, ese hombre está detenido, no puede salir, ni hablar con nadie”, se fue, ahí permanecí hasta que se lo llevaron. Casualmente el señor General Estrella, creo yo, que fue dizque el héroe que mató a Trujillo, ese hombre sacó a Juan Bosch del país.
AE. ¿Y quién estaba junto con el presidente en esa conversación?
SRE. Ahí estaba Piña Román, el que era jefe de la policía, Belisario Peguero, había un grupo, eran quince o veinte oficiales, yo no podía estar al servicio, yo tenía que estar de espalda, pues yo, cuando él estaba detenido, yo no estaba tan nervioso, se quitaba la camisa, el saco, se lavaba la mano, se la secaba, y se lo llevaron, ahí comprendí, que yo estaba equivocado, que quien tenía la razón era el señor Juan Bosch.
AE. ¿Hasta ese momento qué actitud tenía usted frente al movimiento?
SRE. Yo no conocía el movimiento, yo sabía que se conspiraba, pero yo desconocía lo que estaba pasando, yo nunca estaba dado a política, no, yo siempre fui un oficial de mi cuartel, yo desconocía, pero en ese momento, como que una luz me dijo: “tú estás equivocado”, y salí de ahí, comencé a buscar quién me acompañaba en una aventura ¿Cuál aventura? Oye que sueño: elección en tres mese, amnistía general, cosas que yo la oí, y hablo con Peña Taveras, voy a su casa y hablo con él, me dice… cuando él está hablando, llega un Sargento, que se llama Limardo Peña Taveras, su hermano, yo me callo y dice: “no, siga hablando, que él es mi hermano y él hace lo que yo diga”. Yo le explico la inquietud mía y dice: “cuente conmigo, la Jefatura está conmigo…”. Vamos a seguir trabajando, y de ahí comenzamos a conspirar abiertamente, se hizo contacto con muchísimas gentes, militares. Pero un día, estoy en la casa tomándome un traguito de JB, recuerdo, llega un vecino del sector, que se llama De la Cruz Florián, y me lo presentan, nos tomamos un traguito ahí, me dice: “mire, quiero hablar un asunto con usted”, ya eso fue como a las tres o las cuatro de la tarde, en la noche salió y volvió ya como a las nueve, por la mañana se aparece, en la mañana se aparece como a las ocho, era domingo por cierto, me dice: “Mire, el profesor Bosch me mandó aquí a buscar un guardia, un coronel que se case con la gloria, porque hay que reponer el poder”. Digo: “Yo entiendo eso, pero ya a mí eso de política no me gusta”. “No, no, yo sé”. Pero, como que se echó para atrás. Cuando eso le digo yo a la ex esposa, digo: “¿Que te parece eso?”, dice él: “Él es un hombre serio”; luego vuelve y me sale con lo mismo, dice: “Mire, le voy a traer aquí a una persona, fue mandada por Juan Bosch, él viene de hoy a mañana, se llama Carlos Gómez Ruiz”. Cuando llegó Carlos, me lo llevó a la casa, resultó ser un ex militar, un muchacho de unos 6´3, fuerte, muy preparado, que hablaba no sé cuántos idiomas, y ahí hablamos, nos pusimos de acuerdo, hicimos una reunión en una casa que está por ahí en Ciudad Nueva, una casa de dos o tres plantas, cerca de la Planta de Electricidad, ahí participaron, en esa reunión participaron, de los que recuerdo, no todos los recuerdo: José Francisco Peña Gómez, Winston Arnaud Carlos Gómez Ruiz, De la Cruz Florián, Manny Espinal, Mundito Espinal, Los hermanos Machado, Paco Gómez, Capitán Mario Peña Taveras y yo.
AE. ¿Solamente ustedes dos eran militares?
SRE. Sí, de los que asistimos a esa reunión. Entonces, de ahí se acordó unirnos, el movimiento de nosotros con el PRD, ya yo confirmo que el PRD tenía otro movimiento, pero la verdad que yo ignoraba lo que estaba pasando, una locura, salió así. Pues el 24, yo llego a mi casa, más o menos once, once y pico, como, me recuesto un poquito en la cama, cuando suena el teléfono “¿Quién?”: “Ah, España, que dice Peña Taveras que venga inmediatamente”. Yo tenía hasta la pistola enganchada, y cogí, prendí el carro y arranqué, cuando llego a la Jefatura, él me esperó en la calzada, me dice: “España, hay cinco compañeros presos, los van a cancelar, tenemos que hacer algo hoy”. Digo: “Bueno, algo hay que hacer, porque para luego tarde”. Dice: “Espéreme un momento, déjeme ver”, coge una libreta, un lápiz y sube por la puerta de atrás de la Jefatura, tiene dos entradas, una por delante y una por detrás, y viene con la libreta, y dice: “Están cancelados”. Dice… yo creo que fue Lantigua Bravo, uno de los muchachos, dijo: “A sobar las armas”, yo andaba sin arma larga, cogí una ametralladora, él subió por la parte de atrás y yo por la parte de alante, cuando yo voy subiendo, viene bajando Héctor, el Mayor Héctor García Tejada, ahí lo hicimos preso, tengo en la vista los próximos que vienen, cuando lo subimos a la segunda planta, ya Peña Taveras tiene al General Marco Rivera Cuesta preso, a Trujillo Estévez, y otro Coronel tenía los otros preso, faltaba uno, que era el sub jefe, Ruiz Batista, cuando me pasa Ruiz Batista, entonces fuimos Lalo Ramírez Sánchez, Lantigua Bravo y yo, cuando llegamos, estaba en su escritorio y se para, abrió la gaveta y nos entregó las demás pistolas que estaban ahí, que eran de los que habían detenido, entonces, luego llegó Hernando Ramírez, que era el jefe, por su rango se le entregó el mando. Pero ¿Qué pasa?, él me dice: “España, vamos para el 25, nos montamos en los carros, yo iba aquí, Hernando Ramírez aquí, Rivera Cuesta aquí y el chofer, llegamos al 25, debajo de una mata de mango, me dejaron a mí con unos cuantos soldados, y ellos fueron para la oficina, luego viene un avioncito, dando vuelta, llega Lalo Ramírez Sánchez y le dice a los detenidos: “Pídanle a Dios que ese avión no tire, porque lo asesino”. Yo le digo: “Mayor…que él tenía rango de Mayor, Francis Ozorio… Mayor, esto no se hizo para matar a nadie, mucho cuidado, que yo no permito eso”. Esa palabra me granjeó la amistad de Héctor García Tejada, y los demás compañeros me respetaron siempre por eso, y yo los defendía, aun estando preso yo los defendía.
Testimonio de Rodríguez Pillier, Iván
Lugar de entrevista Santo Domingo (AGN)
Fecha de la entrevista 21-09-2006
Investigador: Jesús Díaz
Proyecto: Voces de la Revolución de Abril
El Movimiento Armado en la Romana. (La Romana 24-04-1965)
Jesús Díaz (JD.) ¿Usted estaba en La Romana cuando estalla el Movimiento?
Iván Rodríguez Pillier (IR.) Sí, muy particular, allá se dio una situación muy particular, es que en el Ejército había un Mayor, que era el que estaba dirigiendo el Ejército, creo, en ese momento estaba la policía encabezada por un Coronel, entonces La Policía en todas y cada una de las luchas había desarrollado una represión muy violenta, y era el cuerpo represivo que todos rechazábamos, y entonces cuando estalla el Movimiento el 24 de Abril, los grupos revolucionarios, en este caso nosotros podemos hablar de Fermín, que era del Movimiento Popular Dominicano (MPD), el grupo de compañeros del Movimiento Popular Dominicano (MPD), los compañeros del 14 de Junio, en el transcurso de la tarde y la noche. Bueno, en la noche se dio una situación muy característica, y es que la población nos la dejaron a nosotros los revolucionarios, o sea, La Policía se acuarteló en la noche, y allí entonces, debo decir que en la tarde, en algunas de las movilizaciones, La Policía mató a un joven, y entonces eso lanzó la gente a la calle.
JD. ¿Dirigente?
IR. No, un joven de la población, que estaba en las movilizaciones, estaba celebrando, y entonces, el pueblo estaba indignado por ese asesinato y que en la noche, los movimientos… nos lanzamos, nos concentramos en el Sindicato Unido, ahí había centenares de personas, centenares de personas determinando qué hacer, porque se había dado el Golpe de Estado, se había anunciado el Golpe de Estado, pero bueno ¿Qué hacer? La gente no sabía, no había una dirección, por ejemplo, que nos dijera: no, mira, hay que hacer esto en este momento, y entonces, lo que hicimos fue concentrarnos frente al Sindicato Unido, y la gente salió; bueno, la gente comenzó a confeccionar molotov, a concentrar, a buscar unas pequeñas armas.
JD. ¿Eso era dirigido o era espontánea de la población?
IR. Sí, eso era dirigido por los movimientos más avanzados, en esos casos: 14 de Junio y el MPD, pero había una acción espontánea de la gente, de participar, y entonces, en una intersección, a dos calles que daban hacia el cuartel de la Policía, ya a eso de las 10 de la noche, se hizo una gran fogata, se quemaron unas gomas grandes con la finalidad de llamar la atención, tratando de que la Policía saliera de su cuartel, del acuartelamiento, y la Policía no salió, entonces ahí decidimos, en esa reunión, ahí abierto, en la calle, lo primero: que había un clamor, la mayoría, bueno, estamos sin armas, la mayoría ya se decía bueno, es un Golpe de Estado, que van a dar las armas, y ahí se decidió que una delegación viniera aquí, a la capital, a buscar armas para entonces comenzar la lucha por allá, esa delegación estaba compuesta por un joven que se llamaba José López Morillo, familia del General .
JD. ¿El General de la Policía?
IR. Sí, ese muchacho, Víctor López Morillo, con otro señor que tenía un carro, que se llamaba Víctor, no recuerdo el apellido, por mí, bueno, por nosotros tres, nosotros llegamos aquí en la mañana.
JD. ¿De qué día?
IR. Del 25, cuando llegamos aquí, lo primero es la dificultad para cruzar, porque el Puente estaba tomado, nosotros bajamos, nos dijeron que podíamos pasar por el Puente, en yola, una pequeña yola que nos llevó a donde está la CDE, donde están las plantas, bueno, cruzamos por ahí, ahí recuerdo que estaba, bueno, yo traía una pequeña pistola, y estaban los Rana ahí: ¡No, cuando usted vuelva se la lleva! En medio de ese barullo, cuando llegamos al 14 de Junio, a donde estaban los compañeros del 14 de Junio, que era en la calle Gabriel García, ahí estaban concentrados los compañeros, entonces, bueno, los compañeros dicen: no, es que no hay armas, aquí no hay armas, y ya se estaban concentrando en algunas partes, y fuimos, nos mandaron a donde Juan B. (Mejía), que estaba frente al Mercado Modelo, en la calle del Monte y Tejada, la que baja, bueno, ahí nosotros hicimos una discusión en el sentido de la necesidad, no de hacer cosas, actividades a favor de la lucha, entendiendo que nosotros, o sea, no debían concentrarse solamente en la capital, bueno, nosotros y los compañeros buscando, buscando, bueno, ahí nos fuimos temprano al otro día.
JD. ¿Pero eso se discutió con la dirigencia del 14?
IR. Con una parte de ellos. Fundamentalmente con los que tenían que ver con la región, bueno, entonces, qué nos dieron para llevar, primero nos plantearon que el compañero Mazara, Orlando Mazara fuera con nosotros, que un muchacho de San Pedro de Macorís, que se llama Patón, no recuerdo el nombre, que fuera con nosotros, y que pudiésemos desarrollar la lucha en toda la Región del este, y Mazara llevaba un revólver, y lo que nos dieron fue una gran funda así, de volantes, llamando a la gente a levantarse, nosotros volvimos por la misma ruta y cuando íbamos saliendo, nos fuimos por el Ensanche Isabelita, cuando fuimos saliendo por el hotel, o sea, por ahí, cuando fuimos saliendo por los Tres Ojos, ahí había una patrulla, ahí había un gran despliegue militar y entonces ahí nos registran, nos preguntan para dónde vamos, hay una mujer que estaba pidiendo una bola con una niña y nosotros consideramos que podía ayudar, la montamos y luego, bueno ¿Para dónde va usted? No, nosotros nos vamos, nosotros vamos para el interior, nosotros vamos para la Romana, y registra, el revólver iba debajo de una alfombra ¿Qué es eso? Una funda así, grande, no eso es una rifa, una vaina, el tipo ni vio lo que era, y seguimos, pero, como a 50 metros, eso es ahí frente a los Tres Ojos, en la Javilla, que estaba más para alante había un oficial con un grupo y vuelven y nos mandan a parar, nosotros dijimos: pero acaban de registrarnos. ¡No, no importa! ¡Apéense todos! Y ahí nos registran, y vuelven y hacen la misma pregunta: ¿Qué es eso? A la funda de volantes, nosotros decimos, bueno, lo mismo, le damos la misma…, y el tipo, el guardia se lo cree también, y ya va a dejarnos partir, y le dice el oficial: Raso ¿Usted vio lo que era eso? Dice él, no esos son unos… ¿Usted lo vio? No. Véalo, y cuando el tipo hace así, que coge el volante y dice que es llamando a la Guerra, mira, preso, todos presos, sacan a la mujer y a la muchachita y nos llevaba un tipo sargento, con un par de esos vagos alante, en el asiento de alante, nos apiñaron atrás a cinco personas, bueno, nos llevaron a la Base de San Isidro, ahí había un caos, creo que eso nos favoreció, había un caos.
Testimonio de Rodríguez, Rafael Augusto (Pupín)
Y Rodríguez, Víctor Manuel. Alias Don Negro
Lugar de entrevista Barahona
Fecha de la entrevista 02-10-2006
Investigador: Pedro de León C.
Proyecto: Voces de la Revolución de Abril
- Se involucra en lucha Revolucionaria para proteger a su hermano (Víctor Manuel Rodríguez, Don Negro)
Pedro de León (PDL.) Y su experiencia patriótica de lucha, cuándo usted cree que inicia, cuando empieza a echar raíces.
Rafael Augusto Rodríguez (Pupín.) Bueno, no es que yo luchara, ni que participara directamente, nada de eso, pero este señor (Víctor Manuel Rodríguez. Alias Don Negro), negro lleva uno a querer mezclarse en esos acontecimientos, porque él estaba metido en eso, y todo el mundo no lo iba a dejar solo, nuestro padre, siempre me decía, o me dijo en esa ocasión: Encárgate de Negro, que yo no puedo con él, encárgate tú de él, porque Negro se está metiendo en esas cosas políticas, y ya yo no puedo, ya no puedo con él.
PDL. ¿Don Negro es muy inquieto?
Pupín. Don Negro es muy inquieto, inquieto políticamente, siempre estaba en esas sangres y esas cosas, y cuando él ingresó a la Revolución se fue escondido de todos nosotros.
PDL. ¿No se lo dijo a ustedes?
Pupín. No, nunca. Papá me dijo, mira, chequea bien ese muchacho, ándale de cerca, que es capaz de coger para allá, para la Zona Constitucionalista, y yo le andaba de cerca para que no se fuera, pero que va, en una ocasión que yo estoy en la oficina, él estaba aquí en el Batey, el hombre no sé como hizo, él hizo una carta, me dejó una carta a mí, me dejó una carta a mí, y parece que donde la dejó le dijo que no la entreguen hasta que sepan que yo estoy allá, y como a las seis, yo buscando en esa casa, donde él visitaba mucho, de un señor que era el jefe de factoría de un Ingeniero de apellido Adolfo, Andrés Adolfo,
PDL. ¿Ahí fue donde dejó la carta?
Pupín. Ahí fue donde dejó la carta. Cuando como en eso de las dos voy allá y le digo ¿Ustedes no saben? No, no, no, él no está aquí. Y yo voy y busco, y salgo y voy afuera, y voy a todas partes, no sé de Negro, como a las siete de la noche, me llega la carta allá, a la casa, me dice que hasta que no supieran que él estaba allá en la zona, que no la entregaran, dice: hay una carta que él te hizo, porque él iba a luchar por la patria, por nosotros.
- Don Negro menciona su participación en la lucha Revolucionaria.
Don Negro. Hubo un allanamiento en una llamada casa de torpedo, donde nos reuníamos la gente del 14 de junio, incluso teníamos fotografías para hacer el carné y fueron adquiridas esas fotografías por los guardias, hubo uno que le dieron una golpeada, que se fue en diarrea, le dio una diarrea.
- Don Negro se integra a la Guerra de Abril (1965)
PDL. Entonces nos decía, señor Rafael, su protección a Don Negro, que eso fue lo que lo hizo involucrarse.
Pupín. Sí, exacto, después yo le dije a mi mamá, que estaban desesperados, porque Negro no aparece. ¿Qué es eso?, digo, mira, esa carta la dejó Negro, él está en la Zona Constitucionalista, se fue para la revolución, ay, ya tú sabes, la vieja, bueno, no hay nada que hacer, sino pedirle a Dios que no le pase nada, vamos a pedirle a Dios que no le pase nada, ya no se puede hacer más nada. Y luego después en una ocasión, fuimos, Rafa no andaba, cuando fuimos allá no, yo fui a la zona en ese carrito que yo te estoy hablando, nos fuimos yo, otro compañero de trabajo, que se llama Benino Campi, el papá de la esposa mía, a donde Henry Potter.
No hay comentarios:
Publicar un comentario