viernes, 17 de diciembre de 2010
Testimonio de Félix Silvestre
Testimonio de Félix Silvestre
Lugar de entrevista Higüey
Fecha de la entrevista 18/05/2007
Investigador: Pedro de León C.
Llegada de los Yanquis/ Su padre / Anécdota/ Conflicto/ Armas/ Lugares recorridos por su padre (Higüey 1916)
F S. Cuando vinieron los Yanquis aquí que hacen 90 y pico de años no había cosas de correr, caballo y burro y ruedita de javilla que hacíamos cosas para correr, para entretenernos.
Cuando vinieron los yanquis, aquí había 800 yanquis en el cruce de Pavón, entonces, nosotros estábamos en Guañábano, llega un alcalde, yo estaba cerca, mi papá era un hombre pigmeo, de ese tamaño pero con los “molleros”, que el hombre que agarraba lo hacía cagar sin voluntar, un hombrecito así. Bueno, entonces llega el alcalde; ¡déme ese revolver!, ¡mire, con usted es que estoy hablando!, mi papá no le ponía asunto, dice; mire, usted tiene que ir a buscar la guardia y la policía porque una porquería como es usted hablarme de que le de ese revolver, no, porque yo soy el alcalde, dicen; a mí no me importa, pero papá donde ponía la vista ponía la bala, era un Guardia Rana, pero entonces le dio pique, le quitó el revolver y buscó un martillo y se lo machacó, llegó pla, pla, pla, y el alcalde se fue y vino aquí a Higüey y llevó un jeep de guardias y de una vez llegaron a las cinco de la tarde; ¿A dónde está su marido?, no está aquí, ¿A dónde está ese levente?, dice; no sé, espera, espera, espera, llegaron las seis, se fueron, entonces desde que se fueron llegó papá, papá llegó con un arma larga por delante, un puñal aquí, un revólver aquí y su caballo, dice; ¡desgarítese que ahora mismo se fue un jeep de guardia, que vinieron a matarlo con el alcalde, dice mi papá; eso es paja pa´ la garza, el comió, bebió, fumó, se montó en su caballo y salió, y se fue para donde le dicen El Coco, Güamira, Hierba buena, Los Guayos donde Trujillo tenía una finca, por ahí, y de allá vino con siete mil hombres armados y vino e invadió esto aquí.
Víctor de Jesús. ¿Quién fue ese?
F S. Mi papá, Basilio Silvestre.
Víctor de Jesús. Pues era un caudillo.
Refiere a Oscar Valdez / Nunú Pión; intérprete de los Yanquis
F S. ¡Oh!, cuando llegó a las tres cruces, Oscar Valdez, Oscar Valdez era amigo mío, amigo de mi papá que fue a verlo cuando él estaba preso, y aquí se le presentaron los Eduardo, Los Botello, Oscar Valdez, todos los ricos, cuando se apareció a las tres y quince que si había un cuartel, entonces cuando él llegó ahí se aparecieron todos esos ricos; ¿En qué podemos servirle General?, ¿A dónde está el General?, mírelo ahí sentado, ¿En qué podemos servirle, qué necesita?, ¿Cuarto, comida, ropa?, dice; yo no ando buscando eso, no, y entonces fueron escondidos los ricos, mandaron allá en caballo y en burro, que vinieran, que aquí estaban los del Monte con esto invadido, bueno, entonces salieron los 800 yanquis de allá, pero figúrese, del cruce de Pavón a pie aquí no es paja de coco, entonces mi papá estuvo ahí, comieron, compraron comida, cositas, y compró un mechón, le dijo a uno; hazme una cartita ahí, ¿Qué le pongo?, en Gato nos juntamos, y compró un mechón lo puso ahí y la cartita ahí, Nunú Pión era intérprete de los yanquis.
Persecución Yanquis/ Su padre/ Enfrentamientos.
F S. Cuando llegan los yanquis aquí no hallaron a nadie, entonces mi papá bajó del lado del cementerio y llegó a Gato a la una de la tarde, la gente huyendo, huyendo, va una doña huyendo con una muchachita así y otra señorita; ¿Doña, por qué usted está huyendo?, ah porque nosotros oímos decir que un Basilito armado dizque malamente, yo estoy peleando por mi patria, con ustedes no va nada, ustedes son mis gentes, entonces todo el mundo cogido, no me dejen salir ni un alma ni chiquito, ni mujeres, ni nada, todo el mundo para la vera del Río con pico y pala, el río de Chavón, mandó a hacer una zanja aquí y la puso con siete mil carabinas al pueblecito de Gato, porque Gato está de este lado y ellos se pasaron allá en la Javilla. Cuando tuvo ese trabajo hecho ¿Qué más General?, ¿Cuántos ricos hay aquí?, tres ricos, ¡vayan veinte hombres donde cada uno de esos ricos y tráiganmelo agarrado por ahí!, dice el General que se allegue allá, cuando llegaron ¿En qué podemos servirle General?, usted tráigame tres vacas, y mándemela a matar y picotéemela ahí, carne con carne y usted tráigame esto de una vez ahí, cuando toda esa comida para comer por decir que es gratis, que el que quiere come porque esos hombres miles estaban ahí, y ahí tenían que ensuciarse, ahí tenían que comer, ahí tenían que hacer todo porque están esperando el enemigo, bueno; Entonces cuando estuvo la comida ahí había muchas mujeres con todos esos hombres con plato de comida y agua, atiéndanme a esas gentes, que no se pueden quitar de ahí, que viene el enemigo que lo estamos esperando, bueno.
Y la gente tullido, viejo, las mujeres, cinco kilómetros le tocó debajo de una loma por allá, y quedó el pueblecito de Gato con los perros contentos, hartos, comiendo carne, y toda esa carne la echaron en un tanque, la que sobró para comer al otro día, el que quedara vivo.
Y puso un centinela como de aquí al río, y como a las seis de la mañana ¡ahí vienen, ahí vienen!, estaban esas gentes…, mire, porque cuando usted está metido en pleito hacen ni las avispas, que tiembla, ¡ahí vienen!, cuando llegaron a Gato nada más los perros jau, jau, jau, bajan para el río a boca de jarro, se puso el día el río colorado, bueno, cuando pasó el pleito por aquí pasaron huyendo los que quedaron, cuando pasó el pleito unos tamboriles pa, pa, pa, y fuerza con todas sus gentes, y quietos y a cocinar, doña, usted ve lo que yo le decía, que Basilito pelea por su patria, bueno, entonces a cocinar y quieta que ya los americanos una parte se los llevó el río y otros estaban en el Carcajal, entonces mandó los Estados Unidos una Fragata con diez mil soldados más, volvieron y los deportaron, volvió y mandó quince mil más, y así los que no mataron los cogieron preso, mi papá las balas no le hacían na´, a mi papá no.
Víctor de Jesús. ¿Por qué usted dice que a su padre las balas no le hacían nada?
F S. Bueno, porque él tenía varias cosas que es que ustedes no saben nada, primero el hombre sabía algo supuesto del que más sabe.
Víctor de Jesús. ¿Tenía un resguardo?
F S. Porque mire, esas eran muchas balas que le tiraban y le hacían magullones y él murió en su cama, parece que era verdad que él tenía algo.
Víctor de Jesús. Funcionaba. ¿Bebió algo?
F S. yo no sé, pero es como yo le digo a ustedes, bueno, porque mire, yo le digo a usted una cosita y algunas veces pasan por ahí, y
-¿Cómo se llama usted?
-Víctor
-Víctor, y después que usted se aprende eso algunas veces pasa por ahí y después que pasa dizque; oh Víctor pero yo no te vi, y yo ya iba lejos, y esas son cosas del que más sabe, porque ustedes no saben nada de eso.
P D L. ¿Y cómo se hace eso?
F S. No, esos son santiguo y cosas, mire otra cómo dice esto; Oración y resguardo en contra de mis enemigos, pido permiso a Dios, en su nombre vivo que así mismo libre a mis enemigos de todo el mal que mal que estén haciendo a mí, a mi casa y a todos mis alrededores, si hubiere alguno que pensare mal de mí que en él se ensuelva, usted se aprende eso y usted está aquí sentado y dice; yo voy a ir allí a la Piedra y allí hay cinco hombres esperándolo y usted dice que lo mire, allí viene fulano pero viene con siete, y mire, y se esconde y no lo saben, pero quizás ustedes no creen en eso, ustedes creen lo que el maestro le enseñó, que una A, esto es esto, esto es una mesa, pero ya, el maestro no le va a decir estas cosas, verdad que no.
P D L. ¿Señor, y usted estaba muy pequeño cuando su padre era comandante, cuando su padre era de las personas del Monte, usted recuerda haberlo visto?
F S. Si, chiquito.
P D L. ¿Él montado a caballo con personas que lo seguían a él?
F S. Claro, pequeño, pequeño, yo estaba pequeñito.
P D L. ¿En la familia sabían que él era el General Vicente?
F S. Sí señor.
P D L. ¿Que era de las personas de los del Monte?
F S. Si señor, si, claro que si, yo estaba pequeñito y donde Monte se llevaban las mujeres pa´l Monte y un día mi mamá se la llevaron para el Monte y nos dejó a la más grandecita y esa nos hervía vívere y nosotros andando atrás de ellas hasta que eso se terminó.
P D L. ¿Su padre también colaboró con las personas del Monte?
F S. Oh, claro, porque él era del Monte, nosotros éramos dominicanos en contra de América, si señor, en contra porque es que ¿Usted sabe cómo vino eso?, la carne aquí valía una libra tres centavos, y los ricos la pusieron a diez y se armó esa Revolución ahí, ahí se armó esa Revolución por eso, bueno.
Horacio Vázquez/ Yanquis/ Gavilleros
P D L. ¿Usted recuerda cuando estaba el presidente Horacio Vázquez?
F S. Ah, concho, Horacio Vázquez, yo estaba en Hato Mayor y a cada rato venía, a Trujillo lo conocí yo siendo un guardia, Trujillo le dijo a la policía si caigo en la presidencia se acaba la ñoñería.
P D L. ¿Usted simpatizaba por Horacio Vázquez o por Juan Isidro Jiménez?
F S. No, porque yo estaba muchacho y no había…, lo que me gustaba era que hallaba qué comer, comer cuando estaban los yanquis aquí, que tanto estaba con los yanquis como con los del Monte.
P D L. ¿A lo calladito ahí?
F S. Si, yo estaba un muchacho y yo llegaba donde había 500 yanquis, me hacían seña porque le traían la comida, disparate, y estaban los del Monte, y así pasé mi tempestad.
P D L. ¿Y cómo era el trato de los yanquis, cómo ellos se comportaban?
F S. Bien, con él que es gente, gente, malo era con los otros, Los Gavilleros, pero después con las mujeres y los muchachos no, usted comía y bebía con ellos, sí señor.
P D L. ¿Y no recuerda usted casos, por ejemplo, de abusos?
F S. No, no, de ninguna, no, de ninguna, dizque luchando mujeres y abusando con las mujeres, nada, nada de eso, en contra ese a los del Monte.
P D L. ¿Y qué otro personaje usted recuerda que junto a su padre también luchaban contra los yanquis?
F S. Bueno, él tenía uno que le decían Quinto, Quinto Silvestre, José María Silvestre.
P D L. ¿Familia suya?
F S. Si, claro.
P D L. ¿Quinto Silvestre?
F S. Quinto Silvestre.
P D L. ¿El nombre de él completo?
F S. Quinto.
P D L. ¿Qué era de Basilio Silvestre?
F S. Bueno, primo hermano, igual que José María Silvestre.
P D L. ¿Entonces diríamos que la familia Silvestre lucharon todos en su gran mayoría contra los yanquis?
F S. Si
P D L. ¿Estaban unidos?
F S. Claro, si señor.
P D L. ¿Y de la familia Natera, usted recuerda también?
F S. Ah si, yo conocí algunos Natera, esas gentes son de pa´ bajo.
P D L. ¿Llegó a ver usted algunos otros compañeros a parte de los Natera?
F S. Ya yo no recuerdo, yo conocí algunos de los que subieron cuando la Guerra, ya yo no recuerdo de ellos, Ramón Natera, ese era un barraco.
P D L. ¿Era valiente?
F S. Si señor, andaba con un tal cabo, un arma larga, un puñal aquí y un revólver aquí.
P D L. ¿Y andaba con usted personalmente?
F S. Si señor, que para donde quiera que hiciera así tenía un arma en la mano, y así andaban esos Generales en su caballo.
P D L. Se le reconocía como General, el pueblo los llamaba General.
F S. General, sí señor.
P D L. ¿Y los hermanos Batías?
F S. Yo no recuerdo de esos, oí mentándolos en ese tiempo.
P D L. ¿Y cómo era el apoyo de la población a los del Monte, e huían, le tenían miedo o al contrario, la gente del pueblo apoyaba lo del Monte, que usted recuerde?
F S. Los del Monte estaban peleando por su nación, porque mire, ahora yo le voy a decir a ustedes una cosa, aquí cuando Trujillo; ¡Quién es dominicano libre!, ya nosotros no somos libres, ya los yanquis cogieron esto aquí, aquí hay tres cosas que nos tienen fastidiados, mire que yo no sé nada, yo nunca he ido a la escuela, pero aquí hay tres cosas que nos tienen fastidiados, y ustedes van a decir ¡y este carajo!, esto que yo le voy a decir, cuáles cosas son, cuáles cosas creen ustedes que nos tienen fastidiados aquí.
Víctor de Jesús. La deuda externa con los yanquis, con los americanos.
F S. Usted está hablando de eso. ¿Y qué más, no saben más nada?
Víctor de Jesús. Eso es lo que yo entiendo.
F S. Pues venga acá, mire, aquí hay tres cosas que nos tienen fastidiados, que es una plaga, dígalo quien lo diga, aunque a usted le digan que no, aquí quien nos tiene fastidiado aquí son los yanquis, los haitianos y los políticos, lo dice este que está aquí, sabe por qué, porque mire, no hay de primero los guardias decirte ¡Firme!, ¡dominicano libre!, decía usted, ya usted no puede bañarse, ya usted no puede, no, ya esto está cogido de los yanquis, los otros días pasó un haitianito y por que yo le regalé un trapo de pantalón me regaló un dólar, pero dónde maneja usted un dólar que vale 33 pesos, usted no lo maneja, en Puerto Rico lo maneja, en todos esos paisitos que tienen ellos cogidos lo manejan, pero aquí tenían esto cogido, invadido y a usted le da brega para conseguir un papel de esos, haga lo que pueda que ya nosotros no somos niños, y se ven las mujeres encueras allí y póngase a estar… que va preso, póngase a estar mirando y a joder que va preso, usted no puede obligar a esa mujer.
Víctor de Jesús. ¿La gringa?
F S. No, vaya allí, vaya allí para que vea.
P D L. ¿A dónde?
F S. Allí a esa playa allí, ellas se ponen a bañarse encueras ahí, pero usted no puede ir a estar ¡ahhhh!, de una vez va preso.
Guerra del 65
Víctor de Jesús. ¿Abuelo y qué usted recuerda de la Guerra del 65?
F S. ¿De Caamaño Deñó?
Víctor de Jesús. Si.
F S. Caamaño Deñó era la fuerza más resistente, a Caamaño Deñó lo mandaron con unos pocos guardias, subieron en una loma y de allá lo fueron bajando como una paloma, acabaron con ello, porque si usted sabe que usted no ha hecho una liga con ellos que aquel tiene más fuerza no la eche, dice, ah guardia, usted tanto tiempo vino, porque si yo llego a donde están haciendo un caldo ahí y no voy a comer me voy, venían dos muchacho de la escuela, se armó un titingó, dice uno; yo me voy, dice, no yo voy a esperar a ver en qué para esto, cuando llega allá; ¿Y fulano?, el quedó esperando en La Gina, cuando él llegó… que lo había matado, si están haciendo un caldo ahí y no le toca a usted váyase para que cuente.
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Voltaire
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