Testimonio de Báez Pérez, Rafael (Cocuyo)
Lugar de entrevista AGN
Fecha de la entrevista 24-04-2007
Investigador: Pastor de la Rosa
Proyecto: Voces de la Revolución de Abril
El 1J4 y el inicio de la guerra. Involucrados: Roberto Duvergé y Oscar Santana. Sanción de 1J4 (21-04-1965).
Pastor De la Rosa (PDR.) ¿Dónde estaba usted cuando comienza ese proceso (La Revolución)? ¿Cuál era la labor que se ejecutaba ahí ese día; 24, 26, comenzando el proceso?
Rafael Báez Pérez (Cocuyo.) Si, ya, ya nosotros teníamos informaciones, yo era miembro de la Dirección Central del 14 de Junio, y ya teníamos las informaciones de que se estaba gestando un Golpe Militar, pero estaba dividido el 14 de Junio en cuanto a esa acción, habíamos algunos involucrados, como era el caso de Roberto Duvergé, Oscar Santana, en el vínculo con su padre y el PRD, y otros compañeros que habían estado ligados a este proceso conspirativo, al margen de la Dirección del 14 de Junio, por eso, pocos días antes del… creo que el 21 de Abril, en una reunión del Comité Central se denuncia que se está gestando un golpe y que hay compañeros involucrados, y se pide que se sancione a esos compañeros que están involucrados al margen de las directrices del Comité Central.
PDR. ¿Quiénes participan en esa reunión?
Cocuyo. Participábamos todos los miembros de la dirección.
Testimonio de Canó, Darío
Lugar de entrevista AGN
Fecha de la entrevista 2005
Investigador: Ángel Encarnación
Proyecto: Voces de la Revolución de Abril
Acciones clandestinas de PSP después de la muerte de Trujillo.
Darío Canó (DC). Después de la muerte de Trujillo yo recibo un mensaje, donde se me dice… un mensaje de uno que había venido aquí, él era de San Francisco de Macorís, apellido Martínez, y entonces nos reuníamos en el edificio que está en La Mercedes esquina Julio Berna, ahí donde estaba la Ferretería de Paquito Martínez, esa cosa, ahí en la Bolívar, donde termina La Mercedes, ahí nos reuníamos, entonces ahí yo recibo un informe de que van a llegar clandestinamente gente del partido y que yo me ocupara de buscarle alojamiento y esas cosas, yo hablo con Carlos Lizardo, hablo con Federico Medrano, bueno el asunto es que nadie quiere, entonces yo, viviendo en la San Martín esquina Marco Adom, en los altos, en los bajos había una farmacia, vengo y recibo a la primera persona.
Ángel Encarnación (AE). ¿Cómo se llama?
DC. Su nombre verdadero José Espaillat Rodríguez, en ese tiempo se llamaba Jaime, Jaime Durán.
AE. Así mismo, con todo y pasaporte.
DC. Él entró allá,… y estuvo viviendo un año ahí en mi casa. Independientemente de eso fueron llegando Julio Arvelo, se quedó ahí en casa unos días y después consiguió un sitio por ahí. Llegó también a mi casa Justino del Orbe y también, porque en mi casa eran 3 aposentos, pero eran muy grande, tenía una sala grandísima, entonces yo tenía una oficinita con cosas, además ya yo trabajaba en la Maderera San Carlos, que era pegado ahí, que un español, hijo de la gran puta, que yo en la Revolución casi… no se le pegó fuego a esa cosa, porque al lado vivía yo, si no se le hubiera pegado fuego, ese individuo, José María Hernández López Gil, que fue muchos años presidente del Patronato del Teatro Nacional y también de la Junta Monetaria, asesor de La Manicera, asesor de los Pies, y yo recuerdo cuando yo salí de la Shell. Salí de la Shell porque tuve una discusión con Luis José Álvarez, santiaguero, yo mi temperamento es medio volado, pero soy muy calmado aunque nadie no lo cree. Yo le dije a López Gil, porque entonces yo salí de la Shell, pero amigablemente, me dieron mi liquidación, hasta me hicieron una fiesta y todas esas cosas, porque yo no planteé las cosas como una cuestión de disgusto, sino que Then Castillo, que era el contador, quien fue en un tiempo de la escolta de Trujillo, casado con una muchacha, su primer matrimonio, que la mujer como que le pegaba los cuernos, y se casó otra vez con una mujer de Puerto Plata, que murió de cáncer, esas cosas, allá en la Shell, compañía holandesa, yo entré allá, porque yo soy economista primero y contador después, lo que pasa es que en ese tiempo la economía no salía para nada. Entonces, el individuo que estaba como jefe de la contabilidad allá era un inglés judío, pero él me cogió mucha confianza. Yo a él le debo mucho de lo que yo sé de economía y de toda esa vaina. Independientemente de eso allá pasaron una serie de elementos ingleses y holandeses, que eran izquierdistas, porque yo trabajé un período de 5 años, me retiré a la Maderera y a los 10 años volví a la Shell. Yo vi un anuncio en el periódico y me llamaron en el 65, porque lo que teníamos planeado era para el 27 de febrero matar a Donald Read, como siempre se hacía una ofrenda ahí en el Altar de la Patria, yo comencé a trabajar en la Shell el primero de abril, pero yo siempre tenía relaciones con todas esas gentes, porque hay una cosa que aquí sucede, que empleados se enemistan con los patrones y esas cosas, yo no, yo siempre conservo mis relaciones, siempre que no me ofendan, siempre que no comentan una arbitrariedad conmigo, pero yo como trabajaba con animales, y esas cosas. La cosa estaba planeada para arriba de la Shell, nos iban a abrir, un muchacho de apellido Madera, que era del MPD, que estuvo en la Revolución, iba a abrir para nosotros subir con unos militares, entonces de allá arriba bombardearle, el asunto fue que no se dio, pero en una reunión “A”, en el 49, el Partido PSP me suspende, porque yo me opuse. En primer término me opuse a ciertas cosas, en primer término yo le dije a ellos, a Juan, que estaba fungiendo como secretario, que vivió también un año en casa, yo le dije: “Pero ven acá, ustedes han venido todos formando el Comité Central y ustedes no han tomado en consideración algunos de los elementos que se quedaron aquí”, “no pero que tú sabes”, eran tres gatos lo que había, y eso pasó, como él era de temperamento muy jodón y eso ocasionó de que hubiéramos como ciertas cosas y ciertos asuntos no. Entonces yo en ese tiempo, entonces yo era encargado del Distrito, de la Juventud del Distrito, ahora también este muchacho, Edmundo García también, era de los que más o menos miraba el periódico y esas cosas, y recuerdo que un apellido Aybar, de aquí de la universidad, creo que era rector, tenía una casa por Arroyo Hondo y allá era que nosotros tirábamos el periódico, después del 61.
AE. Ahora, el Comité Central que ellos prácticamente se autoerigieran fue en el 61 después que volvieron clandestinamente o fue después en el 49.
DC. No, no, no, fue en el 61, en el 49 allá lo que había era el Movimiento de Liberación Dominicana. Entonces una parte estaba en Nueva York, que era José Espaillat, había otros, qué sé yo cuántos, tuve un año suspendido en el 59, porque había un problema ya, que surgía con la gente del 14 de Junio, como yo era el que siempre daba la cara, o sea, prácticamente yo lo que le llevaba los libros eran a tres compañías, pero confiando en el español, que estuvo preso por Trujillo, un año sin pasarle causa y yo le llevaba la contabilidad y todos los sábados le entregaba mil pesos y comida, jamón, esto, buena comida, y toda esa pendejada al encargado de la Maderera que quedaba en la Caracas, frente a la Ferretería Villa y ese señor, un empleado que fue de él, entonces yo le llevaba todas esas cosas. Entonces cuando él salió de la cárcel viene y me pregunta: “¿Cuánto tú ganas en la Shell?” Digo: “Yo lo que gano son 400 pesos”, que era el tercer mejor salario que había en ese tiempo, porque allá ellos tenían por norma un salario y una bonificación, y entonces a mí me daban 300 pesos, digo, yo fui escalando, yo comencé con 120 pesos y fui escalando, cuando ganaba 120 pesos mi sueldo eran 100 pesos y me daban 20 pesos de bonificación, que era mucho. Vivía yo en la Félix María Ruiz con mi mamá, mi abuela y una hermana, comíamos bien y todas esas pendejadas. Al lado de nosotros vivían, bueno, unos enemigos de Trujillo, los Álvarez, que eran familia de Bobó Álvarez, que Bobó le dijo, Don Álvarez era uno de los esbirros de Trujillo, de los calientes que trabajaba clandestino, que le dijo una vez a ellos: “si ustedes siguen fuñendo, qué sé yo cuánto, no es preso que yo los voy a llevar, yo los voy a matar”, y como en ese tiempo eran casas de madera, piezas de tres puertas corridas, todo se oía, entonces lo mismo, cuando mataron a Trujillo yo fui uno de los primeros que me enteré. ¿Por qué? Yo vivía en la Juan Pablo Pina y al lado de mi casa vivía Mayeta, y allá siempre iba De la Rosa, los que mataron a las hermanas Mirabal. Y ese día yo me recuerdo, jueves, porque yo siempre iba a la lucha libre, yo siempre iba a la lucha libre, entonces Ulises Fría yo le llevaba la cuestión de la contabilidad y esa pendejada y esas cosas, y quedaba cerca de mi casa, eso era cerca de La Voz Dominicana, y cuando llegó el cepillito ellos [se] atolondraron que nunca había tocado a mi casa, tocan mi casa y yo abro y entonces De la Rosa dice: “¿Y Manyeta?”. Digo: “no, no, no, Manyeta vive al lado”, entonces ahí es que yo oigo que allá atrás, porque teníamos una pared bajita, eran dos casas que no se comunicaban, pero tenía una pared bajita y ellos cogieron para allá atrás y yo, mi habitación de dormir era la última, allá atrás y oigo que le dicen: “mataron al jefe, rápido, rápido alístese”, y ahí es que yo me entero y vengo y le digo a mi hermana: “tranquilo, que han matado al jefe”. Al otro día yo voy como si nada ha pasado, voy a trabajar a la Maderera, mi oficina estaba en la San Martín esquina Leopoldo Navarro, que ahora donde estaba la Maderera eso lo partieron ahí y cosa para seguir con la Barahona, entonces yo voy, me siento, veo la cuestión eso de guardia, la bandera a media asta, no dejaban pasar a nadie, entonces llega el españolito, me dice: “oh, yo pensé que no lo iba a ver aquí”. Digo: “¿Y por qué? Entonces él viene y me dice: “¿Y qué pasa que veo tantos guardias y la bandera a media asta?”. Digo: “Ah no, será algún militar que se ha muerto, un General, o algo de eso”, pero no le digo ya, pero ya yo sé el asunto, además ya yo no confiaba en el españolito ese.
Bueno, ok, quedamos en que yo estaba suspendido por el Partido, sale la conspiración para matar a Trujillo, yo recibo un informe de México, todas las cosas eran a través de México, de que había un grupo dirigido por la CIA, de elementos allegados a Trujillo, que lo iban a matar, que nosotros no hiciéramos nada para preservar la vida, porque después se iba a desencadenar una acción y esas cosas, y efectivamente así fue. Entonces cuando Cocuyo quiso formar la cuestión esa de que no, qué sé yo cuánto, yo le dije: “Cocuyo, por favor, yo no necesito que me digas nombre, yo lo que quiero que me digas es qué cantidad de gente tú cuentas, además de eso, no es allí en la capital, tiene que ser en el campo”, porque ya había la experiencia de Fidel Castro. ¿Comprendes? Entonces en Febrero del 65 yo tuve una reunión en la casa de la esposa de Andridson, aquel que era operador de la Voz Dominicana, Carlos Andridson, que su mujer había estado casada con Milito Fernández y tenía una hija, que ella vivía ahí al doblar de mi casa, yo vivía en la San Martín esquina Marco Adom, ella vivía en la calle San Francisco, que ahí al doblar vivía también Elenita Sánchez, que también vivía Rosario, que fue secretario creo que de Interior y Policía o algo de eso, cuando la cuestión del Triunvirato y esas cosas. En lo bajo vivía un brujo ahí, que venía siempre de Nueva York y esas cosas.
Bueno, hicimos una reunión donde estaba Peña Gómez, donde estaba Fernández Ramírez y había otro militar Juan Doucudray, que yo con la cuestión de que estaba fuera del Partido yo le digo: “Mira, tengo esta cuestión, esto, esto, hay un movimiento militar fuerte, nos reunimos ahí”, el asunto es que no se quedó en nada, eso fue en febrero del año 1965, febrero de 1965, porque acuérdate que yo he dicho que el 27 de Febrero estábamos combinados para la cuestión de matar a Donald Read, ahí no llegamos a nada, entonces me vi en el problema que a la semana, en el periódico Popular salió un artículo, porque era Juan Doucudray que lo hacía. Cuando estaba en mi casa mi mamá estaba ya demasiado nerviosa, yo le dije: “Yo lo lamento”, entonces él consiguió una casa por ahí. Entonces en el popular, en esa semana, salió de que aquellos que están creyendo en los militares, qué sé yo cuánto. Entonces viene Peña Gómez y viene y me dice: “¡Coño pero ven acá!, ¿y para qué nos reunimos nosotros?”, porque nosotros nos reunimos con los militares, porque yo tenía mucha relación con Lora Fernández, entonces. Bueno, llega el 65.
AE. ¿Pero qué pasó con el complot a Donald Read?
DC. No, parece que se detectó la cuestión, yo no se.
AE. ¿Pero quiénes lo organizaban? ¿Cuál era la estrategia?
DC. Bueno, la estrategia era subir arriba del edificio de la Shell, que abajo estaba la Clínica del Doctor Luis Franco, en la esquina había una Ferretería, en la segunda planta, todo, todo, todo, o sea, desde la Mercedes hasta el Conde era todo de la Shell. Entonces era un grupo que no nos conocíamos, yo nada más conocía a uno solo, que era Madera, que trabajaba en la Shell, porque yo en febrero no trabajaba en la Shell, pero Madera, muy amigo mío, que era del MPD, porque el asunto es hacer relaciones, que eso es lo que ha pasado aquí con la izquierda, entonces en vez de unirse todos lo que era tirándose unos con otros.
AE. ¿El plan era que varias personas subieran con un revolver y le tiraran?
DC. No, no, había inclusive Carabina, porque había también cosas suministradas por militares.
AE. ¿Pero me refiero a que eran varias personas que iban a disparar?
DC. Sí, eran cinco personas.
AE. ¿Entonces le dieron la contraorden de que ya sabían?
DC. Sí, el mismo día por la mañana, este muchacho, Madera, que estaba ahí abajo, porque la puerta de entrada era por la Mercedes, entonces todo eso se comunicaba, lo que pasa es que todos esos techos por ahí uno se comunicaba y salía fácilmente, que a los lados vivía la Familia de Juan Bosch, Milagros Ortiz y todas esas gentes por ahí, el asunto es que eso no se dio.
AE. ¿Pero no tuvo consecuencias de que los persiguieran?
DC. No, no, nada, porque era una cosa más militar.
AE. ¿O sea, que fueron los mismos militares que reabordaron eso?
DC. Sí, exactamente. Una cosa que ellos nunca han querido ventilar con la cuestión de Donald Read. Entonces, ya entro yo a la Shell, la cuestión del 27 de febrero fracasa, entonces la cosa se queda para un después.
Contactos con Lora Fernández, aviso de inicio de la Revolución.
DC. Lora Fernández, que era muy cosa conmigo, siempre me mantenía porque sabía que yo tenía contactos con la gente de Cuba, me dice: “en estos días va a suceder la cosa, como tú no está ahora mismo en esta fila, pero yo quiero que tú te incorpores con nosotros, por lo menos que trabaje conmigo en la parte norte, como tú vives en la San Martín allá y conoces todo eso por ahí, te incorpores”, entonces recuerdo que algunas veces en la Shell se trabajaba sábado en la mañana, yo entro a trabajar allá a la Shell, Lora Fernández me dice; prepárate que la cosa va, se te avisará, entonces allá había un muchacho,… de la Compañía Shell había 5 elementos que tuvieron en la Revolución, entonces ellos, cuando vieron que se venía la cosa, muchos de ellos se acercaban a mí y me decían: “Darío qué hubo”, entonces yo recuerdo estas palabras, les digo: “cuando ustedes vean que yo venga con un bultito y que no venga con corbata, prepárense”, eso le dije yo a los que yo más o menos sabía que estaban en la jugada, había uno apellido Uribe Madera, de Azua, Bobadilla, José Antonio Bobadilla, ese era del grupo, efectivamente nos toca trabajar el sábado y habían llamado a casa y mi hermana viene y me dice; Darío, a ti te llamó una persona y dejó dicho; Dile a Darío, (donde él se encuentre) porque mi hermana nunca quería decir dónde yo trabajaba, dile a Darío que hoy va el asunto, entonces yo hice así, salí de la Shell, fui a mi casa, me puse un pantalón, un jean, yo siempre tenía una pistola.
viernes, 17 de diciembre de 2010
Gestación del Movimiento conspirador, Testimonios - parte 1
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