Por: Manuel Arias
manuelconsuelo@hotmail.comhttp://manuelariasdelacruz.blogspot.com
El autor es Sociólogo e Investigador de Historia Oral.
Los planes de Juste y austeridad puestos en marcha por el gobierno, a partir del anuncio realizado por el presidente Leonel Fernández, el pasado jueves 17 de marzo, para enfrentar la escalada alcista de los precios del petróleo, las materias primas y los alimentos, fueron inmediatamente aplaudidos por la iglesia católica, los empresarios, industriales y productores nacionales. En cambio, las medidas anunciada por el presidente fueron rechazadas y cuestionadas por sindicalistas del transporte, dirigentes políticos de oposición y activistas de la sociedad civil.
Indudablemente, las medidas anunciadas benefician gratificadamente a los empresarios y productores a través de los incentivos, beneficios y privilegios estructurales y ahora coyunturales, que el Estado dominicano les ha facilitado históricamente. De ahí se desprende la gran salutación a las medidas; solamente dejaron notar su suspicacia a la reducción del 12 % del gasto del gobierno prometido por el presidente Fernández.
Los mal llamados dueños del país, los empresarios del transporte, en principio, entendían que lo propuesto por el presidente era imposible de materializarse, pero felizmente han llegado a un acuerdo con el sector oficial. Nuevamente el gobierno le proporcionara incentivos, beneficios y privilegios directo para que puedan solventar la crisis del aumento de los combustibles. Es necesario aclarar, que la dirección de los sindicatos de FENATRANO y la CNTU, han mantenido puntos de divergencias en torno a la propuesta formulada al sector.
Ahora, más que nunca, a los empresarios, industriales, productores y comerciantes le toca poner fin a la guerra especulativa de precio de los productos y artículos que desarrollan en contra del bienestar de la familia y la población en general. La que cada día ve reducidos sus ingresos por esa razón, por un lado, y por otro, por la sobre explotación a la que es sometida.
De la misma manera, en consonancia con los beneficios y privilegios a recibir de parte del gobierno, los empresarios del transporte deberán bajar los precios de los pasajes. Acción positiva que contribuiría a flexibilizar y estirar un poquito los estrechos bolsillos de los trabajadores y trabajadoras de los sectores populares, que son los ciudadanos de a pie a quienes ellos castigan con los aumentos de los pasajes.
Como siempre, la pelota ha quedado en la cancha del movimiento social en la actual coyuntura. Al cual, le corresponderá aclarar con precisión el panorama de la crisis en general para orientar sus acciones mediata y futura con toda “autonomía”. Considero y no considero mal, que lo que está claro es que no debe seguir siendo fuerza de choque ni instrumento de ningún sector para que siga hacia arriba o más arriba.
Ajustado a la triste realidad vivida y realmente sentida por el pueblo, el gobierno y principalmente el presidente Leonel Fernández, deben convertirse en garantes del cumplimiento fiel de los planes de ajuste y austeridad propuestos a ejecutarse. De hecho, el gobierno en su conjunto está abocado a garantizarle al pueblo dominicano, que los privilegios, los beneficios y las facilidades servidas a uno y otro sector se transferirán en reales y verdaderos beneficios colectivos para la sociedad.
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