¿Cuándo se vencerá el miedo y el silencio cómplice? ¿Cuándo? ¿Cuándo? Ha llegado nueva vez la fatídica fecha del 28 de marzo, hoy cumpliendo 38 años de aquel horrendo, vil y cobarde crimen de Estado contra el insigne periodista Gregorio García Castro. Aquel 28 de marzo de 1973 se cercenó la libertad de expresión en República Dominicana. Goyito, como también era conocido mi inolvidable y valiente progenitor, fue un comunicador que se entregó desde muy joven al periodismo serio y veraz, destacándose en la prensa escrita, radial y televisada, rompiendo los récords de audiencia que en cada medio se recuerde en el tiempo que le tocó realizar tan vibrante ejercicio. Brillante, combativo, aguerrido, incisivo, agudo son algunos adjetivos que se le atribuyen en las páginas de opinión o en las referencias bibliográficas que ya sobrepasaron 100 libros dominicanos y algunos extranjeros, mencionando algún trabajo periodístico (artículo, reportaje, opinión, etc.) o simplemente una actuación en la vida pública de su ejercido de 22 años en la comunicación social. Un crimen de Estado ejecutado por tres sicarios o matones de la Policía Nacional durante uno de los mayores períodos sangrientos de la historia del país, el régimen del doctor Joaquín Balaguer, hecho ocurrido a días del desembarco guerrillero del presidente Coronel Caamaño Deñó (para derrocar a ese gobierno de oprobio) y a meses de los crímenes de La Banda, agrupación paramilitar ampliamente denunciada y desenmascarada por Goyito y Julio César Martínez, principalmente, de cuyo gobierno partió la orden de su asesinato, como admitió el propio doctor Balaguer en sus “Memorias de un Cortesano de la Era de Trujillo”, cuando afirma que una de las mayores frustraciones que me llevaré a la tumba es la de morir sin haber podido saber a ciencia cierta el nombre del funcionario, militar o civil, que impartió la orden para que tres desalmados le arrebataran inicuamente la vida”. (Pág. 292). Los tres desalmados acusados por la propia Policía Nacional: Juan María Arias Sánchez, Milton de la Cruz Lemos y José Rafael Pérez Pereyra, estos dos últimos andan como si nada por las calles por una sentencia clandestina del 20/10/1980, la cual se emitió sin constituir un tribunal, sin juicio oral público y contradictorio y sin notificar a las partes. (Arias Sánchez murió en la cárcel acusado de otros crímenes). ¿Cuándo el Procurador General de la República honrará su palabra de emitir el dictamen para que la Suprema Corte de Justicia pueda conocer el recurso de revisión. ¿Cuándo? ¿Cuándo se va a transparentar el ejercicio de la verdadera justicia sin discriminación como ha sido nuestro caso? ¿Cuándo se vencerá el miedo y el silencio cómplice? ¿Cuándo? ¿Cuándo? **EL AUTOR es hijo |
viernes, 25 de marzo de 2011
Gregorio García Castro: A 38 años de un crimen de Estado
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No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo.
Voltaire
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