Gerardo Lissardy
París
Un grupo de caricaturistas de alrededor del mundo se reúne desde este viernes en la ciudad francesa de Caen para discutir sobre los retos de retratar la actualidad con una pluma en tiempos de Internet y tensiones religiosas.
A la cita fueron convocados 35 dibujantes reconocidos de países como Colombia o Irán, China o Israel, con la idea de reivindicar el uso del humor y la ironía para reflejar hechos, romper tabúes y desafiar fundamentalismos.
"Hay que ser más astuto que los intolerantes", explica Jean Plantu, dibujante estrella del diario francés Le Monde y organizador de este primer encuentro internacional de "Caricaturistas por la paz", a BBC Mundo.
El antecedente de Mahoma
Plantu explicó que la reunión busca analizar "el futuro del dibujo cuando en todo el planeta se instala lo políticamente correcto y los fundamentalistas religiosos hacen cada vez más presión sobre los medios".
"Yo propongo ser impertinente y molesto, pero sin humillar inútilmente a los creyentes"
Jean Plantu, caricaturista del diario Le Monde
Esos desafíos quedaron en evidencia con la polémica que causaron unas caricaturas del profeta musulmán Mahoma publicadas en un periódico danés en 2005.
La publicación generó una ola de protestas con decenas de muertos en países árabes y Kurt Westergaard, el caricaturista que dibujó a Mahoma con un turbante con forma de bomba, sufrió amenazas e intentos de asesinato.
Las caricaturas inicialmente publicadas en el periódico Jyllands Posten fueron reproducidas luego por diversos medios occidentales.
Poco después de esa controversia, Plantu y el entonces secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, lanzaron en 2006 la iniciativa "Caricaturistas por la paz" como una respuesta a la intolerancia.
"Comprendimos que no teníamos la posibilidad de expresarnos con la misma libertad a causa de Internet, que es un útil genial pero también un veneno", dijo Plantu, que además dibuja en la revista l’Express.
"Ser impertinente y molesto"
El caricaturista francés recordó que antes solía dibujar "a los tres dioses de las tres religiones" sin preocuparse y ahora cobró relevancia la consideración de lo que quiere transmitir con sus dibujos.
Sin embargo, negó que los dibujantes "tengan cuentas que arreglar con uno de los tres dioses".
"En Francia, por ejemplo, tenemos 4.000 mujeres que han tenido una escisión, mutilación sexual: ese es un combate contra los fundamentalismos", dijo. "Ahí no me importa si va a molestar a alguien o no, pero no puedo ignorar las creencias".
"Yo propongo ser impertinente y molesto, pero sin humillar inútilmente a los creyentes", dijo Plantu.
Otro participante de la reunión de Caen que concluye el sábado, el dibujante Vladimir Flórez, conocido en Colombia por el seudónimo de Vladdo, recordó que la censura y la intolerancia religiosa son viejos problemas.
"El Vaticano y la Iglesia Católica han censurado desde el siglo XV y XVI, y (también) los extremistas islámicos y los gobiernos", dijo.
Después de todo, comentó, la fatua que ordenaba la ejecución del escritor británico Salman Rushdie por su libro "Los Versos Satánicos" fue emitida en 1989, antes de la era de Internet.
"Internet acelera esas reacciones y en algunos casos las exagera", indicó Vladdo, que dibuja regularmente para la revista colombiana Semana.
Dibujar en tiempos de crisis
El encuentro de Caen se celebra además en tiempos de crisis global para la prensa debido a la caída en la circulación e ingresos de muchos de los grandes periódicos.
Vladdo negó la idea de que Internet suponga una amenaza para los medios tradicionales, pero dijo que éstos deben adaptarse a las nuevas formas de ofrecer información.
Indicó que a través de la red se produjo una mayor profusión de dibujantes y los sindicatos de distribuidores de caricaturas tienden a dominar mercados como el latinoamericano.
"Los sindicatos han rebajado mucho el pago y los periódicos prefieren comprar una caricatura de un sindicato que cuesta cinco dólares que pagarle a un caricaturista 100 dólares o más por una caricatura local", dijo.
"Sin embargo, si las caricaturas son de temas locales son más interesantes para el lector normal", agregó. "En la medida que eso es diferenciador, creo que Internet no es una amenaza".
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