GUERRA, Santo Domingo.- Sin honores, aunque era un general retirado, así fue enterrado Joaquín Pou Castro, uno de los asesinos del periodista Orlando Martínez.
El cortejo fúnebre de uno de los autores materiales del crimen más abominable de la historia del periodismo dominicano no pudo ser cubierto por la prensa. Un amplio aparataje policíaco-militar impidió la entrada de los reporteros tanto a la funeraria Blandino de la avenida Sabana Larga, donde fueron velados sus restos, así como al cementerio Parque del Prado, en el municipio de Guerra, donde finalmente fueron enterrados.
Al momento de su muerte física, ocurrida el pasado miércoles, Pou Castro estaba condenado a 30 años de prisión por su participación en el crimen de Orlando. Llevaba meses recluido en el hospital de las Fuerzas Armadas, donde murió tranquilamente el pasado miércoles.
Quien fuera uno de los hombres más temibles durante el gobierno de los 12 años de Joaquín Balaguer, llevaba varios años batallando contra los recuerdos, la justicia y un cáncer implacable que al fin lo libró de pasar 30 años tras las rejas por un crimen del que jamás se arrepintió. De acuerdo con las investigaciones, después de dar el tiro de gracia a Orlando, el entonces mayor del Ejército se fue a tomar “darse un jumo” a la casa de un reputado abogado penalista.
Compañeros de cuarteles, ya retirados, dijeron a El Día que Ñoñó se jactaba de la gran cantidad de jóvenes que mató “durante sus mejores años”.
Cuando mató al periodista, la noche del 17 de marzo de 1975, junto a Mariano Durán Cabrera, Luis de la Rosa, Isidoro Martínez González y Eulogio Cordero Germán, Pou Castro era mayor de la Fuerza Aérea Dominicana, institución que a la sazón encabezada el mayor general Salvador Lluberes Montás, alias Chinino, quien también fue llevado a la justicia por el horrendo crimen, aunque luego fue sacado. Chinino Lluberes lleva una vida tranquila en Casa de Campo en La Romana.
El exgeneral fue enterrado sin honores militares. Se ignora si por pedido expreso del ahora occiso o a solicitud de sus deudos.
El único caso de un exgeneral que –además de Pou Castro- ha sido sepultado sin los honores militares correspondientes fue el del ex jefe de la Policía Nacional (1972-1973), José Ernesto Cruz Brea, quien así lo había solicitado, lo cual fue respetado por la institución y sus familiares.
La única figura de renombre que acudió al velatorio del fenecido exgeneral fue el abogado penalista Ramón Pina Acevedo, de quien Pou Castro era amigo personal.
Un personaje funesto
En1968, siendo segundo teniente, Pou Castro fue reclutado por Enrique Pérez y Perez, entonces jefe de las Fuerzas Armadas, para formar una brigada especial, que luego terminó siendo el grupo paramilitar llamado “La Banda Colorá”, de acuerdo con el ex agregado militar estadounidense, Brain Bosch, en su libro Balaguer y los Militares dominicanos, editado recientemente por el historiador Bernardo Vega.
Siete años más tarde, en 1975, encabezó el equipo que le segó la vida al entonces jefe de Redacción de la revista “Ahora” y quien era considerado por muchos como uno de los periodistas más destacados de su época.
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