Un sunami resultó
El popular movimiento
Que exige el cuatro por ciento,
Como la ley consagró.
Todo el país se expresó
De Higüey hasta Manzanillo,
De Samaná a Capotillo
Y de Azua hasta Dajabón;
En pro de la educación
El país está amarillo.
Ley es ley, dicen de viejo,
Y no tienen más excusas
Descabelladas y obtusas
Que andan igual que el cangrejo.
Este pueblo no es… perplejo,
Y del modo más sencillo
Ha pasado su rodillo
A los flojos argumentos;
Por eso, en estos momentos,
El país está amarillo.
De amarillo va el frutero
Y la marchanta que pasa,
También el ama de casa,
El doctor y el colmadero.
Su gorra tiene el barbero,
Pues él conoce al dedillo
Que no le alcanza el bolsillo
Para uniformes y escuela,
Y no es cuento ni novela:
El país está amarillo.
De amarillo se han forrado
Yaniquequeros, viandantes,
Vendedores ambulantes,
Obreros y empresariado.
Habló hasta el Episcopado,
El clamor ya es un martillo,
Mas cual rey en su castillo
El Presidente no escucha
Aunque hay un mar de cachuchas:
El país está amarillo.
No se sienta derrotado,
Presidente, no señor,
Y al oír este clamor
Del mismo hágase el aliado.
Deje su Metro a un lado,
A las botellas, cuchillo,
Desbarate el barrilillo
Y entregue el 4 por ciento:
A la ley dé cumplimiento,
Que el país está amarillo!
Oír del pueblo el clamor
Es uso de democracia,
Es su virtud, es su gracia,
Es su mérito mayor.
Es sordo el que es dictador,
Pero el tiempo del caudillo
Como Santana y Trujillo,
Hace tiempo que pasó;
Hoy el pueblo se expresó:
El país está amarillo.
Huchi Lora
Dic. 06 de 2010
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